El Gobierno francés dio marcha atrás en el homenaje al mariscal Philippe Pétain por su papel en la Primera Guerra Mundial, tras las críticas de la clase política y de la comunidad judía, que recordaron que al militar se le retiraron todos sus títulos tras dirigir la Francia colaboracionista con los nazis.
El ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, trató este jueves de desactivar la polémica explicando que al hablar sobre la cuestión, el presidente, Emmanuel Macron, "no dijo que había que rendir homenaje al mariscal Pétain".
En una entrevista al canal "BFMTV", Blanquer se quejó de que se habían sacado de contexto algunas de las frases que pronunció Macron durante su gira por los escenarios de la Gran Guerra en el noreste de Francia "para crear una polémica".
Hizo notar que Macron había utilizado el término de "funesto" para hablar de la actuación de Pétain como líder del régimen colaboracionista de Vichy, que participó incluso en la persecución de los judíos.
Pero matizó que eso no impedía decir que durante la Primera Guerra Mundial "fue un mariscal que contó mucho" para la victoria de Francia. "Efectivamente, el juicio (global) sobre el mariscal Pétain es negativo", concluyó el titular de Educación.
Horas antes, el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, había iniciado la corrección de la postura al señalar en su cuenta de Facebook que lo que se había anunciado es que se honraría a "los mariscales de la Gran Guerra. Algunos dedujeron que Pétain era uno de ellos. No es así".
"Si ha habido confusión es porque no fuimos suficientemente claros sobre ese punto", reconoció Griveaux.
Macron había afirmado en relación a Pétain que "se puede haber sido un gran soldado en 1914" y haber tomado "decisiones funestas" más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, de ahí que considerara "legítimo" un homenaje el próximo domingo "a los mariscales que condujeron a la victoria" del primero de esos conflictos.
El jefe del Estado lo justificaba porque no quería "ocultar ninguna página de la historia" de Francia, sino hacerlo "con la complejidad que conlleva".
Esas palabras suscitaron críticas de varios responsables políticos, como el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon o el excandidato socialista a las presidenciales, Benoît Hamon, pero también del Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia