Nils Diederich vio el pasado domingo en televisión la retransmisión de todo el desfile militar de la fiesta nacional francesa. Como veterano profesor de ciencia política de la Universidad Libre de Berlín, Diederich prestó especial atención a cómo se comportaba la canciller Angela Merkel en ese acto público, al que la jefa del Gobierno alemán acudía invitada junto una decena de dirigentes europeos.
Dos días antes de estar en París, a la canciller se la vio sentada junto a la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, en el momento de escuchar el himno de Dinamarca a la entrada de la Cancillería Federal. Merkel eludía así estar de pie ante las cámaras en una situación idéntica a aquellas recientes en las que se vio a la canciller sufrir fuertes temblores.
Oficialmente, la canciller “está bien”, según sus propios términos. “Estoy completamente convencida de que puedo rendir bien”, llegaba a afirmar Merkel tras su tercer episodio de temblores.
La presencia de Merkel en los Campos Elíseos de París supuestamente tenía que tranquilizar en Alemania, pues en su país no son pocos los que muestran inquietud por el estado de salud de su jefa de Gobierno. Nils Diederich está entre los observadores inquietos. Que Merkel se dejara ver en los Campos Elíseos no le ha convencido de que, según la propia canciller, “no hay de qué preocuparse”.
“Yo tengo la impresión de que la canciller no parece estar muy sana. En París parecía que buscaba mantener la compostura en todo momento. Daba la impresión de ser alguien que estaba al menos un poco enferma”, comenta Diederich a EL ESPAÑOL. “Mi impresión es que está más afectada de lo que ella está dispuesta a admitir”, añade.
Desde que comenzaran los episodios de temblores de Angela Merkel el pasado 18 de junio, la canciller está “en observación”, según indicaba un reciente titular del diario generalista berlinés Der Tagesspiegel. Este mismo periódico no ha dudado en hacerse eco de las muchas especulaciones hechas a cuenta de lo que le pasa a la canciller, aportando incluso una valoración de un neurólogo según el cual Merkel podría padecer temblores ortostáticos, un trastorno tratable con antiepilépticos.
Aunque desde la Cancillería Federal se haya tratado de tranquilizar sobre el estado de salud de Merkel, ha sido inevitable que se expliquen los temblores de la canciller aludiendo al estrés propio de una jefa del Ejecutivo sexagenaria que lleva ya casi 14 años al frente del Gobierno. Los temblores también se han explicado en base a una eventual falta de agua o, simplemente, a la edad de la canciller. Merkel cumple 65 años este miércoles.
Su salud puede estar cuestionada, pero Merkel seguirá celebrando en su día su persistente capital político. Pese a los casi tres lustros que lleva en el poder, ella sigue siendo la figura política mejor valorada de su país. El 54% de los alemanes dicen estar “satisfechos” o “muy satisfechos” con el rendimiento de la canciller, según datos recientes del instituto de estudios de opinión Infratest Dimap.
Annegret Kramp-Karrenbauer, jefa de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y heredera de Merkel como líder de la formación conservadora, apenas cuenta con un 22% de encuestados “satisfechos” o “muy satisfechos”. Kramp-Karrenbauer está muy lejos de los valores de Merkel y de quienes más cercan se encuentran de la canciller en términos de aprobación de acuerdo con la clasificación mensual que realiza Infratest Dimap. A saber, el ministro de Asuntos Exteriores, Heiko Maas (45%), y el vicecanciller y ministro de Hacienda, Olaf Scholz (40%).
Hasta ahora, Kramp-Karrenbauer no ha podido ni ha sabido alzarse como figura capaz de pasar página en la era Merkel. “En realidad, todavía no hay candidato en la CDU para sustituir a Merkel. La CDU está muy dividida respecto la nueva dirección de Kramp-Karrenbauer. El partido aún busca una alterativa a Merkel”, analiza Nils Diederich.
El mal momento de la CDU y la salud de Merkel
Es tiempo de incertidumbre en la familia política conservadora alemana, en parte por lo que pueda deparar la salud de Merkel pero también por las dudas programáticas y de liderazgo que acusa la CDU. Pese a haber ganado por méritos propios la presidencia de la CDU a finales del año pasado, Kramp-Karrenbauer tiene todavía en Friedrich Merz un claro rival.
El deseo de Merz de aspirar a ser candidato a canciller de la CDU sigue generando no pocas especulaciones. “Merz se ha abstenido de aparecer muy claramente como candidato a sustituir a Merkel. Se ha comportado muy inteligentemente, porque sabe que el primero que se presenta a sustituir un canciller no tiene opciones de ocupar ese cargo. En política ocurre como en el ciclismo, nadie quiere ir el primero antes del sprint final de etapa”, señala Diederich.
Por otro lado, “en caso de haber nuevas elecciones, la CDU sería el partido más votado, de esto no hay duda. Pero nadie en este momento quiere ir a nuevas elecciones”, abunda este politólogo. Tanto es así que, en las encuestas de intención de voto, a la CDU se le atribuyen valores que rondan el 26%. Son mínimos históricos para unos conservadores que quedan en esos sondeos muy poco por encima del 24% o 25% que se suele atribuir a Los Verdes. “Las dudas sobre quién sucederá a Merkel llevará a muchos votantes de la CDU a la abstención”, según Diederich.
En cualquier caso, los interrogantes generados por la salud de Merkel tampoco ayudan al partido conservador. “No sabemos si Merkel está muy enferma de verdad. Lo que me sorprende es cómo está aguantando y cómo se esfuerza en mostrarse activa. Merkel sabe que no es el momento de dimitir porque eso haría aún más daño a su partido”, sostiene Diederich. “La CDU está en un mal momento. Pero Merkel no puede hacer nada por su partido a estas alturas. La CDU tiene que resolver por sí misma la situación en la que se encuentra”, concluye el experto de la Universidad Libre de Berlín.