Un grupo de jóvenes, más de un centenar, sobre todo hombres, celebra una fiesta nocturna en mitad del bosque. Han estado bebiendo y bailando estilo pogo (botando, chocando entre ellos, agitándose sin ritmo). Casi todos son polacos, pero también los hay ucranianos y alemanes. Visten de negro, con vaqueros ajustados y sus camisetas lucen diseños con banderas, calaveras, águilas y letras góticas; muchos tienen tatuajes con los mismos motivos. Cerca del barracón donde han actuado en directo algunas bandas hay una especie de altar con un libro de fotos de la Segunda Guerra Mundial, retratos de Adolf Hitler y una tarta “decorada” con una cruz esvástica de chocolate. Ya de noche, algunos de esos jóvenes, vistiendo uniformes militares de la Wehrmacht, el Ejército alemán de la Alemania nazi. Tras ellos se puede ver una enorme esvástica de madera clavada en un árbol.
- Hitler fue un verdadero caballero que fascinaba a las mujeres y al que los niños adoraban. Fue una buena persona, que nunca blasfemó y nunca hizo nada malo. Quiero brindar por Adolf Hitler, por nuestra amada Polonia y por todos nosotros. ¡Heil Hitler! ¡Heil Hitler! ¡Heil Hitler!.
Un momento después, la esvástica es incendiada y a la luz del fuego, los allí reunidos sonríen, fascinados. Están “celebrando” el 128 “cumpleaños” de Hitler.
Esta escena fue grabada por unos periodistas de la cadena de televisión TVN24 que consiguieron infiltrarse el año pasado en la asociación DiN (Duma i Nowoczesność, Orgullo y Modernidad), uno más de los varios grupos filonazis que existen en Polonia y que están ganando poder y visibilidad en los últimos años.
DiN goza de la consideración de organización de interés público y tiene por tanto derecho a recibir el 1% de las donaciones de impuestos de los ciudadanos polacos. En las manifestaciones que celebraban el aniversario de la independencia polaca en Noviembre del año pasado, algunos de sus simpatizantes exhibieron pancartas llamando a la “limpieza de Europa”, pidiendo una “Europa blanca” y mostraron parafernalia plagada de simbología cercana a la estética nazi. No fueron los únicos. Otras agrupaciones similares, como MW (Todos los Jóvenes Polacos), cuyo comportamiento agresivo y provocador, con bengalas y cadenas humanas, llamaron la atención de los medios nacionales y extranjeros. A pesar de ello, no se llevó a cabo ninguna investigación al respecto.
La relación entre el actual Gobierno polaco y este tipo de formaciones es algo que nadie está dispuesto a admitir. Según declaraciones a EL ESPAÑOL de Martin Mycielski, corresponsal en Bruselas delprincipal periódico polaco, Gazeta Wyborcza, el PiS (Ley y Justicia), partido en el poder desde 2015, “alcanzó el poder en 2015 con el apoyo del electorado de extrema derecha, que hasta entonces estaba marginado en formaciones como ONR (Campo Radical Nacional) o MW, que ya se alió con el PiS durante su mandato en 2006-7. Una gran parte de esa base electoral se integró en el PiS, quien para mantener ese apoyo, legitimó y toleró esos movimientos en vez de perseguirlos cuando exhibían pancartas racistas en los estadios de fútbol o durante la manifestación del Día de la Independencia”.
Acerca de la polémica marcha, Mycielski recuerda que algunos dirigentes del PiS llamaron a los extremistas “verdaderos patriotas” y “traidores” a los partidos de la oposición. Pocos días después de ese día, un grupo de encapuchados ahorcó simbólicamente a unos muñecos que supuestamente representaban a los políticos de la oposición en Katowice, cerca de donde el vídeo del cumpleaños de Hitler fue grabado.
