La primera ministra británica, Theresa May, ha vuelto a vivir otra semana difícil en su propósito de guiar a Reino Unido en su proceso de salida de la UE. A las tradicionales divisiones internas en su gabiente entre los partidarios de un brexit suave, como el ministro de Finanzas, Philip Hammond, y los que abogan por una ruptura total con la Unión, como el responsable de Exteriores, Boris Johnson, se ha sumado la filtración de un estudio elaborado por el propio Gobierno británico cuya conclusión es que Londres estará económicamente peor que ahora en cualquiera de los escenarios de salida.
En los próximos días, Bruselas y Londres empezarán a negociar la segunda fase del brexit, la transición para facilitar un aterrizaje suave a empresas y ciudadanos. La UE plantea unas condiciones muy duras para este periodo: Reino Unido deberá aplicar todas las leyes comunitarias, incluidas las nuevas, pero no tendrá ni voz ni voto en la toma de decisiones.
En una entrevista con EL ESPAÑOL, el líder de los conservadores británicos en la Eurocámara y estrecho aliado de May, Ashley Fox (48, años), resta importancia a estas exigencias porque el periodo transitorio será corto y después Reino Unido dejará de estar sujeto a las normas europeas. Representante de Gibraltar en la Eurocámara, Fox cree que Madrid jugará un papel constructivo en esta segunda fase porque mantiene unas relaciones comerciales muy estrechas con Londres. No obstante, deja claro que el Gobierno británico nunca aceptará negociar la soberanía del Peñón.
¿Qué le parece el informe filtrado sobre el impacto negativo del brexit? ¿Le hace dudar?
No he cambiado de opinión, no. Porque Reino Unido decidió celebrar un referéndum y mi partido se comprometió a aplicar el resultado, fuera el que fuera. Así que nosotros respetamos el veredicto del pueblo británico. No he visto el informe filtrado, pero sí he visto los titulares en la prensa. Y no creo que haga cambiar de opinión a nadie. Estas predicciones sobre el futuro deben tomarse con mucha cautela. En el momento del referéndum, el ministerio de Economía dijo que si ganaba la opción de salir de la UE, el país caería inmediatamente en una recesión y el paro subiría. Pero la economía ha continuado creciendo y el desempleo está en su nivel más bajo de los últimos 40 años. La economía británica va bien, así que tengo en cuenta este informe pero lo trato con cautela.
Los 27 acaban de pactar su posición negociadora para la transición del brexit. Exigen que durante este periodo Londres cumpla todas las reglas de la UE, incluso las nuevas, pero sin tener ni voz ni voto. ¿Son estas condiciones aceptables para Reino Unido?
Comprendo que durante esta transición que nosotros pensamos que tiene que ser de dos años, tendremos que respetar la legislación europea. No obstante, lo que ocurra con las nuevas leyes de la UE que entren en vigor durante el periodo transitorio es algo que debe negociarse. Al principio de la negociación, las dos partes plantean su posición. Y ninguna de las dos obtendrá el 100% de lo que quiere. Esta es una de las áreas en las que Reino Unido no está totalmente satisfecho y que debe discutirse más.
Pero algunos de sus compañeros de partido dicen que en estas condiciones Reino Unido se convertirá en un Estado vasallo de la UE.
Yo no creo que sea así. Incluso si al final de las negociaciones tenemos que obedecer las nuevas leyes y no sólo las ya existentes, esto es sólo para un periodo de tiempo muy limitado, dos años. Además, hay que recordar que cuesta mucho tiempo pactar nuevas normas comunitarias. Dando por hecho que nos iremos en marzo de 2019, es improbable que la Comisión proponga nuevas leyes que entren en vigor antes de marzo de 2021. Porque la tramitación de una directiva a menudo cuesta más de 12 meses y normalmente sólo entran en vigor dos años después de su publicación en el Diario Oficial de la UE. Así que no creo que en la práctica nos afecten demasiadas leyes en cuya elaboración no hayamos participado.
Los líderes europeos le han pedido a Theresa May que aclare qué tipo de relación quiere mantener en el futuro con la UE. Pero su gabinete sigue dividido ¿Por qué es tan difícil acordar una posición común dentro del Gobierno británico?
