La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, avanzó este martes que la tramitación del proyecto de ley del brexit en el Parlamento permitirá a los diputados votar sobre la convocatoria de un segundo referéndum acerca de la salida de la Unión Europea.
La jefa de Gobierno desgranó en un discurso un paquete de medidas con las que espera ganarse el apoyo de algunos diputados de la oposición para que la Cámara de los Comunes ratifique el acuerdo del brexit, que ya ha sido rechazado en tres ocasiones.
El "nuevo acuerdo" que presentó May incluye una unión aduanera "temporal" con la UE, hasta las próximas elecciones generales en el Reino Unido, así como garantías para mantener los derechos laborales y los estándares medioambientales.
La jefa de Gobierno advirtió de que la ley del brexit, que llegará al Parlamento durante la primera semana de junio representa la "última oportunidad" para que el Reino Unido "cumpla con el resultado" de la consulta de junio de 2016, en la que se impuso la opción de abandonar la UE.
El sector más euroescéptico de los conservadores y sus socios del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP) se oponen a los términos del divorcio pactados con Bruselas, por lo que han tumbado el texto las tres veces que se ha presentado hasta ahora ante los parlamentarios.
"Inicialmente, queríamos aprobar el acuerdo con el respaldo de los conservadores y el DUP. En nuestro sistema parlamentario, así es como se hacen normalmente las cosas", indicó May.
Las trabas para lograr el apoyo de su propio partido la han llevado a tomar "la difícil decisión de intentar llegar a un acuerdo con el resto de fuerzas", recalcó.
Aunque los contactos con el Partido Laborista no han llevado a un pacto específico, sí que han facilitado un acercamiento de posturas en diversos ámbitos, aseguró la líder tory.
El punto de mayor tensión era la creación de una unión aduanera con la Unión Europea tras el brexit, el modelo de futura relación comercial que defienden los laboristas.
May se volvió a mostrar contraria a esa propuesta, al considerar que impediría al Reino Unido forjar su propia política comercial, pero acepta someter a votación la posibilidad de establecer una unión aduanera para el intercambio de bienes temporal, hasta los próximos comicios, previstos para 2022.
Una facción de los laboristas también reclama un segundo referéndum para que los británicos puedan pronunciarse sobre los términos de salida de la UE en caso de que el Parlamento los ratifique.
La primera ministra también se manifestó contraria a ese plebiscito, pero anunció que el texto de la ley del brexit obligará a que la Cámara de los Comunes se pronuncie sobre si quiere convocar un nuevo plebiscito.