La primera de las 36 jornadas de huelga en días alternadas de aquí a finales de junio en los ferrocarriles franceses comenzó este martes con un fuerte impacto en el transporte en lo que supone un jaque a las reformas del presidente, Emmanuel Macron.
Sólo uno de cada ocho trenes de alta velocidad (TGV) están programados y la misma proporción para el resto de los convoyes de largo recorrido a causa del paro convocado por los sindicatos de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF).
Aunque en las líneas internacionales la cancelación afecta a un porcentaje menor globalmente (un 25 %), en las que conectan con España (Barcelona-París, Barcelona-Lyon, Barcelona-Toulouse y Madrid-Marsella) hoy no circula ningún tren.
En los cercanías de París y en los regionales de todo el país, la dirección sólo garantiza que habrá uno de cada cinco, ya que se han declarado en huelga el 48 % de los trabajadores de la empresa estatal, e incluso el 77 % en el colectivo de los conductores.
El principal motivo de estas huelgas, convocadas dos días seguidos de cada cinco, es la reforma del sistema ferroviario lanzada por el Gobierno de Macron por decreto, y muy en particular el fin del estatuto laboral privilegiado de los trabajadores de la SNCF con vistas a la apertura de la competencia de las líneas de trenes, empezando por el TGV en 2020.
La huelga en los ferrocarriles coincide este martes con el cuarto paro en la compañía Air France desde febrero por motivaciones salariales (la aerolínea ha cancelado el 25 % de su programa de vuelos) y con otras protestas en los servicios de recogidas de basura y en las universidades.