The Sun arremete contra España. Y más en concreto contra Magaluf. En algunos de sus últimos artículos, el tabloide británico denuncia las pésimas condiciones laborales que sufren los británicos que viajan al municipio conocido por sus fiestas veraniegas y el peligroso 'balconing'.
The Sun argumenta que los jóvenes británicos que llegan a esta localidad de Mallorca lo hacen engañados por empleadores que les prometen buenos sueldos y excelentes condiciones de trabajo, pero que luego no se cumplen. Sin embargo, la mayoría de los ingleses entrevistados por el periódico han admitido que conocían los términos bajo los que iban a ser contratados y que los aceptaron para poder pagarse las vacaciones allí.
"Se esperaba que durmiera con el capitán", afirma al periódico británico Jazmín, que a sus 20 años se ha ido de casa para disfrutar de las vacaciones de su vida consciente de que iba a tener que trabajar para poder disfrutarlas. La joven cuenta que sus jefes le advirtieron de que tendría que tener sexo con algunas personas. "Estaba en la ruina, así que acepté".
Finalmente renunció porque no podía más con la presión, pero dijo que "no sabía lo que estaba haciendo ni a quién recurrir". La cuestión, según The Sun, es grave y pide a las autoridades que trabajen para combatir estas prácticas abusivas, pero en este caso y en muchos otros los jóvenes están contribuyendo al problema al aceptar deliberadamente estas condiciones y no denunciar los hechos.
El periódico británico ha expuesto en su artículo "Esclavitud, abuso sexual y prisión de infierno: dentro del infierno de Magaluf", que muchas de las ofertas de trabajo en Internet ofrecen pagar 100 euros al día por un trabajo de cuatro a seis horas, lo que representa una gran tentación para jóvenes en busca de dinero fácil y una buena fiesta, pero muchas veces terminan como "trofeos sexuales" en un centro vacacional donde abundan las bebidas y las drogas.
Pero sus artículos también demuestran que los jóvenes que llegan a Magaluf lo hacen sabiendo que dependen de sus jefes para poder pagarse el vuelo de regreso a sus casas y que van a trabajar en bares donde se usa ropa corta, donde los dueños buscan entertainers y donde una noche que no termina en una borrachera no es una buena noche.
La estudiante Helen confiesa a The Sun que no planificó nada de su viaje porque le habían contado que había buenas ofertas de trabajo en clubes. La joven admite que cuando llegó al lugar cometió el error de darle el pasaporte a su jefe como depósito y este se negó a pagarle al final de la semana argumentando que ella debía trabajar un mes para que él le diera su sueldo y le devolviera su documentación. Helen siguió trabajando diez días más y se dio cuenta de que la situación no iba a mejorar. "Entonces mis padres pagaron mi vuelo después de decirles que estaba echando de menos mi casa".
Que un jefe tome prestado un pasaporte muestra una de los métodos ilegales que se usan para forzar a los estos jóvenes a seguir trabajando, y las fuerzas de seguridad deberían investigar este asunto, según pide The Sun. A pesar de ello la blogger Alex Serruys desconfía de esta 'táctica': "Oí esas historias y ensé: ¿quién sería lo suficientemente ingenuo como para caer en eso? Al final del día, Magaluf es el tipo de lugar que te puede comer vivo, pero solo si lo dejas".
Muchos de los jóvenes admiten que toleraron estas prácticas para poder financiar sus días de fiesta en la isla. Los británicos denuncian que es costumbre que algunos de los trabajadores del club Skint terminen en la cárcel después de vender drogas; que los representantes de bares y vendedores ambulantes no sean pagados; los pasaportes sean retenidos; que los jefes presionen a los jóvenes para que tengan sexo con ellos; y que las adolescentes se degraden para conseguir dos euros de propina.
No solo jóvenes
Los adolescentes no son los únicos que "caen en la trampa" de los empleadores, según el periódico. James 'Jamesy' Alton, de 33 años, vio la oportunidad de "seguir mi sueño Factor X" cuando aceptó un puesto como gerente de entretenimiento en un club. Al artista lo convenció la oferta de un sueldo mensual de 2.000 euros al mes, con un apartamento y gastos pagados.
Los primeros días en la isla no pidió un contrato porque se estaba "adaptando y disfrutando del trabajo". Cuando Alton fue a demandarlo, la agencia que lo contactó le dijo que no tenía nada que ver con eso y que no tenía sentido darle uno porque “sería en español y no lo entendería". Es innegable que las prácticas de los empleadores deben ser combatidas, pero los extranjeros deberían evitar comenzar a trabajar y esperar un sueldo con la única garantía de la palabra de alguien que no conocen.
La publicación también contó que algunas mujeres británicas están siendo atraídas a Magaluf por ofertas de trabajos en algunos clubes de striptease que ofrecen pagar 130 libras por hora y al final no lo hacen. No obstante, también señalan que los clubes establecen todos las condiciones de los trabajos de strip claramente, incluyendo el hecho de que tienen que trabajar por adelantado para que les paguen y que el club se queda con el 40% de las ganancias de los bailarines.
Las condiciones laborales de los jóvenes extranjeros en la isla son tan alarmantes que el Gobierno británico ha llamado la atención sobre estas con una investigación que demuestra que más del 80% de los presos británicos en la isla son antiguos trabajadores de relaciones públicas, representantes y vendedores ambulantes, que solían ser sorprendidos vendiendo drogas después de que las promesas hechas sobre el alojamiento o el empleo resultaran ser falsas. Lo cierto es que mientras los jóvenes que viajan a Magaluf sigan aceptando voluntariamente las condiciones de los empleadores y no presenten denuncias a las autoridades va a ser difícil que cambie la situación actual.