Mientras Sergei Skripal, el exespía ruso envenenado el pasado 4 de marzo en Reino Unido sigue ingresado en estado crítico, otro ciudadano ruso, Nikolai Glushkov, fue hallado muerto este martes en su casa por causas aún sin identificar. Dos episodios sospechosos en menos de un mes, que han hecho saltar las alarmas en Reino Unido que ya ha pedido explicaciones a Rusia sobre lo sucedido y ha expulsado a 23 diplomáticos rusos del país. Además, ha anunciado una investigación sobre las muertes de 14 personas conectadas de alguna manera con Rusia, que han tenido lugar en suelo británico en los últimos 15 años.
En su día, la policía británica cerró, caso tras caso, cada uno de los fallecimientos ocurridos en Reino Unido. Suicidios, accidentes, paros cardíacos y muertes naturales, fueron las causas apuntadas en cada una de las muertes, pese a los avisos de la inteligencia estadounidense de que podrían tratarse de asesinatos ordenados por el Kremlin.
En una carta enviada estos días a la ministra de Interior, Amby Rudd, la presidenta de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de los Comunes, Yvette Cooper, instaba a investigar estos casos. “El Gobierno está al tanto y se toma en serio cualquier sospecha de que una nación extranjera pueda estar detrás de asesinatos perpetrados en suelo británico”, ha contestado Rudd. “Mi prioridad en las próximas semanas será cerciorarme de que estas sospechas no son más que eso”, ha concluido.
Así, la policía británica y el servicio secreto del MI5, han reabierto los casos para investigar las posibles conexiones con Moscú. En 2017, una investigación de BuzzFeed había destapado todo un entramado ruso detrás de los fallecimientos. Las víctimas no sólo eran ciudadanos rusos, sino también ciudadanos británicos conectados con Moscú por sus negocios o incluso especialistas involucrados en las investigaciones de los hechos y hasta periodistas.
Una lista de 14 nombres a los que habría que añadir los de las dos últimas víctimas y también el de Alexander Litvinenko, envenenado en 2006.
Boris Berezovsky, 67 años, muerto en 2013
Era un oligarca influyente en el Kremlin hasta que se transformó en enemigo de Rusia después de criticar a Valdimir Putin en su cadena de televisión y huyó a Londres temiendo las represalias del Gobierno. Siguió siendo una figura activa llamando a la revolución armada contra el Kremlin. Sobrevivió a varios intentos de asesinato en Rusia y en Reino Unido pero fue encontrado muerto en su casa en marzo de 2013, ahorcado, colgando del borde de la ducha de un pañuelo de cachemira negro. El caso fue cerrado como si de un suicidio se tratara, pese a que un especialista forense dijera que las marcas en su cuello no eran consistentes con una muerte por ahorcamiento y que probablemente fuese estrangulado por un asesino.
Badri Patarkatsishvili, 52 años, muerto en 2008
Socio comercial de Berezovsky y su confidente, huyó a Londres al mismo tiempo que su amigo y murió en 2008, aparentemente por ataque cardíaco, dos meses después de que hubiera informado a la Scotland Yard de la existencia de un plan para asesinarle. Le encontraron en su habitación, tumbado en la cama, después de haber cenado con su familia. Al principio, la policía trató su muerte como algo “sospechoso”, pero el caso se cerró después de que la autopsia no revelara cualquier indicio de crimen.
Yuri Golubev, 64 años, muerto en 2007
Conocido de Berezovsky, fue cofundador del gigante petrolero ruso Yukos junto con Mikhail Khodorkovsky, quien fue arrestado en 2003 y encarcelado en Siberia por sus movilizaciones políticas contra Vladimir Putin. Murió en su piso, en 2007, sentado en su sofá. Poco antes, había volado a China para una cirugía de rodilla, pero regresó a Londres vía Moscú antes de lo planeado, diciendo que no se sentía bien. Scotland Yard dijo que la muerte se había dado por causas naturales.
Scot Young, 52 años, muerto en 2014
Era el centro de una red que ayudaba a lavar dinero a Berezovsky, después de que hubiese huido a Londres. Representó al oligarca en una serie de acuerdos que irritaron al gobierno ruso, incluido un proyecto inmobiliario llamado Proyecto Moscú en el corazón de la capital rusa. Murió en 2014 en lo que pareció un suicidio: se habría tirado por la ventana de su ático. Días antes les había dicho a sus allegados que estaba siendo perseguido por un grupo de sicarios rusos.
Paul Castle, 54 años, muerto en 2010
Amigo de Scot Young y Berezovsky con los que fue visto cenando en varias ocasiones. Se tiró a las vías del metro londinense en 2010. Después de su muerte, varios amigos informaron de que había sido llevado al límite por la mafia rusa y turca que lo amenazó con matarlo lenta y dolorosamente si no terminaba con su vida. El forense consideró su muerte como un suicidio.
Robbie Curtis, 47 años, muerto en 2012
Tal y como Castle, también cenaba habitualmente con Scot Young y Berezovsky con los que tenía negocios. Murió tras caer a las vías del metro de Londres, en la estación de Kingsbury. Fuentes que pidieron el anonimato dijeron que es un "hecho conocido" que Curtis fue asesinado.
Johnny Elichaoff, 55 años, muerto en 2014
También era parte del club de cenas de Scot Young y Berezovsky. Elichaoff fue visto cayendo desde el techo de un centro comercial de Londres en 2014 después de perder todo su dinero en un negocio petrolero.
Stephen Moss, 46 años, muerto en 2003
Fue abogado de varios oligarcas en el exilio, incluido Berezovsky. Estuvo involucrado en una de las transacciones comerciales más controvertidas y de alto perfil de Berezovsky: un plan para canalizar un pago de 1.300 millones de dólares del propietario del Chelsea, Roman Abramovich a Reino unido a través de los Emiratos Árabes. Moss aconsejó al socio de Berezovsky, Badri Patarkatsishvili (muerto en 2008), sobre el acuerdo, conocido como el Acuerdo de Devonia, que más tarde se convirtió en el centro de una disputa legal entre Berezovsky y Abramovich. Moss, murió de un ataque cardíaco justo después de que se completara el acuerdo en septiembre de 2003, fue uno de varios testigos clave que no vivió lo suficiente como para testificar sobre la transacción.
Stephen Curtis, 45 años, muerto en 2004
Fue el abogado que ideó el Acuerdo de Devonia. Curtis empezó a recibir amenazas de muerte y se lo comunicó a la familia: "Si algo me pasa en las próximas semanas, no será un accidente". Una semana más tarde, en marzo de 2004, su helicóptero cayó en un campo cuando se acercaba al aeropuerto de Bournemouth.
Alexander Litvinenko, 44 años, muerto en 2006
El exespía ruso y desertor de la KGB, huyó a Reino Unido después de acusar de corrupción a sus colegas del servicio secreto. Fue envenenado en 2006 en el hotel Milenium de Londres, después de beber una taza de té que contenía polonio radiactivo que le habían ofrecido dos ciudadanos rusos. Litvinenko terminaría muriéndose tras 23 días de agonía. La investigación oficial en Reino Unido concluyó que el Kremlin estuvo detrás del asesinato aunque Putin siempre lo ha negado. Los dos sospechosos -Andrei Lugovoi y Dimitry Kovtum- no han sido extraditados y el primero tiene, incluso, asiento en la Duma rusa. Berezovsky había ayudado a organizar su escape de Rusia.
Alexander Perepilichnyy, 44 años, muerto en 2012
Era un financiero ruso que huyó al Reino Unido para destapar una operación de lavado de dinero por parte de jefes de la mafia y funcionarios del gobierno ruso. Recibió amenazas de muerte, incluidas advertencias sobre el dinero que le debía a Dmitry Kovtun, uno de los dos sicarios rusos que según la investigación había asesinado a Litvinenko. Se desplomó y murió repentinamente mientras corría cerca de su casa en noviembre de 2012. La policía británica dijo que había muerto de un ataque al corazón, pero un experto encontró en su cuerpo restos de la planta gelsemium elegans del Himalaya, capaz de desencadenar paros cardíacos.
Matthew Puncher, 46 años, muerto en 2016
Es el científico que midió la dosis fatal de polonio radioactivo utilizado para asesinar a Litvinenko. Le encontraron apuñalado en su casa. El forense dictaminó que se había apuñalado a sí mismo hasta la muerte en los brazos, el cuello, el pecho y el abdomen, con dos cuchillos.
Daniel McGrory, 54 años, muerto en 2007
El periodista de The Times murió de una hemorragia repentina cinco días antes de la emisión de un documental de NBC en el que fue entrevistado sobre su investigación sobre el envenenamiento por polonio de Litvinenko.
Igor Ponomarev, 41 años, muerto en 2006
Era embajador de Rusia ante la Organización Marítima Internacional de las Naciones Unidas y murió repentinamente después de una noche en la ópera en Londres en octubre de 2006. Al día siguiente pretendía reunirse con Mario Scaramella, un asesor de seguridad con el que se reunió con Litvinenko poco antes de haber sido envenenado.
Gareth Williams, 31 años, muerto en 2010
El cadáver del espía del MI6 Gareth Williams fue encontrado en una bolsa de deporte en la bañera de su apartamento en agosto de 2010. Su familia dijo que el MI6 había destruido pruebas deliberadamente. La Policía Metropolitana anunció que la muerte fue "probablemente un accidente" y cerró su investigación. Se cree que Williams había estado investigando formas en que la mafia rusa movió sus ganancias ilícitas alrededor del mundo antes de su muerte.