Theresa May ha salido viva del primer amago de rebelión interna tras presentarse el acuerdo del brexit pero su futuro político sigue a merced de lo que decida el Parlamento, que deberá dar el 'sí quiero' definitivo al divorcio con la UE. El resultado de la decisiva votación, para la que nadie hace apuestas fijas, marcará el destino del Reino Unido y el de su primera ministra.
"No estoy pensando en lo que va a pasar conmigo. Estoy centrada en conseguir sacar adelante un acuerdo que es bueno para el país", ha zanjado May en una entrevista este viernes en la BBC. La premier se estaba sometiendo al tercer grado de los oyentes de la radio pública y por tres veces ha preferido no contestar: "¿Dimitirá si pierde la votación?".
De este no sabe/no contesta al contundente "no voy a dimitir" de su comparecencia tras lograr in extremis el apoyo de su Ejecutivo al acuerdo sólo dista una semana. Ocho días frenéticos en los que May ha transitado por la cuerda floja. Varios de sus ministros renunciaron al cargo calificando el texto del divorcio de perjudicial para el país y un grupo de tories pusieron en marcha el mecanismo para forzar una moción de confianza y destituirla.
La primera ministra se ha mantenido firme pero la presión interna y la amenaza de Sánchez de vetar la cumbre del domingo si no hay "garantías" sobre Gibraltar han terminado por hacer retroceder a May. No lo verbaliza pero ahora ya no descarta una dimisión si Westminster tumba el brexit.
Mientras llega el trance, May trata de convencer a los parlamentarios -incluso a los de su propio partido- y sugiere que muchos podrían cambiar de opinión si "escuchasen" al pueblo. "Creo que tenemos dos conversaciones al mismo tiempo. En el Parlamento la pregunta es quién va a votar sí o no al acuerdo y fuera la gente está pensando: resuelvan esto y cumplan el mandato" del referéndum".
Otros ministros del Ejecutivo británico también se emplearán a fondo en estas tareas de "evangelización" para desatascar el brexit. El ministro de Economía, Philip Hammond, y Liam Fox, titular de Comercio, visitarán la semana que viene Irlanda del Norte para vender el brexit.
La estrategia de May para sacar adelante al acuerdo y sobrevivir políticamente se centra en repetir un mantra confirmado por Bruselas, no hay margen para negociar otro acuerdo. "Si este acuerdo no sale adelante, volvemos a la casilla de salida", ha advertido.