Se da la circunstancia de que un destacado líder del grupo nazi grabado en el vídeo de TVN24 es asistente personal del parlamentario Robert Winnicki. Por otro lado, el Gobierno del ultra conservador Jaroslaw Kaczynski decidió disolver la comisión anti discriminación que se ocupaba de este tipo de asuntos y ordenó retirar el manual para identificar crímenes de odio que hasta ahora manejaba la Policía. Además, la cadena de televisión que ha hecho público el vídeo en cuestión fue sancionada por el Gobierno hace poco con el pago de 330.000 euros por “promover comportamientos violentos e ilegales” al emitir imágenes de protestas frente al Parlamento. Kaczynski y su Gobierno promueven una narrativa homófoba, xenófoba, ultra católica y populista que incluye alusiones a las “enfermedades desconocidas” que los refugiados podrían traer a Polonia o el “sueño de re-cristianizar Europa” del flamante Primer Ministro Morawiecki.
Precisamente el jefe del Ejecutivo reaccionó a las imágenes de la fiesta nazi expresando su disgusto: “En Polonia no podemos mostrar la más mínima tolerancia hacia los símbolos nazis, fascistas o comunistas; su uso va contra la ley y contra todos nuestros valores”. La ley polaca asigna penas de hasta dos años de cárcel por la exhibición o propaganda de ideologías “fascistas o totalitarias”. Tres sospechosos de participar en actividades neo nazis han sido detenidos y según la Policía en un domicilio registrado se encontró un arma y municiones.
Para parte de la sociedad polaca, el vídeo pone en evidencia algo que muchos sospechaban: que 79 años después sigue habiendo nazis en Polonia, aunque esta vez el enemigo está en casa. Piotr Adamczyk, estudiante de Derecho en Cracovia, “la cuestión no es que haya filonazis en este país. Desgraciadamente, hoy en día los hay en todos los países de Europa. Tampoco es solo la repugnancia estética ante unas imágenes que ofenden a cualquier persona que conozca la historia. Es una pregunta que cabe hacerse uno mismo y que quiero hacer a todos mis compatriotas: ¿Qué puede mover hoy día a unos jóvenes que han nacido y vivido en una Polonia democrática a adorar a Hitler, que masacró a millones de polacos y dejó a este país completamente destruido y a merced de la URSS? Cuando algo así ocurre, y el vídeo demuestra que ocurre de verdad y probablemente ha sido así muchas veces, es que hay polacos con el alma podrida, odio primitivo y una estupidez inhumana".
Ninguno de los grupos nacionalistas mencionados en este artículo han querido hacer declaraciones a EL ESPAÑOL.
La tormenta desatada tras hacerse públicas unas imágenes que parecen pertenecer a otros tiempos y a otro lugar ha propiciado un cruce de acusaciones entre Gobierno y oposición, culpándose mutuamente de no haber hecho lo suficiente para controlar o ilegalizar formaciones nazis. Ante la pregunta de por qué no hay ningún organismo encargado de investigar a estos grupos, el miembro del PiS Jacek Sasin respondió que “lo que hay que preguntarse es cómo es posible que el Partido Comunista todavía funcione en Polonia”. Mientras tanto, el auge, la expresión en público y el apoyo implícito o al menos la permisividad de las instituciones propician la existencia de formaciones que cada vez temen menos verse expuestas al escrutinio público. Para Rafał Pankowski, editor de la revista Nunca otra vez, “ha habido un cambio palpable y hay gente que ahora se atreve a decir en público lo que habrían ocultado hace 25 años”.
Según muchos analistas, el problema está en que a menudo se percibe el comportamiento de estos grupos como una simple expresión exacerbada de patriotismo que no tiene nada de malo, y aunque se demuestre la filiación inequívocamente fascista de algunas formaciones, siempre es posible contar con el beneficio de la duda o en último término negarlo todo: en el vídeo de TVN24, uno de los organizadores de la celebración nazi es visto haciendo el saludo fascista, brazo en alto, en una estación de tren; cuando alguien se le acerca para preguntarle por qué ha hecho eso, responde “tú puedes decir que yo estaba haciendo eso, yo puedo decir que estaba diciendo adiós con la mano”.
Se calcula que unos seis millones de polacos murieron en la Segunda Guerra Mundial y prácticamente todo el país quedo destruido tras las sucesivas invasiones nazi y soviética. Polonia fue una de las naciones más castigadas durante la contienda.