Nada más descarrilar el pacto de Gobierno en Italia entre el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga, el líder de esta última formación, Matteo Salvini, aseguró que las próximas elecciones “serán un referéndum”. Un voto a favor o en contra del veto del presidente de la República, Sergio Mattarella, que en la práctica ya ha comenzado. En los teléfonos de los italianos no paran de llegar mensajes que identifican al jefe del Estado con Angela Merkel u otros en sentido contrario que lo defienden a ultranza. En las redes sociales circulan incluso amenazas de muerte.
La Liga se obcecó en la elección de un ministro de Economía euroescéptico pese a que el presidente de la República ya había advertido que no tendría luz verde y finalmente el acuerdo se vino abajo. ¿Defensa de las instituciones ante la Unión Europea o un ataque a la democracia? Para los partidos que habían redactado el llamado “programa para el Gobierno del cambio”, no hay dudas.
El líder del M5E, Luigi Di Maio, amenazó incluso con pedir la recusación de Mattarella en el Parlamento. Un trámite recogido en la Constitución sólo en casos de “alta traición” y que no tiene visos de prosperar por la falta de acuerdos con otros partidos. Más tarde, en un vídeo difundido en Facebook convocó una gran manifestación para el próximo 2 de junio, coincidiendo con la fiesta nacional, y le pidió a los italianos que colgaran banderas nacionales en sus ventanas en señal de protesta. El nivel de populismo aumenta.
Ni siquiera la Liga apoya la moción del M5E, ya que para ellos la campaña electoral ya ha comenzado y su máxima preocupación son los números para llegar al Gobierno. Las encuestas de las últimas semanas pronostican un gran impulso para Salvini, que podría lograr más del 25% y alcanzar la mayoría, en caso de mantener el pacto con sus otros socios de derechas. Ya en los últimos días, distintos miembros de los ‘grillini’ sospechaban que esto podría ser el verdadero motivo de llevar la tensión por el ministro de Economía al límite y romper así el pacto con sus socios.
Ambos partidos tendrán ahora el argumento del boicot tanto interno como externo. Nunca antes se había visto un choque tan directo con las instituciones. “Una persona puede no ser ministro si ha sido condenado por evasión fiscal, por tratar con la mafia, por ir con prostitutas, pero no por tener una opinión contraria al euro”, pronunció Di Maio.
El fundador del partido, Beppe Grillo, se burló del argumento de Mattarella de pensar en los ahorros de los italianos al asegurar que había llamado a los mercados, pero “estarían hablando con Bruselas”. No obstante, este lunes la bolsa volvió a caer un 2,1% y la prima de riesgo se disparó hasta los 235 puntos.
Para apuntalar este mensaje, el ex consejero de Donald Trump, Steve Bannon, se presentó también esta semana en Roma. Bannon, quien ya estuvo presente durante las pasadas elecciones italianas, pronunció este lunes en una conferencia en Roma que este país había “desenmascarado a los capitales, prensa y poderes extranjeros, que son los verdaderos responsables de lo ocurrido”. Para la líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, se trató de un “golpe de Estado. Mientras que el euroescéptico británico Nigel Farage aseguró en Twitter que M5E y la Liga deben “volver a las urnas y ganar más votos”.
Cottarelli, primer ministro 'zombie'
Ese será el único objetivo para el encargado a formar Gobierno, el ex dirigente del Fondo Monetario Internacional, Carlo Cottarelli. El economista aceptó este lunes el encargo que le dio Mattarella, menos de un días después del fracaso de los partidos “para presentar en el Parlamento un programa que conduzca a Italia a unas próximas elecciones”.
Cottarelli, sin embargo, será vetado en el Parlamento, por los propios partidos que vieron frustrado su acuerdo. El Movimiento 5 Estrellas y la Liga suman mayoría tanto en la Cámara como en el Senado, por lo que su Ejecutivo técnico no tiene ninguna posibilidad de prosperar. El primer ministro será un zombie, que tendrá como única misión representar a Italia en las próximas citas internacionales y convocar las elecciones para después del verano.
El economista aseguró que no tiene “voluntad de volver a presentarse”, sino que aceptó el encargo para “garantizar el estado de las cuentas públicas” y reforzar “el compromiso con las instituciones europeas y con el euro”. Ya en 2013, Cottarelli fue llamado para desempeñar el cargo de comisario especial de la revisión del gasto después de una crisis de deuda que desembocó en el ataque especulativo de sus finanzas.
Curiosamente, Cottarelli podría recibir el voto a favor únicamente de quienes se han mantenido al margen de las conversaciones para formar Gobierno, liderados por el Partido Democrático de Matteo Renzi. El líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, confirmó que su voto será negativo, por lo que la alianza de derechas volverá unida a las elecciones. Los partidos populistas ya han elevado el tono y se teme que el frenazo a su proyecto les pueda disparar en las urnas en los próximos comicios.