Jean-Claude Juncker cree que todavía no ha llegado el momento de hacer el testamento político de su mandato al frente de la Comisión Europea, que concluye en apenas un año. Un mandato marcado por la sucesión de crisis (de deuda, de refugiados, de seguridad) y con escasos logros tangibles. Por eso, en su último discurso sobre el estado de la Unión ante la Eurocámara este miércoles ha preferido presentar un programa de Gobierno para los meses que quedan antes de las elecciones europeas de mayo de 2019, con un total de 18 iniciativas concretas.
Juncker ha copiado el lema de su discurso del presidente francés, Emmanuel Macron: "Una Europa que protege". Su hilo conductor es que la UE debe dejar de ser un espectador, un comentarista al margen de la historia, para convertirse en protagonista de la escena mundial, sobre todo en un momento en que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, apuesta por el unilateralismo, el proteccionismo y la retirada de los foros internacionales. Para ello debe superar las divisiones entre el Norte y el Sur, el Este y el Oeste. Y combatir la tentación autoritaria que se impone en países como Hungría o Polonia.
Sin embargo, la mayoría de las propuestas que el presidente de la Comisión ha puesto sobre la mesa no llegarán a buen puerto. El proceso de toma de decisiones en la UE es lento y complicado y apenas quedan ocho meses para que se disuelva la Eurocámara. Muchas iniciativas enfrentan además a los Estados miembros. Otras parecen directamente un brindis al sol, como el refuerzo del euro frente al dólar o el fin de los vetos en política exterior y en impuestos. Estas son las más destacadas.
Migración
AMPLIAR A 10.000 AGENTES EL PERSONAL DE FRONTEX. Tras el fracaso del reparto de migrantes y refugiados en la UE, la prioridad ahora para Juncker es reforzar la protección de las fronteras exteriores con el objetivo de frenar las entradas irregulares. El nuevo cuerpo federal de 10.000 guardias de fronteras y costas que propone Bruselas dispondrá de sus propios barcos, aviones o helicópteros y tendrá poderes ejecutivos. Su presupuesto es de 11.300 millones para el periodo 2021-2027. Pero los países del sur se resisten porque no quieren ceder soberanía en el control de fronteras.
ACELERAR LAS REPATRIACIONES DE INMIGRANTES. En 2017, sólo el 36,6% de los migrantes que entraron de forma irregular a la UE fueron devueltos a sus países de origen. La receta de Juncker es una reforma de la directiva de retorno y de su capítulo más polémico: la detención de los migrantes pendientes de expulsión. "Para garantizar que los procedimientos de detención se completen, se necesita un uso más eficaz de la detención", sostiene su propuesta. Los Estados miembros deberán incorporar a sus legislaciones un periodo mínimo de detención de al menos tres meses. Un internamiento al que deberá recurrirse cuando hay riesgo de fuga o amenaza al orden público.
ABRIR VÍAS LEGALES Y REFORZAR LA AGENCIA DE ASILO. Juncker pide a los Estados miembros que desbloqueen la nueva "tarjeta azul" -que fue propuesta por Bruselas ya en 2016- para atraer a trabajadores altamente cualificados a la UE. Los Gobiernos europeos deben respetar además su compromiso de reasentar a 50.000 personas necesitadas de protección internacional, trayéndolas directamente de las zonas de conflicto. Finalmente, el Ejecutivo comunitario propone reformar la Oficina Europea de Asilo, con sede en Malta, aunque su función seguirá siendo asistir a las capitales y no tramitar directamente las solicitudes.
UNA NUEVA ALIANZA ÁFRICA-EUROPA. La Comisión pretende fundir los numerosos acuerdos comerciales entre la UE y África en un pacto de libre comercio entre ambos continentes "en forma de asociación económica entre iguales". El objetivo es crear hasta 10 millones de puestos en los próximos cinco años en el continente vecino. Para el periodo 2021-2027, Bruselas destinará 40.000 millones de euros a África en ayuda al desarrollo. Esta alianza debe servir para abordar las causas de raíz de la migración irregular y fijar a la población vulnerable en sus países de origen.
Seguridad
EVITAR LA INJERENCIA EXTRANJERA EN LAS ELECCIONES EUROPEAS. A Bruselas le preocupa que Rusia trate de interferir en los comicios de mayo de 2019, como ya hizo en EEUU, en otras elecciones en la UE o incluso en la crisis catalana. Juncker pide crear una red europea de lucha contra campañas de desinformación, cuya tarea será detectar posibles amenazas, intercambiar información y garantizar una respuesta rápida y coordinada. Estará formada por autoridades electorales, de ciberseguridad, de protección de datos y policía. Los partidos políticos tendrán que hacer público su gasto en campañas de publicidad en internet. Se sancionará con un 5% de su presupuesto anual a las fuerzas políticas que infrinjan las normas sobre protección de datos personales para influir deliberadamente en el resultado de los comicios.
