"El puente Morandi es un fracaso de la ingeniería. Hay que cambiarlo". El ingeniero italiano Antonio Brencich describió en 2016 el viaducto que se ha desplomado este martes sobre Génova como un error con múltiples fallos de construcción.
La tragedia, que se ha cobrado ya más de 30 muertos, ha terminado por dar la razón a la sentencia de este ingeniero especializado en construcción con cemento. En una entrevista de hace dos años rescatada por el Corriere della Sera, Brencich avisó de que esta infraestructura era, además, una máquina de perder dinero.
"Llegará un momento en el que el coste del mantenimiento será más alto que el de reemplazarlo" por uno nuevo, pronosticó. De hecho, a finales de 1990 el dinero invertido en mantener a punto este puente de 50 años ya superaba el 80% de lo que se presupuestó para levantarlo.
El 'padre' de esta obra de ingeniería, Riccardo Morandi, ideó un sistema de construcción innovador para la época. Se trata de un puente atirantado, parecido a los colgantes, en el que el tablero principal por el que transita la autopista está suspendido sobre varios pilones centrales.
Es el mismo sistema que se utilizó para construir el puente General Rafael Urdaneta, conocido como 'puente sobre el lago' en Venezuela. Esta infraestructura también sufrió un incidente cuando un barco petrolero chocó contra uno de los pilares en 1964. Siete personas murieron al caer al vacío.
Aunque el accidente en el puente Morandi de Venezuela no tuvo su origen en la construcción, esta estructura también ha tenido que ser sometida a una larga lista de obras de remodelación y mantenimiento.
En el caso del viaducto que se ha desplomado este martes en Génova, los problemas no han cesado desde la inauguración. La prensa local ha destacado tras el accidente las múltiples quejas de los conductores sobre la cantidad de baches en el asfalto, así como las "oscilaciones" y "temblores" que se registraban al cruzar por esta vía.