La UE prepara el casting para seleccionar al futuro titular del puesto más importante y codiciado en el área económica, el presidente del Banco Central Europeo (BCE). Una tarea nada fácil puesto que se trata de encontrar a un sucesor a la altura del banquero italiano Mario Draghi, a quien se atribuye la salvación del euro (y también de España) en verano de 2012 con sus palabras mágicas: "Dentro de nuestro mandato, el BCE está dispuesto a hacer lo que sea necesario para preservar el euro. Y créanme, será suficiente". El contexto económico y político tampoco ayuda. El crecimiento se desacelera rápidamente y el auge del populismo amenaza con bloquear las instituciones de la UE tras las elecciones de mayo. El mandato de Draghi expira el próximo 31 de octubre pero la búsqueda de candidatos ya ha comenzado.
El proceso de renovación de la cúpula del BCE se ha iniciado de hecho en el Ecofin de este martes con la elección del irlandés Philip Lane (59 años), como nuevo economista jefe en sustitución del belga Peter Praet, cuyo mandato expira el 31 de mayo. Irlanda era hasta ahora el único país fundador de la eurozona que nunca había tenido una silla en el directorio de seis miembros del BCE. Doctor en Economía por la Universidad de Harvard, Lane ejerce de gobernador del Banco de Irlanda desde 2015. El año pasado ya compitió con Luis de Guindos por la vicepresidencia del Banco Central Europeo, pero retiró en el último momento su candidatura para evitar que el Eurogrupo se dividiera. Ahora no ha tenido rivales para el puesto de economista jefe.
El nombramiento de Lane, que debe ser confirmado en la cumbre de líderes europeos del 22 y 23 de marzo, no altera el equilibrio de fuerzas en el BCE entre los halcones o duros que priorizan el control de la inflación por un lado; y las palomas o moderados que se fijan sobre todo en el impacto sobre el crecimiento por el otro. Al igual que Praet, el irlandés se sitúa en el bando de las palomas y en línea con las políticas desplegadas por Draghi para combatir la crisis. "Una política que pasa por tomarse su tiempo, esperar a los datos antes de tomar decisiones y subir los tipos de interés sólo si es necesario. Es decir, intentar no repetir los mismos errores que se cometieron durante la crisis, especialmente en 2011, cuando los tipos subieron aunque no era necesario", explica a EL ESPAÑOL Grégory Claeys, experto en política europea del think tank económico Bruegel.
Lane garantiza así una cierta continuidad del legado de Draghi más allá del final de su mandato. En tanto que número tres del banco (por detrás del vicepresidente Guindos), el economista jefe del BCE es el responsable de presentar a sus colegas las previsiones de crecimiento e inflación y las posibles opciones de política económica. Un arsenal en el que se mantendrán todas las herramientas no convencionales que puso en marcha el banquero italiano para combatir la crisis: la compra de deuda pública (que concluyó en diciembre), los tipos negativos o las indicaciones sobre la orientación futura de la política monetaria.
"Si la actual ralentización es más fuerte de lo previsto y se convierte en recesión, el BCE no tendría otra alternativa que utilizar de nuevo estos instrumentos, ya que la herramienta de bajar los tipos de interés no está disponible porque los tipos están ya a cero. Es necesario conservar estas herramientas y utilizarlas si es necesario", señala el experto de Bruegel.
Por si no fuera suficientemente difícil encontrar a un candidato que reúna la competencia técnica y la capacidad de liderazgo de Draghi, la cosa se complica todavía más porque la elección del presidente del BCE no será una decisión aislada. Coincide con la renovación de la presidencia de la Comisión (que ahora ocupa Jean-Claude Juncker), el Consejo (Donald Tusk), y la Eurocámara (Antonio Tajani). Todos estos altos cargos se negociarán en un paquete conjunto probablemente durante la cumbre del 20 y 21 de junio, justo después de conocer los resultados de las elecciones europeas de mayo.
"La elección no se basará únicamente en las cualidades personales de cada candidato. No se tratará únicamente de seleccionar al mejor presidente para el BCE. Dependerá también de cuestiones de nacionalidad, de equilibrio de poder entre los países del norte y los del sur, entre países grandes o pequeños o entre Francia y Alemania", subraya Claeys.
Los favoritos para suceder a Draghi
¿A quién beneficia en la carrera por la presidencia del BCE la elección de Philip Lane como economista jefe? En el directorio hay actualmente un país pequeño y de línea moderada, Irlanda, y un país grande del sur, España. Están también Francia (con Benoît Coeuré) y Alemania (Sabine Lautenschläger). La cúpula la completa el luxemburgués Yves Mersch, de un país pequeño y de línea dura.
Entre los principales favoritos para suceder a Draghi figuran dos franceses: el gobernador del banco de Francia, François Villeroy de Galhau, y el propio Coeuré, cuyo mandato en su actual puesto expira el 31 de diciembre. El principal problema de ambos es que el BCE ya ha tenido un presidente francés, Jean-Claude Trichet.
El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, ha remontado en las quinielas después de que el ministro de Finanzas de Italia, Giovanni Tria, no descartara apoyarle. Su candidatura cuenta con dos inconvenientes. En primer lugar, la canciller Angela Merkel prefiere obtener la presidencia de la Comisión, puesto para el que ha postulado al candidato del Partido Popular Europeo, el bávaro Manfred Weber. Pero lo más importante es que Weidmann ha votado en contra de todas las medidas de estímulo puestas en marcha por Draghi, entre ellas la compra de deuda. Pese a todo, su cotización podría volver a subir si al final los líderes europeos eligen al frente del Ejecutivo comunitario al francés Michel Barnier, el negociador del brexit y al que los analistas consideran principal tapado para suceder a Juncker.
En tercer lugar está la hipótesis finlandesa. Este país nórdico aporta hasta dos candidatos: el gobernador del Banco de Finlandia, Olli Rehn, que en su etapa de comisario de Asuntos Económicos diseñó el rescate bancario de España, y su antecesor, Erkki Liikanen. "Alguno de estos dos finlandeses podría ser el resultado de un compromiso entre Francia y Alemania, porque se les considera halcones pero al mismo tiempo apoyaron el programa de compra de deuda", apunta el analista de Bruegel.
En las últimas horas ha lanzado su campaña el gobernador del Banco de Holanda, Klaas Knot, con una entrevista al diario británico Financial Times en la que trata de suavizar su perfil de halcón monetario. Defiende que el BCE debe hacer una pausa en su plan de retirada de estímulos monetarios teniendo en cuenta el empeoramiento económico y hace valer que él no siempre ha votado en contra de las medidas de Draghi como sí hizo Weidmann. La gran asignatura pendiente es la falta de mujeres entre los candidatos, pese a las reiteradas peticiones de la Eurocámara.
¿Deberían los líderes europeos acelerar el casting para escoger a su sucesor?, le preguntaron a Draghi durante su última rueda de prensa en Fráncfort el 24 de enero. "Es una respuesta difícil y no soy del todo objetivo, pero me parece que no. Quizá le gusto a la gente!", zanjó el banquero italiano.