Todos los dirigentes de la UE han vuelto a exhibir este miércoles un frente común de rechazo frontal a la petición de Theresa May, con el respaldo del Parlamento británico, de reabrir el acuerdo del brexit y en particular la salvaguarda para evitar una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte. Comisión Europea, Eurocámara y Consejo han repetido que no hay ninguna alternativa a la salvaguarda irlandesa. El nuevo intento de la primera ministra británica de volver a Bruselas a renegociar sólo es una pérdida de tiempo que agrava el riesgo de un brexit a las bravas, una salida caótica de Reino Unido el próximo 29 de marzo.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha llamado por teléfono a May para trasladarle el mensaje. "La posición de la UE es clara y coherente. El Acuerdo de Retirada no está abierto a la renegociación. Ayer descubrimos lo que Reino Unido no quiere. Pero todavía no sabemos lo que Reino Unido quiere", ha escrito después en su cuenta de Twitter.
"El Acuerdo de Retirada sigue siendo el mejor y el único acuerdo posible. La UE lo dijo así en noviembre y lo repitió en diciembre. Dijimos lo mismo tras la primera votación en enero. La votación en la Cámara de los Comunes de ayer no cambia esto. El Acuerdo de Retirada no va a renegociarse", ha sentenciado el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker durante un debate ante el pleno de la Eurocámara. Una declaración que deja translucir el hartazgo y frustración en Bruselas por la indecisión británica sobre el brexit.
"El voto de ayer aumenta el riesgo de una salida desordenada de Reino Unido. Debemos hacer todo lo posible para prepararnos a todos los escenarios, incluido el peor", ha avisado Juncker, que recuerda que quedan menos de 60 días para la fecha del brexit. De hecho, Bruselas ha aprobado este miércoles las tres últimas propuestas legislativas de contingencia para un brexit sin acuerdo: en el ámbito del programa Erasmus, la coordinación de la seguridad social y el presupuesto de la UE.
"Algunos esperan que los otros 26 países abandonarán a Irlanda en el último minuto, pero esto no es un juego", insiste el presidente de la Comisión. "No se puede volver a una frontera dura en la isla de Irlanda. No podemos volver a los tiempos oscuros", ha resaltado Juncker. Para Bruselas, lo que está en juego con la salvaguarda irlandesa es el Acuerdo de Paz del Viernes Santo en el Ulster y también la integridad del mercado único europeo.
Juego de culpas
Por su parte, el negociador de la UE, Michel Barnier, se ha quejado de que May se haya desmarcado de un acuerdo de brexit que ella misma ha negociado durante casi dos años. Y ha arremetido sin nombrarlo al antiguo negociador británico, Dominique Raab, por tratar de culpar a la UE del caos del brexit. "La Comisión siempre ha trabajado con Reino Unido, nunca contra él. Por eso me cuesta aceptar que algunos diputados británicos entren en el juego de culpar a los otros", ha denunciado.
A su juicio, la petición del Parlamento británico de buscar "soluciones alternativas" a la salvaguarda irlandesa no es realista. "En estos momentos, nadie ni de un lado ni del otro puede decir de forma clara cuál puede ser la alternativa que sea operativa y cumpla los objetivos de la salvaguarda. Necesitamos la salvaguarda tal cual es", ha defendido Barnier.
De acuerdo con la salvaguarda, Reino Unido se quedará en una unión aduanera con la UE hasta que se encuentre otra solución, como un acuerdo comercial o avances tecnológicos, que garantice que no habrá una frontera dura en Irlanda. Además, Irlanda del Norte gozará de un estatus especial dentro del mercado interior comunitario. Los euroescépticos tories más radicales temen quedar atrapados indefinidamente en esta unión aduanera y no poder negociar acuerdos comerciales independientes.
Las ideas de Londres de poner un límite temporal a la salvaguarda o añadir una cláusula que permita la salida unilateral ya han sido rechazadas repetidamente por los Veintisiete, ha insistido el negociador comunitario. La salvaguarda irlandesa es como una póliza de seguros que Bruselas no desea activar, pero que debe estar vigente en todo momento por si hay problemas con la frontera irlandesa.
"La primera ministra británica va a regresar a Bruselas. Siempre es bienvenida, especialmente en el Parlamento, ¿pero para qué? Sólo puede haber avances si las líneas rojas de Reino Unido cambian. El mandato que el Parlamento británico le ha dado a May es contra algo (la salvaguarda irlandesa), pero no hay ninguna mayoría estable a favor de algo", ha lamentado el portavoz de la Eurocámara para el brexit, el liberal Guy Verhofstadt.
"Es más importante que nunca que la UE se mantenga en calma, unida y determinada como lo ha estado durante todo el proceso. (...) Soy optimista por naturaleza y creo que todavía puede haber y habrá acuerdo con Reino Unido. Trabajaremos día y noche para que eso ocurra", ha concluido Juncker.
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