ELIMINAR EN UNA HORA LOS CONTENIDOS TERRORISTAS EN INTERNET. Los contenidos terroristas son especialmente peligrosos durante las primeras horas de presencia en la red por la velocidad a la que se propagan. El 33% de los enlaces de este tipo se difunden en la primera hora y el 75% en apenas cuatro horas. Juncker ha propuesto una norma que obligará a las plataformas digitales como Google o Facebook a suprimir estos enlaces en el plazo máximo de una hora tras la emisión de una orden de retirada por parte de las autoridades nacionales. De no hacerlo, se enfrentan a fuertes multas de hasta el 4% de su volumen de negocios. Los gigantes de internet ya han suscrito un código de buenas prácticas voluntario, pero Bruselas considera que los resultados son insuficientes.
INCLUIR LA LUCHA ANTITERRORISTA ENTRE LAS COMPETENCIAS DE LA FISCALÍA EUROPEA. Juncker quiere que la futura fiscalía europea se ocupe de coordinar de forma centralizada las investigaciones sobre casos de terrorismo que afecten a más de un país miembro, facilitar el intercambio de información y garantizar una actuación coherente por parte de las diferentes autoridades nacionales. En todo caso, su eficacia será limitada porque sólo 22 de los 28 Estados miembros -entre ellos España- participan en la fiscalía europea, cuya única competencia hasta ahora es perseguir el fraude en las ayudas comunitarias.
Miscelánea
CONVERTIR AL EURO EN MONEDA DE RESERVA GLOBAL. En su discurso sobre el estado de la Unión, Juncker se ha quejado de que Europa paga el 80% de su factura de importación de energía -que asciende a 300.000 millones de euros al año- en dólares estadounidenses, cuando sólo el 2% de dichas importaciones proceden de EEUU. "Resulta absurdo que las empresas europeas compren aviones europeos en dólares y no en euros", ha criticado. Bruselas presentará antes de fin de año iniciativas para reforzar el papel internacional del euro frente al dólar. "El euro debe convertirse en el instrumento activo de la nueva soberanía europea", reclama el presidente de la Comisión. Una iniciativa que más parece un brindis al sol, porque los países miembros ni siquiera se ponen de acuerdo para tener una silla única en foros internacionales como el FMI o el G20.
ACABAR CON EL VETO EN POLÍTICA EXTERIOR. Otro brindis al sol. Juncker sostiene que para que la UE se convierta en una auténtica potencia en la escena internacional debe ser capaz de actuar de forma rápida y eficaz. En la actualidad, los jefes de la diplomacia de los 28 toman todas las decisiones sobre política exterior por unanimidad. Si un Estado miembro se opone, no se puede avanzar. Bruselas propone acabar con estos vetos y pasar al voto por mayoría cualificada en cuestiones como las sanciones por vulneración de los derechos humanos o el despliegue de misiones civiles. Pero es improbable que los grandes países como Francia o Alemania acepten ceder más soberanía en política exterior.
REFORZAR EL COMBATE CONTRA EL BLANQUEO DE DINERO. En los últimos meses se han destapado casos de blanqueo de dinero en bancos de Malta, Estonia o Letonia. Unas irregularidades que no sólo dañan la integridad y la reputación del sector bancario europeo sino que también suponen un riesgo para la estabilidad financiera, según Bruselas. Por eso Juncker ha propuesto dar nuevos poderes a la Autoridad Bancaria Europea para garantizar que se investiguen todos los casos de blanqueo de capitales y se impongan las sanciones correspondientes. La Autoridad Bancaria se encargará además de facilitar la coordinación entre los supervisores nacionales y con los socios internacionales.
ABOLIR EL CAMBIO DE HORA. El Ejecutivo comunitario ha presentado finalmente este miércoles su propuesta legislativa para abolir definitivamente el cambio de hora bianual en la UE. "Hay que suprimir el cambio de hora. Tal como exige el principio de subsidiariedad, son los propios Estados miembros quienes deben decidir por sí mismos si sus ciudadanos se rigen por el horario de verano o por el de invierno", ha dicho Juncker en la Eurocámara. Ahora son los Gobiernos de la UE y el propio Parlamento los que tienen en sus manos la decisión final.