La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, defiende ante el Parlamento que el ataque coordinado con Estados Unidos y Francia contra instalaciones del régimen sirio del pasado sábado fue "legalmente correcto", a pesar de no contar con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU.
"No se trataba de intervenir en una guerra civil ni de cambiar un régimen. Fue un ataque efectivo y con objetivos limitados para aliviar el sufrimiento de los ciudadanos sirios", dijo May ante los parlamentarios.
May también ha subrayado que la ofensiva contra Siria no se llevó a cabo "porque el presidente Trump nos lo pidiera, sino por que creíamos que era la decisión correcta. No estamos solos, estamos respaldados por un amplio apoyo internacional".
Por su parte, el líder de la oposición británica, el laborista Jeremy Corbyn, sostuvo por su parte que la acción fue "legalmente cuestionable", dado que no se trataba de una operación en defensa propia ni contaba con la aprobación de la ONU.