"Lo que está en juego ahora es nuestra moneda común", sostiene el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire. Italia se ha quedado completamente aislada en la reunión del Eurogrupo celebrada este lunes en Bruselas. El resto de países de la eurozona han cerrado filas con la Comisión Europea y han respaldado su decisión sin precedentes de tumbar los Presupuestos de 2019 elaborados por el Gobierno populista de Roma por disparar el gasto público y el déficit. Le piden al ministro italiano, Giovanni Tria, que rectifique y presente antes del 13 de noviembre unas nuevas cuentas públicas compatibles con las reglas de la UE.
"A Italia se le ha pedido una revisión de su plan presupuestario y estamos esperando recibirlo. Esperamos que Italia sea capaz de dar pasos para ajustar sus Presupuestos a nuestras reglas fiscales", ha reclamado el presidente del Eurogrupo, el socialista portugués Mário Centeno.
De hecho, los ministros de Finanzas de la eurozona han aprobado una breve declaración en la que reclaman a Italia "comprometerse en un diálogo abierto y constructivo" con el Ejecutivo comunitario y "cooperar estrechamente" en la preparación de un plan presupuestario revisado que respete el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Unas finanzas públicas sólidas, prosigue el texto, constituyen "un prerrequisito para un crecimiento sólido y sostenible y un buen funcionamiento de la unión económica y monetaria".
¿Está dispuesto el Gobierno italiano a hacer caso del Eurogrupo y ajustar sus cuentas públicas a las reglas de la UE? Tria asegura que al menos está dispuesto a dialogar. "El Presupuesto no cambia pero estamos discutiendo. No tengo que contestar a la Comisión hasta el 13 y no voy a contestar aquí", ha dicho el ministro de Finanzas italiano al término de la reunión. A su juicio, los mercados se calmarán y la prima de riesgo de Italia se serenará "cuando nuestra estrategia se comprenda mejor, cuando expliquemos mejor nuestras cifras".
"Los ministros de Finanzas del Eurogrupo están en completa sincronía con la Comisión, que actúa como guardiana de los Tratados para hacer respetar las reglas", sostiene el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. El Ejecutivo comunitario pretende mantener hasta el final una política de "diálogo" con Roma, pero al mismo tiempo aplicará las normas con "rigor, firmeza y objetividad".
"No es la Comisión contra Italia, eso no tendría sentido. La Comisión está ahí para garantizar que las reglas de la eurozona se respetan, porque cuando un país no respeta las reglas, eso tiene impacto en los otros", ha resaltado Moscovici. A su juicio, un Presupuesto que aumenta la deuda pública como el que han diseñado el M5E y La Liga es "perjudicial" para los italianos: devolver esta deuda cuesta 65.000 millones al año, es decir, alrededor de 1.000 euros por italiano.
Roma debe cumplir las reglas
"Compartimos la evaluación que ha realizado la Comisión Europea. Pero además la Comisión ha tendido la mano al Gobierno italiano. Lo que deseo es que el Gobierno italiano coja la mano que le ha tendido la Comisión Europea, que pueda haber un diálogo entre el Gobierno italiano y la Comisión que permita una salida a las dificultades actuales", ha destacado el ministro de Finanzas francés.
Para él, en el pulso entre Roma y Bruselas está en juego el euro y la unión económica monetaria. "El euro es nuestra moneda común, el euro es una protección para los Estados miembros de la eurozona: una protección contra las turbulencias financieras, una protección contra las crisis económicas, una protección frente a las grandes potencias como China y EEUU", insiste Le Maire.
Un mensaje que ha repetido también el ministro irlandés de Finanzas, Paschal Donohoe. "Una de las lecciones que aprendimos de la crisis económica es que si compartimos una moneda con otros países, tenemos responsabilidades unos hacia otros. Es importante que todos los Estados miembros cumplan las reglas previstas en la legislación europea y supervisadas por la Comisión", ha dicho.
"El comportamiento de Italia pone nuestros planes en riesgo", asegura el eslovaco Peter Kazimir. A su juicio, la negativa de Roma a respetar las reglas presupuestarias de la UE impedirá avanzar en la reforma de la eurozona y reforzará a los Estados miembros que, como Alemania, Holanda o la propia Eslovaquia, se resisten a mutualizar riesgos.
El Gobierno populista italiano se niega a rectificar
Lo cierto es que el Gobierno populista italiano sigue sin dar ninguna señal de que vaya a dar marcha atrás en su desafío a la UE. Su viceprimer ministro y líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigi di Maio, ha defendido en una entrevista al FT que el resto de países de la eurozona debería seguir el ejemplo de Roma y aumentar el gasto público para estimular el crecimiento.
De hecho, los eurodiputados del M5E sostienen que Bruselas debería adoptar hacia Italia la misma estrategia que utilizó con España y Portugal en 2016. "Tras algunas amenazas de cortar los fondos europeos, la Comisión perdonó a España y Portugal por su gasto público en los Presupuestos. Esto debería servir como precedente para Italia. Es la senda a seguir para resolver los problemas en la UE. Siempre sale el sol tras la lluvia", han dicho en un comunicado.
El Ejecutivo comunitario se prepara ya para los próximos pasos en su pulso con Roma. El próximo jueves 8 de noviembre presentará sus previsiones económicas de otoño, con datos actualizados sobre déficit y deuda para Italia. Y el 21 de noviembre, si Italia no rectifica, lanzará un expediente por déficit excesivo que podría concluir con una multa de hasta el 0,2% del PIB (3.500 millones de euros) y la congelación de los fondos europeos. A la espera de lo que suceda en los próximos días, la consigna en el Eurogrupo es rebajar la tensión y apelar al diálogo.
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