Una mujer vietnamita espera a que llegue el tranvía berlinés M8. Es domingo por la tarde y ella acaba de hacer la compra. En Alemania suele respetarse estrictamente el último día de la semana como jornada de descanso. Pero no ocurre así en el Dong Xuan Center de Berlín, una especie de pequeño Hanoi situado en el noreste de la capital alemana.
Visitar el Dong Xuan Center es una forma barata de viajar a Vietnam sin salir de Berlín. Lo componen unas ocho grandes naves industriales que abarcan unas 200 hectáreas. Aquí vienen numerosos turistas y gente deseosa de probar exóticos platos vietnamitas, cortarse el pelo a buen precio, hacerse la manicura, quitarse un tatuaje o hasta "blanquearse los dientes", según se lee en uno de sus numerosos locales que pueblan los espacios comerciales del Dong Xuan Center.
Por su puesto, aquí vienen sobre todo miembros de la comunidad asiática de Berlín, mayormente vietnamitas y comerciantes que son dueños de pequeñas tiendas que se abastecen en el Dong Xuan Center. Éste es una grandísima 'tienda de los chinos' donde van a comprar al por mayor los asiáticos que tienen abiertos bazares por todo Berlín.
La mujer que espera el M8 ha comprado dos grandes bolsas de vasos de cartón para su tienda. Lleva poco tiempo en Berlín. Hace poco que adquirió un local para abrir un establecimiento. "Hace sólo dos semanas que abrí mi tienda", dice a EL ESPAÑOL en un muy buen alemán. "He invertido mucho dinero en aprender la lengua", asegura. Pese a llevar poco tiempo en Berlín, ella reconoce haber escuchado cosas sobre las actividades ilegales de la "mafia vietnamita" de Alemania. Ésta, por lo visto, también hace de las suyas en el Dong Xuan Center.
Según informaba recientemente la empresa pública de radio y televisión de Berlín-Brandeburgo (RBB), la Policía tiene en el punto de mira de sus investigaciones al Dong Xuan Center. Al parecer, este gigantesco espacio comercial podría haber sido o estar siendo utilizado por la mafia vietnamita en una trama de tráfico de personas que incluiría a menores esclavizados. "Hay conexiones en Berlín, aparentemente también con el Dong Xuan Center por lo que conocemos gracias a nuestras investigaciones", han señalado las autoridades de aduanas a la RBB (radio y televisión pública alemana).
De acuerdo con lo que ha trascendido en los medios de comunicación germanos, el Dong Xuan Center habría servido o estaría sirviendo para ofrecer empleos ilegales a inmigrantes sin papales venidos de Vietnam. Con esos trabajos estarían pagando las deudas adquiridas con los traficantes que los trajeron hasta Europa. Se habla de cifras que rondan los 20.000 dólares (unos 17.000 euros) por venir a Europa ilegalmente.
"Tenemos pistas que indican que los traficantes están utilizando sus métodos para traer ilegalmente menores a trabajar en estudios de manicura en Alemania", según las fuentes policiales consultadas por la RBB. Estudios de manicura no faltan en el Dong Xuan Center, tampoco clientela.
Berlín, "plataforma" de tráfico de personas
Los traficantes de seres humanos traen a estos vietnamitas a Alemania u otros puntos de Europa como Reino Unidos o los Países Bajos a través de Rusia, país al que pueden acceder sin necesidad de visado los nacionales de la República Socialista de Vietnam. Desde Rusia, el viaje al oeste de Europa se hace por tierra, pasando por países del este europeo como Polonia o la República Checa.
De lo que ha trascendido hasta el momento, lo que resulta especialmente preocupante es que, desde 2012, se cuentan 470 casos de niños venidos de Vietnam de modo ilegal que han quedado registrados como "desaparecidos" por las autoridades berlinesas. En muchos de estos casos, los niños vuelven a aparecer o se dan por regresados a sus países por sus propios medios. Hasta 40.000 casos de menores desaparecidos en Berlín se han registrado entre 2012 y 2019. Sin embargo, las autoridades reconocen que entre 47 y 94 menores vietnamitas han desaparecido sin dejar rastro desde 2012, según las cuentas presentadas a finales de junio por el diario generalista berlinés Der Tagesspiegel. Es a cuenta de las noticias relativas a estos niños que este periódico de la capital alemana concluía en uno de sus titulares: "Berlín es una plataforma para el tráfico de personas".
Algunas pistas de cómo actúan los traficantes de seres humanos han venido contándose estos días atrás en la ciudad polaca de Poznan, situada a unos 150 kilómetros de la frontera con Alemania. Allí se ha juzgado a una banda de traficantes de seres humanos de procedencia asiática descubierta en la frontera germano-polaca, según han informado los medios alemanes. Una de las víctimas ha contado los malos tratos, las amenazas, los trabajos forzados y la privación de comida a la que la sometían quienes les iban a traer a Alemania.
"Los han traído a Alemania y a otras partes del oeste de Europa habiéndoles engañado deliberadamente, bajo promesas de buen trabajo", ha contado el fiscal polaco Michal Smetowski a la RBB sobre el último caso de tráfico de seres humanos que ha acabado ante los tribunales. "Les hacían pasar hambre, trabajar a cambio de nada, les golpearon e incluso violaron a una niña", según Smetowski.
Desde de la Alemania comunista
En la actividades ilegales de las mafias responsables de este tipo de inmigración con vietnamitas, Berlín juega un papel clave. Porque desde los años de la extinta República Democrática de Alemania (RDA), en la capital germana ha crecido una importante comunidad vietnamita. Junto a esta diáspora, también parecen haber florecido actividades ilícitas.
"El número de redadas contra la inmigración ilegal vietnamita crece cada año", según apuntaba recientemente el diario amarillista berlinés Berliner Tageszeitung (BZ). A ese diario, Nguyen Dong Thaahn, responsable del Dong Xuan Center, no ha negado la existencia de una problemática inmigración ilegal vietnamita, pero ha tratado despejar dudas.
"El Dong Xuan Center no es ninguna plataforma para inmigrantes ilegales. Por supuesto que existen los vietnamitas que han venido de forma ilegal, pero aquí no. Nuestros comerciantes están aquí desde los tiempos de la RDA", decía Nguyen Dong Thaahn al BZ.
A la entrada del Dong Xuan Center, muchos visitantes vietnamitas dicen "no saber nada" sobre la mafia, aseguran no comprender el alemán, no se atreven hablar o declinan hacerlo. Entre tanto, mientras se acumulan las preguntas en los despachos policiales, dos jóvenes alemanes, un chico y una chica, esperan al M8 junto a la mujer vietnamita que acaba de abrir su negocio. Él habla concluyente para EL ESPAÑOL: "para mí, esto es sólo un mercado que está abierto también los domingos".