“No hablé, no grité, no hice nada. (...) Estaba con los ojos cerrados y pensando en que se acabara”. Las palabras son de la víctima de ‘La Manada’, cuyo testimonio, en todo momento, habla de sometimiento, incapacidad de reaccionar ante la situación y bloqueo por el miedo. La sentencia, divulgada la semana pasada, condena a los cinco acusados a nueve años de cárcel por abuso sexual y no por agresión sexual, al entender los jueces que no hubo violencia ni intimidación.

Desde entonces, varias víctimas de violación han dado la cara para contar cómo, en experiencias similares, no han ofrecido resistencia para evitar una agresión peor, o simplemente por el miedo que las dejó paralizadas, y expertos en psicología han corroborado su relato. Es el fenómeno de la ‘sideración’, una reacción psicológica que anula de manera repentina las actividades emocionales y motoras de una persona debido a un suceso traumático, y cuya existencia es desconocida por gran parte de la población.

Para extender el tema y hacerlo llegar a una de las áreas donde más importa que se conozca - la justicia- la Escuela Nacional de Magistratura (ENM) francesa ofrece, desde 2013, un seminario a los jueces sobre la violencia sexual en la que está incluida una formación sobre la ‘sideración’. “Tiene como objetivo transmitir conocimientos de la neurociencia para entender por qué las víctimas a menudo no son capaces de resistir durante el ataque. Y por qué pueden tener problemas de memoria, actitudes de desapego o emociones injustificadas durante el proceso legal”, explica Laurence Bégon-Bordreuil, coordinadora del programa, en declaraciones a la revista francesa Marianne.

Durante 15 días los magistrados asisten a la formación sobre violencia sexual que les ayuda a entender mejor lo que sucede con las víctimas de violación. “Después de las conferencias, muchos jueces dicen que se han visto trabajando y pensando: 'estuve frente a una situación de ‘sideración’ y no la percibí'”. Tras la formación se posicionan de manera muy distinta ante estas situaciones”, añade.

El fenómeno es conocido en la esfera médica. Es un conjunto de mecanismos de defensa que se implementan durante un trauma. "Las personas que enfrentan situaciones traumáticas suelen estar paralizadas", dice Muriel Samona, psiquiatra y una de las ponientes de la formación, "sienten que sus cabezas van a explotar, que pueden morir de estrés". Para escapar, el cerebro elige un cortocircuito, secretando hormonas que anestesian a la víctima.

Aquí es cuando ocurre otro fenómeno: el de la disociación, cuando la persona se siente “fuera” de su cuerpo, como si viera lo que está pasando desde el exterior, como si fuera una película y no le estuviese pasando a ella. Cuando se atreven a denunciar “hay una dificultad en comprender a las víctimas con disociación porque contarán su violación tan distanciada que puede parecer irreal”, señala la psiquiatra.

¿Qué diferencias hay entre abuso sexual, agresión sexual y violacion? Carmen Suárez

1.000 magistrados formados en violencia sexual

En 5 años, casi 1.000 magistrados se han formado en violencia sexual y el fenómeno de ‘sideración’, lo que supone una octava parte del cuerpo profesional. Una cifra que, se espera, siga creciendo y que ayude a aumentar el número de denuncias. En Francia se estima que sólo un 10% de las agresiones sexuales se denuncian y, de éstas, sólo un 3% llegan a juicio.

Con esta formación, los magistrados del país vecino sí podrán tener en cuenta en sus veredictos este bloqueo que sufren las mujeres violadas. Algo que a todas luces no ha ocurrido en la polémica sentencia de 'La Manada', que ha despertado una gran indignación social en nuestro país. 

Un artículo de James W. Hopper, psicólogo de la Universidad de Harvard, en el que se analizan las causas por las que, en muchas ocasiones, las víctimas de una violación no plantan cara a sus agresores. El texto, que ha compartido incluso Ana Botín, apuntalaría la formación que están recibiendo en este sentido los jueces galos.

 

Hopper concluye que la posibilidad de "quedarse paralizado es una respuesta del cerebro al peligro, sobre todo ante el ataque de un depredador sexual". Según el psicólogo, la reacción es una "respuesta del cerebro que deja el organismo en estado de vigilancia" ante los ataques que recibe.