Tras el humillante fracaso de Theresa May este martes ante el Parlamento británico, la primera ministra se enfrenta ahora a una moción de censura. Una moción que podría desembocar, en última instancia, en unas elecciones generales anticipadas en el Reino Unido.
La Cámara de los Comunes noqueó el acuerdo de divorcio negociado entre May y Bruselas. El resultado: 432 votos en contra y 202 votos a favor. Se trata de la mayor derrota parlamentaria de un Gobierno británico en la historia moderna. Ahora se abre un plazo hasta el próximo lunes para que la premier exponga un plan alternativo.
Lo cierto es que tras el 'no' de la cámara, el país entra en una situación política desconocida con tintes caóticos, donde no se descarta ningún escenario: desde una prórroga en las negociaciones del brexit hasta la convocatoria de unas nuevas elecciones, pasando por la celebración de un nuevo referéndum.
Por el momento, y casi sin tiempo para recuperarse del golpe, May afronta este miércoles una moción de censura provocada por el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn. Si May no recibe el respaldo de al menos la mitad de la cámara, se abrirá un periodo de 14 días en el que ella u otro candidato tendrán la opción de volver a proponer un Ejecutivo que cuente con la aprobación del Parlamento.
Pero, si, pasado ese periodo, los diputados no han respaldado a un nuevo Gobierno, se iniciará de forma automática el proceso para celebrar unas comicios, algo que desea Corbyn. Sin embargo, es bastante poco probable que el sueño del líder laborista se cumpla, dado que el norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), socio de los conservadores, anunció a última hora de este martes que apoyaría a May. "No queremos un cambio de gobierno, sino un cambio de política", le advertía el portavoz de esta formación, Sammy Wilson, a la primera ministra.
Quienes votarán en contra de May serán el Partido Nacionalista Escocés (SNP) y el Partido Liberal Demócrata, además, claro está, de los laboristas. Pero sus votos no son suficientes para que la moción de censura prospere.
Si supera la moción de confianza, como está previsto, May ya ha señalado que buscará dialogar con el resto de formaciones para dar con una alternativa que satisfaga a todos los partidos políticos, o al menos a una mayoría. Lo que sí ha asegurado la mandataria británica es que no va a pedir una prórroga más allá del 29 de marzo de 2019, la fecha del brexit, pero sí que confirma que viajará a Bruselas para volver a negociar y arrancar a la UE alguna concesión adicional.
Lo que dice Bruselas
Por su parte, la Unión Europea ha lamentado el rechazo de Westminster al acuerdo del brexit. Pero también ha querido dejar claro que en ningún caso ofrecerá nuevas concesiones a Londres, ni sobre la cuestión de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte ni sobre ningún otro aspecto del divorcio. "Este acuerdo era y sigue siendo la mejor y la única manera de garantizar una retirada ordenada de Reino Unido de la UE", ha dicho un portavoz del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
El resultado de la votación en el Parlamento británico aumenta el riesgo de una "salida desordenada" de Reino Unido, de un brexit caótico el 29 de marzo, avisa Tusk. Por eso, la UE acelerará los planes de contingencia para tratar de amortiguar el impacto económico negativo de este escenario, que podría traducirse en problemas de abastecimiento en Reino Unido, colas interminables en el puerto de Dover por los controles aduaneros y perturbaciones en el tráfico aéreo con el continente.
"El voto sobre el brexit es una mala noticia. Nuestros primeros pensamientos están con los 3,6 millones de ciudadanos de la UE que viven en Reino Unido y los británicos que residen en el continente. Necesitan garantías sobre su futuro. Siempre estaremos de su lado", ha dicho el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani. Sin acuerdo de divorcio, el derecho a quedarse de los ciudadanos no está garantizado.
La UE sostiene que la pelota está ahora en el tejado de Reino Unido: corresponde al Gobierno y al Parlamento británico decidir cuáles serán los próximos pasos. "Pido a Reino Unido que aclare sus intenciones lo antes posible. El tiempo está a punto de acabarse", ha dicho el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
La unidad de la UE se mantiene a golpe de tuit. Líderes europeos como Pedro Sánchez, el austriaco Sebastian Kurz, el belga Charles Michel, el danés Lars Lokke Rasmussen, el holandés Mark Rutte, el luxemburgués Xavier Bettel, el finlandés Juha Sipilä, el esloveno Miro Cerar, el eslovaco Peter Pellegrini, o el estonio Jüri Ratas han repetido en Twitter de forma aparentemente coordinada el mismo mensaje en con mínimas variaciones: tristeza por el resultado de la votación, negativa a renegociar, petición a Londres de que defina de una vez lo que significa brexit y acelerón a los preparativos para un brexit caótico sin acuerdo.
Por su parte, Tusk cree que la mejor solución sería que Londres diera marcha atrás y se quedara en la UE. "Si un acuerdo es imposible y nadie quiere un brexit sin acuerdo, ¿quién tendrá finalmente la valentía de decir cuál es la única solución positiva?, ha escrito el presidente del Consejo Europeo en su cuenta de Twitter. Una invitación a revertir el brexit en el último minuto.