Bruselas

Se trata de un proyecto decisivo para que España deje de ser una isla energética en la UE. La Comisión Europea ha decidido este jueves destinar una subvención récord de 578 millones de euros, la más alta hasta ahora para una iniciativa de este tipo, para financiar el nuevo cable eléctrico submarino que unirá España con Francia por el Golfo de Vizcaya. La nueva línea duplicará prácticamente la capacidad de interconexión entre los dos países, que pasará de 2,8 a 5 gigavatios. Y aproxima a España al objetivo de interconexión de 10%, frente al nivel actual del 6%.

"La construcción de la interconexión entre Francia y España por el Golfo de Vizcaya supone un importante paso adelante para acabar con el aislamiento de la Península Ibérica respecto del resto del mercado europeo de la energía", ha celebrado el comisario de Energía, Miguel Arias Cañete. "La plena interconexión del mercado es indispensable para aumentar la seguridad de suministro en Europa, reducir la dependencia de los proveedores únicos y ofrecer a los consumidores más posibilidades de elección", sostiene el representante español en el equipo de Jean-Claude Juncker.

A su juicio, la nueva interconexión servirá además para incorporar a la red una mayor proporción de energías renovables y contribuirá a la transición a las energías limpias y al cumplimiento del acuerdo climático de París.

El 33% del coste de un proyecto innovador

La subvención de 578 millones para el cable eléctrico submarino entre España y Francia supone un 33% del coste total del proyecto, que se ha presupuestado en 1.750 millones de euros. Madrid y París habían pedido a Bruselas una ayuda todavía más alta, de 700 millones (el 40% del total), con lo que ahora deberán cubrir la diferencia con los presupuestos nacionales. 

El cable tendrá un tramo submarino de 280 kilómetros. Del total de la ruta, el 70% corresponde a territorio francés y el 30% a territorio español. No obstante, los reguladores eléctricos de los dos países se han comprometido a repartirse al 50% los costes de inversión

Las características geológicas del cañón submarino de Capbreton, una de las zonas por las que transcurrirá el cable, hacen que esta parte del trazado sea uno de los mayores desafíos para su despliegue. Los estudios han concluido que la erosión y la sedimentación del cañón impiden que el cable discurra directamente sobre éste. Por ello, se ha decidido hacer una perforación marina subterránea, un reto tecnológico que encarece el proyecto, según ha explicado la CMNC.

Una vez concluidos los estudios de impacto, el periodo de información pública y las autorizaciones técnicas pertinentes, está previsto que la construcción empiece en el año 2021. La nueva interconexión estará en servicio entre 2024 y 2025.

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