Boris Johnson, elegido nuevo líder del Partido Conservador y próximo primer ministro británico, es un político carismático, con fama de bufón, pero que genera tanta veneración como rechazo entre las filas "tories".
El presidente de EEUU, Donald Trump no ha tardado en felicitar este martes a Johnson, que fue ministro de Asuntos Exteriores británico. El mandatario estadounidense ha pronosticado que será un "gran" primer ministro.
Fuerte crítico de las estructuras de la Unión Europea, Johnson llega al poder con la promesa de cumplir con el brexit el próximo 31 de octubre, con o sin acuerdo, después de participar en una campaña interna en la que partió y terminó como favorito.
El nombre de Boris Johnson ya se barajó antes para sustituir a David Cameron cuando dimitió tras los resultados del referéndum del brexit. Theresa May le confió entonces el Ministerio de Asuntos Exteriores, que abandonó en julio de 2018 en la recta final de las negociaciones para el brexit.
Fue el conservador que más fuerte apostó por el Leave en la campaña del referéndum de 2016. En su renuncia avisó del riesgo de convertirse en "una colonia" de la UE si se aceptaban las exigencias de Bruselas.
Con su despeinado pelo rubio, el controvertido dirigente arrasó en la elección interna entre los diputados tories para el liderazgo, después de que se iniciara en junio este proceso por la dimisión de Theresa May como primera ministra debido a la crisis del brexit.
Johnson ha pedido firmeza en este proceso, que ha calificado como una apuesta "a todo o nada", lo que ha hecho temer que el Reino Unido se encamine hacia una retirada sin pacto del club europeo.
Con fama de histriónico y un sentido del humor que hace reír hasta a sus más exacerbados enemigos, Johnson genera pasiones y odios a partes iguales, entre los que le ven como un político talentoso y capaz de reunir abrumadores apoyos entre el electorado, y los que lo consideran superficial e irresponsable.
El ala dura del Partido Conservador -euroescéptica hasta la médula-, ha arropado a este político que fue ministro de Exteriores bajo el mandato de May y dos veces alcalde de Londres.
Sin embargo, varios miembros del Ejecutivo de May ya adelantaron su intención de no servir bajo su mandato, entre ellos el proeuropeo titular de Economía, Philip Hammond; y el ministro de Justicia, David Gauke, y el responsable de Cooperación Internacional, Rory Stewart.
Johnson es el típico conservador partidario del Estado pequeño y de la mínima intervención estatal en los sectores de la sociedad.
Pero sobre todo es un "brexiteer", que se ha enfrentado a la política de compromiso de May en las negociaciones con el bloque europeo, lo que le llevó a dimitir al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores en julio del año pasado.
Incluso ha sido acusado de haber mentido en la campaña del brexit para el referéndum de 2016 al decir que su país asignaba al club comunitario casi 400 millones de euros a la semana.
Alexander Boris de Pfeffel Johnson nació el 19 de junio de 1964 en Nueva York, pero su familia regresó poco después al Reino Unido.
Sus orígenes no son puramente británicos, ya que su bisabuelo por parte de padre fue un periodista llamado Ali Kemal que sirvió en el Gobierno de Ahmed Pasha, gran visir del Imperio Otomano.
Aunque se ha educado en los mejores colegios y tiene un acento inglés asociado a las clases privilegiadas, Johnson ha conseguido romper un poco esa imagen clasista para recibir el apoyo de los londinenses, que le mantuvieron como su alcalde entre 2008 y 2016.
"Boris", como le llama todo el mundo y como le grita la gente en la calle cuando lo ven montando en bicicleta, fue alumno del colegio secundario de Eton y realizó Estudios Clásicos en el Balliol College de la Universidad inglesa de Oxford, antes de ser periodista.
Johnson se separó el año pasado de su mujer, Marina Wheeler, al salir a la luz su nueva relación con Carrie Symonds, una joven de 31 años que trabaja para el Partido Conservador.
Es, sobre todo, un político polémico y ha sido tachado de racista por hacer comentarios inapropiados, como cuando comparó a las mujeres que llevan burka con buzones de correo o como cuando afirmó que Tony Blair -exprimer ministro laborista entre 1997 y 2007- había sido recibido en un viaje al Congo por "guerreros tribales" con sonrisas de "sandías".
Más popular y carismático que David Cameron -exprimer ministro conservador entre 2010 y 2016-, Johnson fue periodista de medios conservadores como los diarios The Times (fue despedido por inventarse una cita) y The Daily Telegraph.
En esa época dejó por escrito su euroescepticismo y el propio Johnson llegó a declarar: "Todo lo que escribí desde Bruselas tenía un impresionante y explosivo efecto sobre el partido tory, y en realidad me proporcionaba esa extraña sensación de poder". Sus artículos le valieron el calificativo de "periodista favorito de Margaret Thatcher".
En 2001 entró en política al ser elegido diputado por Henley-on-Thames, un idílico pueblo a las afueras de Londres que es una de las circunscripciones más conservadoras de Inglaterra.
Dada su popularidad, el Partido Conservador -que llevaba en la oposición desde 1997- vio rápido en Johnson una oportunidad y lo presentó como candidato tory a la alcaldía de Londres en 2007, venciendo un año más tarde al laborista Ken Livingstone, y cuatro años después volvió a repetir mandato como primer edil.
Ahora, con las encuestas sobre intención de voto desfavorables para los conservadores y el avance del Partido del Brexit de Nigel Farage, muchos tories ven a Johnson como la única figura capaz de salvar a su formación de la desintegración y poder ganar las próximas elecciones generales, previstas para 2022.
Ambicioso como pocos, su hermana, Rachel, ha recordado que, de pequeño, el mayor objetivo de Johnson era ser "el rey del mundo".