No estoy de acuerdo con su diagnóstico. Creo que los británicos hemos sido muy claros con lo que queremos. Queremos un acuerdo de libre comercio integral que cubra todos los productos, incluyendo los agrícolas, y todos los servicios, incluyendo los servicios financieros. Hemos sido muy claros. Lo que ha hecho la UE es decirnos que eso no es posible y luego nos critica por no aclarar lo que queremos. Pero sí hemos dejado claro lo que queremos. Hammond tiene razón cuando dice que deseamos seguir manteniendo relaciones comerciales con la UE tan parecidas a las actuales como sea posible, y eso es bueno. Pero por supuesto no estaremos sujetos a la legislación comunitaria. Y a medida que la UE apruebe nuevas leyes, tendremos que decidir: ¿las aplicamos por nuestra propia voluntad o escogemos apartarnos?
¿Pero por qué al Gobierno británico le cuesta tanto lograr una posición común sobre esta cuestión? ¿Es por la falta de liderazgo de May?
No. Creo que la primera ministra ha exhibido mucha fortaleza y audacia en su forma de conducir estas negociaciones. La Comisión Europea tiene una política de comunicación muy eficaz y está constantemente menospreciando los esfuerzos negociadores británicos, lo que me parece lamentable. Supongo que son las hostilidades normales en una negociación. Nosotros hemos dejado absolutamente claro que queremos un acuerdo de libre comercio. Queremos liberarnos del Tribunal de Justicia de la UE y recuperar el control sobre nuestro dinero. Es decir, no contribuiremos al presupuesto comunitario, excepto para los proyectos en los que deseemos continuar participando. Por ejemplo el programa Erasmus, que creo que es muy bueno. Y posiblemente el programa de investigación Horizonte 2020. Además, recuperaremos el control sobre nuestras fronteras: decidiremos quién entra en nuestro país y quién no.
No estaremos sujetos a la legislación europea pero, por ejemplo, en la industria automovilística existen estándares europeos para fabricar un coche. Reino Unido tendrá la posibilidad de apartarse de estos estándares, pero quizá no sea razonable hacerlo. Podemos concluir que es razonable alinear nuestras leyes con Europa para permitir que continúe el comercio de coches sin tarifas. Pero en otros temas a lo mejor escogemos no hacerlo. Será en todo caso la Cámara de los Comunes la que adopte esa decisión.
De todas formas, la UE ya ha dicho que el futuro acuerdo de libre comercio no incluirá los servicios financieros. El negociador europeo, Michel Barnier, alega que no hay ningún precedente, ¿qué impacto tendrá esto en la City de Londres?
Este es el punto de partida de Bruselas, pero creo que se moverá durante las negociaciones. En las negociaciones del acuerdo de libre comercio con Estados Unidos (TTIP), que al final no llegaron a buen puerto, Barnier propuso incluir los servicios financieros. Es verdad que la UE no ha alcanzado ningún acuerdo de libre comercio tan completo, incluyendo los servicios financieros, con ningún otro país antes. Pero esta debería ser la primera vez. Queremos un acuerdo de libre comercio ambicioso. Reino Unido es fuerte en servicios y la UE en industria. Si la UE quiere un acuerdo comercial que incluya a los coches -si los alemanes quieren vender sus Mercedes o BMW- tendrá que aceptar también el libre comercio de servicios, porque ese es nuestro punto fuerte.
Pero los Veintisiete han mantenido hasta ahora un frente unido contra Londres, ¿qué le hace pensar que esto va a cambiar en la segunda fase del brexit?
El motivo por el que la UE ha mantenido hasta ahora su unidad es porque sólo ha permitido a los negociadores que hablen de tres temas. Por supuesto que la UE está unida sobre el tema del dinero, quiere tanto como sea posible. Por supuesto que la UE quiere que sus ciudadanos tengan los mayores derechos. Y en el tema de la frontera, la UE apoya a Irlanda. Pero creo que para la UE será más difícil mantener su unidad en el futuro porque los diferentes países tienen diferentes necesidades.
