"Va a ser una mayoría muy justa y no está al abrigo de un accidente. Los que la designaron van a tener que hacer un esfuerzo y tirar de teléfono de aquí al martes", explica a EL ESPAÑOL un veterano funcionario europeo. La candidata propuesta por los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 a presidenta de la Comisión Europea, la democristiana alemana Ursula von der Leyen, se enfrenta esta semana a una votación de investidura en la Eurocámara al filo de la navaja. De momento, sólo tiene confirmado al 100% el apoyo del Partido Popular Europeo, que cuenta con 182 escaños. No dispondrá de una segunda oportunidad: si es rechazada, los Gobiernos deben proponer a otro candidato en el plazo de un mes.
La ministra alemana de Defensa -designada por sorpresa el 2 de julio al margen de los candidatos declarados (Spitzenkandidaten) de las diferentes fuerzas políticas para las elecciones del 26-M- no ha logrado convencer a los eurodiputados en los seis exámenes a los que se sometió la semana pasada ante los diferentes grupos políticos, todos salvo la ultraderecha de Identidad y Democracia. Con los votos del PPE ya garantizados, Von der Leyen ha tenido que improvisar un esbozo de programa cuyo propósito es atraerse a socialistas, liberales y verdes. Eso sí, sin pasar nunca de las generalidades.
La candidata propone aumentar del 40% al 50% el objetivo de reducción de emisiones de CO2 para 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050. Los países más rezagados, en particular los del Este por su dependencia del carbón, serán compensados con fondos de cohesión. También defiende una tasa de CO2 en frontera para gravar las importaciones de países que no respeten el acuerdo climático de París.
En materia social, Von der Leyen aboga por implantar un salario mínimo en todos los Estados miembros y un seguro europeo de paro. También promete dar a la Eurocámara el derecho a proponer nuevas leyes de la UE. O resucitar para la próxima legislatura el sistema de los Spitzenkandidaten, pese a que su elección como presidenta de la Comisión supondría enterrarlo. Además, garantiza un equipo de comisarios con paridad de género.
Pero la ofensiva de seducción de Von der Leyen ha fracasado. Los Verdes (74 escaños) ya han anunciado que votarán en contra. "No hemos escuchado ninguna propuesta concreta, ni sobre el Estado de derecho, ni sobre el clima, ni sobre la crisis humanitaria en el Mediterráneo", alega el eurodiputado de Catalunya en Comú, Ernest Urtasun. "Sin ambición, sin compromisos concretos en asuntos relevantes y tras un proceso en el Consejo Europeo que lamina el rol del Parlamento", se ha quejado.
Por su parte, tanto los liberales de Renovar Europa (108 escaños) -grupo en el que está Ciudadanos- como sobre todo los socialistas (154) están divididos internamente: han aplazado la decisión sobre el sentido de su voto a este lunes por la noche o incluso al martes por la mañana. Los dos grupos han remitido sendas cartas a Von der Leyen con las contrapartidas que exigen a cambio de su apoyo.
Renovar Europa le reclama un "compromiso muy claro e inequívoco" de que pondrá en marcha un mecanismo para vigilar el respeto al Estado de derecho en todos los países miembros, con un régimen de sanciones a los incumplidores. Se trata de evitar cualquier marcha atrás en los expedientes abiertos por Bruselas contra la Hungría de Viktor Orbán o la Polonia de Ley y Justicia, que jugaron un papel decisivo en la designación de Von der Leyen.
Los liberales quieren además que se convoque una Conferencia sobre el Futuro de Europa y garantizar que su candidata al 26-M, la danesa Margrethe Vestager, tendrá una vicepresidencia "exactamente" en pie de igualdad con el candidato socialista, Frans Timmermans, en la nueva Comisión. Von der Leyen ha dicho que Timmermans será su vicepresidente primero y que Vestager estará "a su misma altura". ¿Puede haber dos vicepresidentes primeros?
El grupo socialista, el más dividido
El grupo socialista, dirigido por la eurodiputada del PSOE Iratxe García, es ahora mismo el más fragmentado. Hasta el final confió en que su negociador, Pedro Sánchez, conseguiría aupar a Timmermans como sucesor de Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión. Pero el presidente español fracasó en el intento y se conformó con el premio de consolación de la jefatura de la diplomacia europea para Josep Borrell. Un resultado que la propia García tachó de "profundamente decepcionante".
