Tras las elecciones a la Eurocámara del domingo, los lideres europeos aceleran los contactos para repartirse los altos cargos de la UE la próxima legislatura. Los populares europeos reclaman la presidencia de la Comisión para su candidato, el alemán Manfred Weber, protegido de la canciller Angela Merkel, con el argumento de que ellos han ganado los comicios y se mantienen como la principal familia política en Estrasburgo, aunque pierden 37 escaños. Pero socialistas y liberales rechazan a Weber -que nunca ha tenido un cargo ejecutivo y al que sólo conocen el 26% de los alemanes- y apuestan por una "mayoría progresista" que excluya al PPE.
Los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 celebran este martes una cumbre extraordinaria cuyo objetivo es lanzar las negociaciones para renovar la cúpula de la UE. Además del sustituto de Jean-Claude Juncker al frente del Ejecutivo comunitario, deben elegir a los nuevos presidentes del Consejo Europeo (cargo que ahora ocupa Donald Tusk), de la Eurocámara (Antonio Tajani) y del Banco Central Europeo (Mario Draghi), así como al Alto Representante para la Política Exterior (Federica Mogherini). Un sudoku difícil de encajar porque además hay que respetar equilibrios geográficos, ideológicos, de tamaño o de género.
El baile de sillas lo han lanzado Emmanuel Macron -aliado privilegiado de Ciudadanos en la UE- y Pedro Sánchez, que han cenado este lunes en París por invitación del presidente francés. Ambos llegan reforzados a la cita en Bruselas. Desde su victoria el 28-A, Sánchez se ha convertido en el referente de los socialdemócratas europeos. Una posición que consolida su buen resultado en las europeas: con sus 20 escaños, el PSOE se convierte ahora en la primera fuerza dentro del grupo socialista en la Eurocámara.
Macron se presenta en el Consejo Europeo con un regusto agridulce. Por un lado, ha perdido las elecciones en Francia, aunque por la mínima, frente a la ultra Marine Le Pen. La Agrupación Nacional logra 22 escaños frente a 21 de La República en Marcha. Pese a ello, el presidente francés se convierte en líder de los liberales europeos, la fuerza que más ha crecido en las elecciones y que ahora es imprescindible para apuntalar cualquier mayoría europeísta en la Eurocámara. Ni Macron ni Sánchez quieren a Weber.
"Aunque ambos pertenecen a familias políticas distintas, comparten el deseo de trabajar estrechamente, desde postulados europeístas y progresistas", han informado fuentes del palacio de la Moncloa al término de la reunión. "También están de acuerdo en que los nuevos cargos deben reflejar la nueva mayoría en el Parlamento Europeo, que ya no es sólo del PPE, sino que ahora incluye a los socialdemócratas y a los liberales", agregan las fuentes.
Las maniobras de Sánchez y Macron para bloquear al candidato de Merkel a presidir la Comisión Europea se intensifican durante las horas previas a la cumbre de Bruselas. Los dos dirigentes celebran un almuerzo restringido con los primeros ministros de Holanda, Mark Rutte, y Bélgica, Charles Michel, también de la familia liberal; y con el socialista portugués António Costa. El presidente del Gobierno se verá también con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, el primero en lanzar una campaña contra Weber. La última cita de Sánchez previa al Consejo Europeo es con la propia canciller.
La nueva sintonía que intenta construir Macron con el presidente español contrasta con el cordón sanitario que ha decretado el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, contra el PSOE para el Gobierno central. El Elíseo ha hecho saber además sus reservas al acuerdo de Gobierno entre el PP y la formación naranja en Andalucía por contar con el apoyo de Vox, un modelo que ahora podría reeditarse por ejemplo en la Comunidad de Madrid. En Francia cualquier pacto con la ultraderecha es una línea roja. No obstante, la candidata de Macron a las europeas, Nathalie Loiseau, expresó durante la campaña su apoyo sin fisuras a Luis Garicano.
"Seguimos siendo la primera fuerza política en Europa. Esto significa que corresponde al PPE la presidencia de la Comisión Europea, liderar las negociaciones para elegir a los presidentes de las otras instituciones así como al jefe de la diplomacia Europea", ha defendido este lunes el secretario general del PPE, el español Antonio López-Istúriz, frente a los que cuestionan la figura del alemán. "Manfred Weber, nuestro candidato, debe ser el próximo presidente de la Comisión", ha agregado.
"Ningún candidato ha logrado una mayoría en el Parlamento Europeo", le replica el portavoz de los liberales, el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt. "El nuevo equilibrio de poder en la Eurocámara exige un candidato a presidir la Comisión que pueda construir una mayoría sólida que vaya más allá de líneas partidistas", ha resaltado Verhofstadt en un comunicado que lleva también la firma del partido de Macron.
¿Quién puede ser este aspirante con apoyo mayoritario en la Eurocámara y que genere también consenso entre los líderes europeos? Sánchez mantiene su respaldo al candidato de los socialistas europeos, el holandés Frans Timmermans, que contra todo pronóstico ha ganado las elecciones en Países Bajos. Por su parte Macron no se ha decantado claramente en público por ningún nombre, aunque los liberales europeos apuestan por la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, que se ha hecho famosa por su ofensiva implacable contra los gigantes tecnológicos de EEUU.
Una mayoría progresista alternativa
¿Podrán superar estas diferencias y formar un frente común? Timmermans y Vestager exhibieron una gran sintonía durante su primera comparecencia ante la prensa tras conocerse los resultados preliminares este domingo. El holandés apostó por una "mayoría progresista" que incluiría a liberales, socialistas, verdes e incluso la izquierda radical. Pero los números no le dan: sumarían un máximo de 363 escaños, todavía lejos de los 376 de la mayoría absoluta que necesita el presidente de la Comisión.
Por su parte, Vestager ha dado a entender que ella es la candidata común. "He trabajado cinco años rompiendo monopolios y eso es lo que han hecho los votantes hoy. Se ha roto el monopolio del poder", afirmó el domingo. En una entrevista con EL ESPAÑOL, la comisaria danesa dijo que esperaba que los democristianos más centristas se sumaran también a su candidatura.
En cualquier caso, la ausencia de un candidato que cuente con un respaldo claro de la Eurocámara despeja el camino para que los líderes europeos pongan sobre la mesa otros nombres: entre los más repetidos entre los tapados están el negociador del brexit, Michel Barnier; la ex comisaria búlgara, Kristalina Giorgieva; o la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.
¿Qué papel jugará la derecha radical de Matteo Salvini y Marine Le Pen en este reparto de altos cargos? Su resultado en las europeas ha quedado por debajo de las expectativas generadas: el escenario de una explosión populista en Europa no se ha producido. En total suman 171 asientos, el 23% del total frente al 20,5% en la pasada legislatura. Pero no logran su objetivo de alcanzar una minoría de bloqueo de un tercio que les permita paralizar el funcionamiento de la UE.
Salvini ya ha admitido que sus expectativas no son muy altas. No aspira a ninguno de los puestos más importantes, sino que se conforma con una cartera digna en la Comisión Europea. "Queremos lograr una cartera de economía y no de filosofía: comercio, agricultura o competencia. Y en tanto que Liga tendremos más oportunidades de reforzar nuestra voz", ha señalado este lunes.