Bruselas

La Unión Europea se ha hartado de los juegos del Gobierno de Theresa May y del Parlamento británico y lanza un ultimátum inapelable a Reino Unido. O la Cámara de los Comunes aprueba la semana que viene en una tercera votación el acuerdo de divorcio que May firmó con Bruselas el pasado noviembre o la alternativa más probable será un brexit a las bravas y caótico el próximo 29 de marzo. Los dirigentes comunitarios se suman así a la estrategia del miedo que promueve May en un último intento de hacer pasar el Acuerdo de Retirada en Westminster

Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete tienen previsto debatir este jueves la petición que ha hecho May por carta de aplazar la fecha del brexit hasta el 30 de junio. Pero el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ya ha adelantado cuál será la respuesta: "una prórroga corta es posible, pero está condicionada a una votación positiva en la Cámara de los Comunes". El plazo extra debe servir únicamente para completar en Londres los trámites que permitan una salida ordenada.

La duración de esta miniprórroga también está sujeta a debate. La fecha del 30 de junio que ha propuesto May "plantea problemas de naturaleza jurídica y política", ha dicho Tusk. La primera ministra británica sostiene que el principal motivo por el que se ha decantado por una extensión corta es porque no quiere celebrar elecciones al Parlamento Europeo.

Pero según los servicios jurídicos de la Comisión, cualquier fecha posterior al 23 de mayo -cuando empiezan a celebrarse las votaciones europeas- obligaría de hecho a Londres a participar. De lo contrario, los ciudadanos británicos o los europeos residentes en Reino Unido podrían impugnar cualquier decisión comunitaria por no estar representados.

Juncker rechaza la fecha propuesta por May

De hecho, el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, le ha avisado de estos riesgos a May durante una conversación telefónica este mismo miércoles. "Le repitió en esta llamada su recomendación de que la retirada debe haberse completado antes del 23 de mayo", ha relatado el portavoz del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas. Pero la primera ministra ha desoído los consejos de Juncker y ha seguido adelante con su plan. 

En todo caso, la UE es muy escéptica sobre las posibilidades de que este ultimátum tenga éxito. Cree que la posición de May es muy precaria incluso dentro de su propio Gobierno y que en Westminster no hay mayorías para ninguna salida. En las dos votaciones anteriores, el Acuerdo de Retirada fue tumbado por un margen muy amplio. Pero hace un último intento porque no quiere que Londres le culpe de un brexit caótico sin acuerdo.

"Incluso aunque la esperanza de éxito al final es frágil o incluso ilusoria y aunque la fatiga del brexit es cada vez más visible y justificada, no podemos renunciar a seguir buscando hasta el último momento una solución positiva, por supuesto sin reabrir el Acuerdo de Retirada", ha dicho Tusk.

¿Otra cumbre de emergencia?

De momento, el presidente del Consejo Europeo no tiene previsto convocar otra cumbre extraordinaria la semana que viene. "Si los líderes aprueban mis recomendaciones y si hay un voto positivo en la Cámara de los Comunes, podemos finalizar y formalizar la decisión sobre la prórroga mediante un procedimiento escrito", ha explicado.

Pero si Westminster rechaza por tercera vez el acuerdo de divorcio, sí que habría una reunión de emergencia de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete para completar los planes de contingencia para un brexit sin acuerdo

El único escenario alternativo sería una prórroga larga de hasta dos años. Tusk no ha descartado explícitamente esta opción. Pero en su discurso ante la Cámara de los Comunes de este miércoles, May ha dicho que "como primera ministra, no retrasaré el brexit más allá del 30 de junio". Es decir, los líderes europeos sólo considerarán una extensión larga si cae el Gobierno británico y se celebran elecciones anticipadas.

"Hemos reaccionado con paciencia y buena voluntad a los numerosos giros en los acontecimientos y confío en que, también ahora, no nos falte la misma paciencia y buena voluntad en el punto más crítico del proceso", apunta Tusk. Quedan 9 días.

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