Abrupta rentrée para Emmanuel Macron. Tras 16 meses al mando, el presidente francés ha afrontado este martes una remodelación de su Gobierno forzada por la dimisión sorpresa de dos de sus ministros mientras los datos de popularidad le sitúan por debajo de Hollande y a años luz de Sarkozy en el segundo año de su mandato. ¿Se acaba la luna de miel para el joven presidente que irrumpió en la política para regenerar Francia de arriba a abajo?
La dimisión en directo y sin avisar a Macron del titular de Transición Ecológica -Nicolas Hulot- la semana pasada y la renuncia de la ministra de Deportes este martes han supuesto el final de un verano complicado marcado por el escándalo con el guardaespaldas violento del presidente.
Con la remodelación del Gabinete, que finalmente ha afectado sólo a los dos ministerios vacantes, Macron quiere zanjar el bache y lanzar un mensaje de continuidad y tranquilidad para poder seguir acometiendo su agenda reformista.
Con el nombramiento de François Rugy en Transición Ecológica, Macron coloca a un político experimentado para equilibrar ideales ecologistas con la realidad política. El hasta hoy presidente de la Asamblea Francesa es un leal del presidente galo y su ascenso agradará a otro escudero de Macron, Richard Ferrand, que con toda probabilidad dejará de ser el líder de La República en Marcha para ocupar la presidencia de la Asamblea.
En la cartera de Deportes, la medallista olímpica en natación Roxana Maracineanu tomará el relevo de la también olímpica Laura Fessel, que ha dejado el Gabinete Macron por motivos personales aunque medios franceses apuntan a posibles problemas con el fisco.
"Ahora todo va mal"
Aunque los cambios han sido mínimos y la anunciada crisis de Gobierno no ha sido de la magnitud esperada, la vulnerabilidad de Macron es cada vez más visible. El nivel de crecimiento económico no es el esperado, los datos de paro no son tan buenos como los prometidos y ni la prensa conservadora le sigue regalando los oídos. "Prometió ser audaz con sus reformas, eficiente en su ejercicio del poder. Aunque en sus primeros meses cumplió sus promesas ahora todo va mal", resumía el editorial de Le Figaro de este lunes.
Las últimas encuestas de popularidad confirman la mala racha. Sólo un 31% aprueba la gestión de Macron, cuyos apoyos se diluyen en todas las franjas de edad, según un sondeo de IFOP-Fiducial. Lo preocupante es que la nota es peor que la que tenía su antecesor a la misma altura de la presidencia. Y Hollande se convirtió en el primer presidente de la República francesa que no optó a la reelección.
"Se trata de un año cero para Macron. Tendrá que hacer borrón y cuenta nueva y reconstruir todo", analiza Philippe Moreau Chevrolte de la escuela de Ciencias Políticas de París.