La canciller Angela Merkel camina políticamente con una piedra en el zapato. El canto en cuestión tiene nombre, apellido y cargo en el Ejecutivo alemán. No es otro que Horst Seehofer, ministro del Interior. Seehofer también preside la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), formación a la que está hermanada el partido de Merkel, la Unión Cristiano Demócrata de Alemania (CDU).
En la CSU están acostumbrados a controlar Baviera, rico Land del sur alemán. Pero ahora acecha la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) de cara a las elecciones bávaras del próximo mes de octubre. Por eso Seehofer y compañía no dudan en mostrar su cara más hostil a la inmigración y a los refugiados. Esa actitud es una de las claves de los éxitos electorales de AfD, ahora primera fuerza de la oposición germana.
Tan interesados parecen Seehofer y compañía en copiar a AfD que, el martes, en la presentación de su “plan maestro para la inmigración”, el ministro del Interior fue un paso más allá. El martes cumplía Seehofer 69 primaveras, además de presentar sus ideas de mano dura contra la inmigración. En ese contexto, bromeó ante los medios de comunicación en Berlín con que, ese día, los 69 inmigrantes afganos que fueron devueltos a su país no eran algo que él hubiera pedido por su cumpleaños.
“En mi 69 aniversario 69 personas, algo que no pedí, han sido devueltas a Afganistán. Eso es mucho más de lo que antes era habitual”, manifestó Seehofer. Sus palabras desencadenaron no pocas críticas, incluidas las de socialdemócratas. La irritación de éstos últimos con Seehofer es tan relevante como que el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) forma parte de la 'gran coalición' que dirige Angela Merkel.
“Que Seehofer celebre en su 69 aniversario 69 devoluciones a Afganistan, donde a algunos de los devueltos probablemente les espere la muerte, demuestra lo acabado que está. Ésto no lo merece la CSU”, manifestó en Twitter, por ejemplo, Karl Lauterbach, diputado del SPD. Lauterbach no hacía por ponerse en lo peor. Este miércoles, el ministerio del Interior alemán informaba del fallecimiento de un afgano que había sido reconducido a su país desde Alemania la semana pasada. El joven fallecido, de 23 años, se quitó la vida en un centro de acogida en Kabul.
Seehofer viene de protagonizar un intenso pulso con Angela Merkel. El político bávaro busca endurecer las políticas de inmigración. En las últimas semanas, ha presentado un ultimátum a Merkel, ha amenazado insistentemente con dimitir y ha logrado que, por momentos, se tambaleara la coalición gubernamental del Ejecutivo alemán. Tras el acuerdo alcanzado a nivel europeo a finales de junio, conservadores y cristianodemócratas han trabajado para pactar cómo implementar las medidas planteadas en Bruselas. Sin embargo, Seehofer sigue a lo suyo.
En la presentación de su “plan maestro para la inmigración”, el ministro del Interior aireó un documento que vuelve a hacer saltar las alarmas. “Seehofer sigue siendo altamente explosivo”, según recogía el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung, tras la presentación de su plan. En dicho texto, se apuntaban 63 medidas repartidas en 24 páginas que, según Seehofer, no tenían por qué tener que ver con lo que piensan sus socios de la CDU o en el SPD. “Éste no es un plan maestro de la coalición gubernamental, sino el plan maestro del Ministerio del Interior”, apuntó Seehofer.
El documento presentaba expresiones como “centros de tránsito” para la devolución de refugiados, una idea rechazada por el SPD y que, se supone, conservadores y socialdemócratas habían acordado desestimar. En conferencia de prensa a Seehofer se le preguntó si aquello era una provocación: “No es una provocación, pero si usted quiere, puede usted verlo como si fuera una provocación”. En su presentación, Seehofer incluía un toque de atención a Europa y a su propio Gobierno en materia de inmigración. “Cuanto menos pueda hacer Europa, más significado gana el tomar medidas nacionales”, dijo sobre las soluciones europeas. “Ningún país del mundo puede aceptar refugiados sin límites”, mantuvo.
Un Seehofer dañino para Merkel y su Gobierno
Así, lo que se supone que debía ser una presentación de una hoja de ruta para la política de inmigración – el texto pone el acento en puntos como la mejora de las defensa de las fronteras o el aumento de la celeridad a la hora de tratar las solicitudes de asilo – ha pasado a ser otro elemento perturbador para el Ejecutivo de Merkel. En junio, Merkel ya obligó a Seehofer a retrasar la presentación del “plan maestro para la inmigración”. El pulso entre ambos no beneficia a nadie en el Gobierno.
“La desafortunada comunicación de los planes del Ministerio del Interior ha llevado a una intensa disputa entre los partidos del Gobierno. Como resultado, en las últimas semanas ha estado creciendo la insatisfacción con el trabajo del Gobierno”, dice a EL ESPAÑOL Julian Zuber, politólogo e investigador en la prestigiosa Hertie School of Governance de Berlín. “Las últimos meses han hecho daño a Merkel como líder del Gobierno”, añade.
Las últimas encuestas dan buena cuenta de ello. Un sondeo de intención de voto elaborado elaborado por el instituto Insa presentado esta semana atribuía a la CDU/CSU un 29%. Muy lejos queda el 40% que se le asignaba hace un año por estas fechas. El SPD, por su parte, no levanta cabeza. Según Insa, AfD ya es el segundo partido que más apoyo recoge entre la población. La citada encuesta atribuía a AfD un 17,5%, mientras que el SPD se quedaba en un 17%.
En Baviera, donde se encuentran muchas de las claves del actual comportamiento de Seehofer, a la CSU los sondeos no le atribuyen la mayoría absoluta. Esta semana se le concedía al partido del ministro del Interior un 38% de la intención de voto de cara a las elecciones de octubre. La CSU está lejísimos del 47,7% alcanzado en los últimos comicios regionales celebrados en Baviera, en 2013. En suelo bávaro, AfD ronda el 14%.
Zuber, el investigador de la Hertie School of Governance afirma que la de estos días es la versión más “radical” de Seehofer. “En mi opinión, esta estrategia [de Seehofer, ndlr.] ha sido una tentativa para ver cuántos votantes potenciales de AfD se puede ganar para las elecciones de octubre sin perder sus propios electores”, asegura este politólogo.
De seguir así, puede que Seehofer acabe siendo víctima de su propia radicalización. Esta semana, una encuesta del instituto de opinión Civey indicaba que el 61% de los alemanes estaba insatisfecho o muy insatisfecho con Seehofer. Eran mayoría los “muy insatisfechos”, que agrupaban el 55% de los encuestados.