Bruselas

Para contrarrestar el ambiente derrotista que se ha instalado en la cumbre sobre el brexit que empieza este miércoles, Theresa May se ha presentado en Bruselas con un mensaje optimista. Mientras los 27 aceleran los preparativos para minimizar el impacto de una salida caótica de Reino Unido, la primera ministra británica sostiene que todavía es "factible" un acuerdo de divorcio amigable "en los próximos días y semanas".

"Les voy a hablar a los líderes de los muy buenos avances que se han realizado desde Salzburgo, tanto en el Acuerdo de Retirada como sobre nuestra relación futura", ha dicho May a su llegada al Consejo Europeo. La cumbre de Salzburgo, a finales de septiembre, acabó en fiasco y fue vivida como una humillación por la primera ministra británica porque la UE rechazó sus planes para el brexit.

"Es verdad que quedan diferencias sobre la solución para Irlanda del Norte", admite May. Pero resalta que "trabajando de forma intensa los próximos días y semanas creo que es posible lograr un acuerdo. Un acuerdo que todo el mundo quiere y un acuerdo que interesa no sólo a Reino Unido, también a la UE".

May: "Todos alrededor de la mesa quieren alcanzar un acuerdo"

Antes del inicio de la cumbre, May se ha reunido con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker; con el del Consejo Europeo; Donald Tusk; y con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar. En sus declaraciones a la prensa, la primera ministra británica no ha aclarado si presentará nuevas propuestas, si la solución al problema irlandés podría ser ampliar un año la transición postbrexit ni si espera otra cumbre en noviembre.

May saluda al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker François Lenoir/Reuters

De acuerdo con la coreografía que se ha preparado para esta cumbre, May presenta primero su alegato sobre el brexit al resto de líderes europeos. Después, los otros jefes de Estado y de Gobierno se trasladan de sala y de piso en el edificio del Consejo Europeo. Mientras que May no tendrá ningún tipo de comida, a los 27 se les servirá una cena de trabajo. Una cena en la que deben acordar qué hacer en las próximas semanas.

La decisión será pedir a los negociadores de ambos lados que vuelvan a la mesa de diálogo y redoblen los esfuerzos en busca de un compromiso, según ha adelantado el ministro irlandés, Simon Coveney. Sólo si hay fumata blanca, se convocaría la cumbre extra de noviembre. En caso contrario, el brexit se quedaría como asignatura pendiente para diciembre, lo que significa que casi no quedaría tiempo para ratificar cualquier posible pacto, en particular en el Parlamento británico, y se dispararían las apuestas por una salida desordenada de Reino Unido.

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