Primero fue una sensación total de desconcierto; luego comenzaron las exclamaciones de júbilo y los aplausos. Los periodistas llamados a la conferencia de prensa de las autoridades ucranianas se quedaron atónitos cuando Arkady Babchenko, que había sido asesinado a balazos el día anterior, entró en la sala caminando por su propio pie, vestido con una sudadera negra y dejando entrever una ligera sonrisa en su rostro. Estaba vivo.
El veterano corresponsal de guerra ruso de 41 años confesó que su asesinato falso había sido un montaje para desmontar junto al Servicio de Seguridad de Ucrania una operación del Kremlin que tenía como objetivo acabar con su vida y con la de otras 29 personas más. Babchenko, un conocido crítico de Vladimir Putin, el presidente ruso, y sus políticas en el país vecino y en Siria, supuestamente había sido asesinado el martes cuando salía de su apartamento para comprar el pan. Su mujer lo encontró en el suelo rodeado de un charco de sangre.
Sin embargo, el periodista revivido apareció ante las cámaras menos de un día después de que todos los medios internacionales informasen de su muerte. El shock fue tremendo. Visiblemente emocionado, confesó que en las últimas fechas había sido amenazado por sus informaciones sobre el accidente de un avión militar ruso en 2016 y que urdir esta artimaña era la única manera de desenmascarar a los sicarios contratados por el Kremlin que pretendían acabar con su vida.
"Me gustaría disculparme por todo lo que habéis tenido que pasar", dijo Babchenko al borde de las lágrimas. "Lo siento, pero no había otra forma de hacerlo. Quiero especialmente pedir perdón a mi mujer". El corresponsal de guerra también aprovechó para agradecer el trabajo del Servicio de Seguridad de Ucrania. El director del SBU, Vasyl Hrytsak, señaló en la misma rueda de prensa que habían recibido información sobre una trama que pretendía asesinar a 30 personas en Ucrania, incluyendo a Babchenko, pero que habían logrado desarticularla.
Asimismo, Hrytsak dijo que un ciudadano de origen ucraniano reclutado por Rusia y cuyo cometido era matar al periodista había sido arrestado. Según la versión de Kiev, el Kremlin habría utilizado 40.000 dólares para financiar la operación: 30.000$ para el sicario y otros 10.000$ para un intermediario. "No solo hemos conseguido desbaratar esta cínica provocación, sino también documentar la preparación de este vergonzoso crimen de los servicios secretos rusos", afirmó el jefe del SBU. El asesinato, supuestamente, debería haberse llevado a cabo antes de la final de Champions entre el Real Madrid y el Liverpool.
Respuesta del Kremlin
El fiscal general ucraniano, Yuriy Lutsenko, que también apareció al lado de Arkady Babchenko, dijo que fue necesario fingir la muerte del periodista para que los cabecillas de la trama creyesen que todo había resultado un éxito. Sin embargo, el triunfo de Kiev apenas tardó unos minutos en ser desprestigiado por Rusia: "Es evidente que la historia se basa en el efecto propagandístico", escribió en su cuenta de Facebook Maria Zajarova, la portavoz del Ministerio de Austos Exteriores ruso. Una versión respaldada por Sergei Lavrov, el ministro, quien no obstante se mostró "feliz" de que Babchenko continuase con vida.
Poco después, el Gobierno ruso hizo público un comunicado en el que califica la argucia de Kiev como una campaña antirrusa: "La cuestión de la vida y la muerte en Ucrania, al igual que la confianza de la comunidad internacional en su política, no es más que una moneda de cambio para instigar la histeria antirrusa del régimen de Kiev". Por su parte, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, felicitó al SBU por "la brillante operación para salvaguardar la vida" de Babchenko y prometió proporcionar al periodista protección las 24 horas del día para evitar cualquier atentado contra su vida. Este suceso sin duda agrava todavía más las tensiones entre Moscú y Kiev.
En cuanto a las asociaciones de informadores, el Comité de Protección para Periodistas solicitó al Gobierno ucraniano una explicación de por qué hubo que recurrir a semejante montaje para evitar la muerte de Babchenko. Más crítica fue la Federación Europea de Periodistas, que condenó la actitud del Ejecutivo al defender la "mentira" del asesinato. También aseguró en un comunicado que su comportamiento ha supuesto una "inaceptable manipulación de la opinión pública".
Antes de ejercer como periodista, Babchenko había participado en las dos guerras postsoviéticas de Rusia en Chechenia. Después de dejar las fuerzas armadas en el año 2000, comenzó a trabajar como corresponsal de guerra. También fundó el proyecto 'Periodistas sin intermediarios', y escribió varios libros sobre su experiencia en el ejército, ganando múltiples premios literarios. Además, ha trabajado en el periódico Moskovski Komsomolets, la publicación de más tirada de la capital rusa.