La edición número 48 del Foro Económico Mundial de Davos que comienza este martes estará marcada por el enfrentamiento entre dos visiones contrapuestas del orden mundial encarnadas por dos de los principales invitados. Por un lado, el presidente francés, Emmanuel Macron, que intervendrá el miércoles en defensa del multilateralismo y la cooperación internacional para hacer frente a los grandes retos como el cambio climático. Por otro, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que clausura la reunión el viernes con su apuesta por el aislacionismo y el repliegue nacionalista.
A esta fisura alude precisamente el lema que los organizadores han escogido para la reunión en la estación alpina de Suiza: Creando un Futuro compartido en un Mundo Fracturado. Se espera una participación sin precedentes de líderes mundiales, entre ellos 70 jefes de Estado y de Gobierno y 38 dirigentes de organizaciones internacionales. El encuentro, que reúne también a las élites de banqueros, empresarios o celebridades, pretende contribuir a reavivar la colaboración perdida entre las grandes potencias mundiales. Estas son algunas de las claves de Davos, que tradicionalmente marca la agenda del año.
Macron se postula como nuevo líder de Occidente
Europa es una de las grandes protagonistas de Davos en 2018. Más de 40 jefes de Estado y de Gobierno de la UE, los Balcanes y los países vecinos participan en la reunión. Entre ellos, el italiano Paolo Gentiloni, la británica Theresa May o el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, que llevaba 20 años sin acudir al Foro Económico Mundial. Una participación que contrasta con las grandes ausencia europeas el año pasado debido al complicado ciclo electoral marcado por el auge de los populismos.
Con la canciller Angela Merkel en horas bajas y todavía sin Gobierno tres meses después de las elecciones, las riendas del bloque las ha asumido el presidente francés, Emmanuel Macron. Un Macron que con su activismo en la escena internacional parece postularse también como nuevo líder de Occidente, el portavoz de una globalización responsable. Combinando la diplomacia política con la diplomacia económica. Si en diciembre convocó en París una cumbre sobre cambio climático, este lunes ha reunido en el palacio de Versalles a 140 dirigentes empresariales que también irán a Davos. Su objetivo: vender a Francia como país propicio para invertir, sobre todo después del brexit. En su discurso en Davos, Macron pondrá el énfasis en la lucha contra la desigualdad, el cambio climático y el nacionalismo populista.
Trump defiende el America First en un entorno hostil
Trump será el primer presidente de Estados Unidos que visite Davos desde Bill Clinton en el año 2000. Su discurso en la jornada de clausura del viernes es lo más esperado de esta reunión del Foro Económico Mundial. Sobre todo porque lo pronunciará en un entorno claramente hostil a sus postulados. Davos representa el templo de la globalización y el cosmopolitismo contra el que Trump ha construido su discurso populista. Los trabajadores "están cansados de que les gobierne el partido de Davos", solía decir su ex asesor, Stephen Bannon.
El presidente de Estados Unido tiene previsto defender en Davos su programa America First, según su portavoz. Presumirá del crecimiento económico y de los máximos que marca el mercado bursátil norteamericano, así como de su reciente reforma fiscal, que ha generado preocupación en Bruselas porque facilita que las multinacionales no paguen impuestos en la UE. En su viaje a Suiza le acompañan el secretario de Estado, Rex Tillerson; el responsable del Tesoro, Steve Mnuchin; y su yerno y asesor, Jared Kushner.
India asume el liderazgo de los países emergentes
El primer ministro indio, Narendra Modi, será el encargado de pronunciar este martes el discurso inaugural de Davos y se convierte así en el líder de los países emergentes. India es la democracia más poblada del mundo y la séptima mayor economía mundial, aunque está previsto que se convierta en la segunda en 2050, sólo por detrás de China. En 2017 fue precisamente el presidente chino, Xi Jinping, el que aprovechó el vacío dejado por Estados Unidos para defender el libre comercio en el Foro Económico Mundial. Modi asume este año el relevo. En la reunión de Suiza participan además 10 jefes de Estado y de Gobierno de África, 9 líderes de Oriente Próximo y 6 de América Latina. Una de las sesiones estará consagrada a la crisis política en Venezuela, con la participación del ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en su papel de mediador.
Las mujeres y el movimiento #MeToo cobran protagonismo
Sólo un 21% de los 3.000 participantes en las 400 sesiones de trabajo de Davos son mujeres. Se trata de la proporción más alta de la historia, pero todavía queda muy lejos de la paridad. Los organizadores se defienden alegando que trabajan todo el año para acabar con la brecha salarial y ayudar a las mujeres a alcanzar posiciones de liderazgo. Para tratar de hacerse perdonar el retraso, han nombrado a siete mujeres como copresidentas de Davos en 2018. Entre ellas la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde; la primera ministra de Noruega, Erna Solberg; o la consejera delegada de IBM, Ginni Rometty. Además, una de las sesiones de trabajo más destacadas lleva por título Género, poder y cómo atajar el acoso sexual. Un guiño al movimiento #MeToo que ha denunciado las agresiones contra mujeres en Hollywood y otros ámbitos laborales.
La delegación española, marcada por la crisis catalana
El rey Felipe VI encabeza este año la delegación española en Davos. Ni él ni su padre el rey Juan Carlos habían asistido nunca antes a este foro de debate económico. Tampoco ha ido nunca el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ausente de nuevo en 2018. El expresidente Zapatero sí participó una vez en 2010, en plena crisis financiera. Acompañarán al rey los ministros de Economía y Exteriores, Luis de Guindos y Alfonso Dastis, así como una veintena de empresarios.
La presencia de España en Davos está marcada este año por el reto secesionista catalán. El informe sobre los riegos para 2018 elaborado por el Foro Económico Mundial cita expresamente la crisis catalana. "Los problemas de cultura e identidad están causando tensiones políticas en el interior y entre un número creciente de países de la UE, incluyendo Polonia, Hungría y, de forma diferente, España. La polarización entre grupos con diferentes valores o herencias culturales seguirá siendo una fuente de riesgo político en los países occidentales en 2018 y más allá", asegura el estudio. De hecho, el Fondo Monetario Internacional ha rebajado este lunes una décima su previsión de crecimiento para España este año (hasta el 2,4%) por la incertidumbre en Cataluña.