¿Qué papel espera que juegue España en esta segunda fase? ¿Cree que será uno de los países amigos de Reino Unido?
Sí, así lo espero. Y según la información que me llega del lado británico, el Gobierno español está siendo de gran ayuda en su actitud hasta ahora. España y Reino Unido mantienen unas relaciones comerciales muy intensas. Hay muchos turistas británicos que vuelan a España cada año y queremos que eso siga siendo así. A España no le interesa que el acuerdo de aviación se rompa tras el brexit. Os interesa que los turistas británicos sigan pudiendo volar a España y pasen tiempo en vuestros hoteles y gasten su dinero. Y nosotros queremos seguir haciendo negocios con España. Creo que cuando cada país de la UE examine la cuestión desde el prisma de sus intereses comerciales, se darán cuenta de que un acuerdo de libre comercio global les beneficia a cada uno de ellos, a la UE en su conjunto y a Reino Unido.
Al mismo tiempo, en esta segunda fase se activa el veto que la UE ha dado a España para todas las cuestiones relacionadas con Gibraltar
¿Puedo pararle aquí? No se ha dado a España ningún veto especial. España siempre ha tenido poder de veto como cualquier otro país. En la prensa se ha dicho mucho sobre este veto español, pero hay 28 vetos, incluyendo el veto británico. Los Veintiocho deben llegar a un acuerdo unánime. Así que España no tiene ninguna posición especial en esto.
En cualquier caso, el Gobierno español sugiere que quiere aprovechar estas negociaciones para forzar un cambio en el régimen fiscal de Gibraltar, al que considera un paraíso fiscal, ¿le parece una petición razonable?
No es razonable, porque el régimen fiscal de Gibraltar no es asunto de nadie que no sea el Gobierno gibraltareño. Reino Unido se ocupa de su política exterior y de defensa. Pero el resto de temas, incluyendo el régimen fiscal y la política de gasto, son responsabilidad del Gobierno gibraltareño democráticamente elegido por los ciudadanos gibraltareños.
¿Cree entonces que esta discrepancia sobre Gibraltar puede complicar la segunda fase del brexit?
Espero que España y Reino Unido se impliquen de forma constructiva en las negociaciones. Comprendemos que hay un prolongado desacuerdo sobre la soberanía de Gibraltar. Yo represento a Gibraltar en la Eurocámara. Y creo que debemos respetar el derecho de los ciudadanos de Gibraltar a la autodeterminación. Y esta es nuestra posición de principio: seguirán siendo británicos mientras sigan queriendo ser británicos. Y esto es algo que no vamos a negociar. Espero que España no sea difícil en esta cuestión, pero aunque sea difícil, nada va a cambiar.
¿Descarta por completo que la cuestión de la soberanía de Gibraltar se plantee durante el brexit?
Creo que no va a jugar ningún papel durante las negociaciones. Puede que los españoles planteen el tema, pero nosotros les recordaremos que la soberanía de Gibraltar es algo que tienen que decidir los ciudadanos gibraltareños. Ellos son los que decidirán si quieren seguir siendo británicos y por cuanto tiempo.
¿Debe participar Gibraltar en la transición y en el nuevo acuerdo de libre comercio entre la UE y Reino Unido?
Gibraltar entró en la UE en 1973 con Reino Unido y se irá de la UE en 2019 con Reino Unido. Y debe formar parte del acuerdo de salida y también de la transición y del futuro pacto comercial.
¿Le consta que Madrid y Londres hayan empezado ya a negociar esta cuestión?
No lo sé, es posible que haya habido discusiones. Pero el Gobierno de Gibraltar debe estar involucrado en estas conversaciones.
El ex líder del UKIP y arquitecto del brexit, Nigel Farage, ha apoyado celebrar un segundo referéndum para zanjar definitivamente la cuestión, ¿está de acuerdo?
Creo que lo que Farage quiere es atraer la atención de los medios de comunicación y por eso dijo lo que dijo. Yo no quiero un segundo referéndum porque la cuestión ya se ha decidido. Los británicos han elegido y este Gobierno va a llevarlo a la práctica. Las palabras de Farage son sólo una distracción y es mejor ignorarlo.