Paradójicamente, el rechazo a Von der Leyen lo encabezan los socialdemócratas alemanes, pese a que comparten Gobierno con ella en Berlín. También se inclinan por el 'no' italianos y belgas, mientras que españoles, portugueses y nórdicos -que están en el Gobierno en sus respectivos países- apoyarán a la alemana. "Necesitamos que asuma compromisos concretos sobre nuestras demandas clave o no podremos apoyar su candidatura", avisa la carta de los socialistas a la ministra alemana de Defensa. Un plan de cinco folios que recoge mayoritariamente propuestas ya en marcha y que escapan al control de la Comisión.
Para ser elegida, Von der Leyen necesita una mayoría absoluta de 374 de los 747 escaños atribuidos: los de Carles Puigdemont, Toni Comín y Oriol Junqueras se han declarado vacantes, mientras que un eurodiputado danés ha sido nombrado ministro y aún no tiene sustituto. Ahora mismo, entre populares, socialistas y liberales, sólo tendría garantizados alrededor de 350 votos, asegura a EL ESPAÑOL otro alto funcionario de la UE. "Le faltarían 25, pero si no llega a los 400 será un resultado malo", apunta. La votación es secreta, con papeletas. Cualquier cosa puede pasar.
Ante el alto grado de incertidumbre, la semana pasada se habló de aplazar la votación a septiembre o de retrasarla al menos un día, hasta el miércoles. Pero finalmente la Conferencia de Presidentes, equivalente a la Mesa del Congreso, ha fijado la investidura para este martes 16 de julio. La jornada empezará con un discurso de la candidata a las 9:00 horas, seguido de un debate en el pleno hasta las 12:30. La votación será a las 18:00 horas. ¿Significa esto que Von der Leyen cuenta ya con apoyos suficientes y por eso renuncia a la prórroga? ¿O teme que en septiembre se derrumbe definitivamente el precario equilibrio del reparto de altos cargos?
¿En manos de la derecha radical?
Al final, la elección o no de Von der Leyen podría quedar en manos de la derecha radical y de la extrema derecha. El grupo euroescéptico de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) -en el que está Vox y Ley y Justicia, el partido de Gobierno en Polonia- ve su candidatura con buenos ojos. De hecho, el Gobierno polaco apoyó su nombramiento. "Hay algunas áreas en las que estamos de acuerdo con ella, aunque no en todo. El hecho de que no fuera Spitzenkandidat nunca ha sido un problema para nosotros. Logró un apoyo casi unánime en el Consejo Europeo", ha dicho el portavoz de ECR, Gareth Goldsmith.
Sin embargo, el apoyo de los 26 escaños de Ley y Justicia todavía está en duda debido al 'cordón sanitario' que la izquierda y los liberales han aplicado a la ex primera ministra polaca, Beata Szydlo. Szydlo aspiraba a la presidencia de la comisión de Empleo de la Eurocámara, pero ha sido vetada porque en su mandato se iniciaron las reformas judiciales que según Bruselas ponen el riesgo el Estado de derecho en Polonia. Un bloqueo que ha enfurecido a Ley y Justicia y a todo el grupo de los Conservadores y Reformistas.
Idéntico conflicto se repite en el caso de los 28 escaños de La Liga de Matteo Salvini. El Gobierno populista italiano votó a favor de Von der Leyen y se vanaglorió de haber tumbado la candidatura de Timmermans. Pero al grupo de ultraderecha de Salvini y Marine Le Pen en la Eurocámara, Identidad y Democracia, se le ha marginado también en el reparto de cargos de poder. Un aislamiento en el que no sólo han participado las fuerzas de izquierda y los liberales, sino también el mismo Partido Popular Europeo al que pertenece la candidata alemana.
Los que sí han dejado clara su oposición frontal a Von der Leyen son los eurodiputados de Izquierda Unitaria, el grupo de Unidas Podemos. "No tiene una visión basada en la justicia social y los derechos humanos. Perpetuará las políticas neoliberales que han llevado a la crisis económica y a niveles sin precedentes de pobreza y desigualdad entre los europeos. También nos preocupa la militarización de la UE que propone: su legado en Alemania es de armas para Arabia Saudí y apoyo a intervenciones militares", sostiene Izquierda Unitaria.