Bruselas

La primera reunión cara a cara entre Jean-Claude Juncker y Boris Johnson celebrada este lunes en Luxemburgo, que se había presentado como decisiva para desbloquear las negociaciones del brexit, ha concluido sin ningún avance concreto. El presidente de la Comisión y el primer ministro británico se han limitado a repetir sus posiciones ya conocidas, sin ningún signo de flexibilidad adicional.

El único acuerdo tangible ha sido intensificar los contactos a nivel técnico y político de aquí a la cumbre del 17 y 18 de octubre, que emerge así como la hora de la verdad para evitar un brexit salvaje sin acuerdo. ¿Se trata de una auténtica negociación o una táctica para hacer correr el reloj hasta el 31 de octubre, la fecha del brexit?

Juncker le ha reprochado a Johnson que no haya presentado ninguna alternativa a la salvaguarda para evitar una frontera física entre Irlanda e Irlanda del Norte, el principal escollo para Londres, pese a que se comprometió a hacerlo en la cumbre del G-7 en Biarritz, hace ya 20 días. El Gobierno británico rechaza la salvaguarda por considerar que podría atrapar indefinidamente a Reino Unido en una unión aduanera con la UE y le impediría tener su propia política comercial.

"El presidente Juncker ha recordado que es responsabilidad de Reino Unido presentar soluciones legalmente operativas que sean compatibles con el Acuerdo de Retirada. Ha subrayado que la Comisión está dispuesta a examinar si esas propuestas cumplen los objetivos de la salvaguarda. Pero estas propuestas todavía no se han presentado", ha dicho la Comisión en un comunicado al término del encuentro.

Boris no pedirá otra prórroga

Por su parte, Johnson le ha comunicado al presidente del Ejecutivo comunitario su "determinación" de llegar a un acuerdo con la UE, eso sí, eliminando la salvaguarda irlandesa. A la vez, pretende proteger el Acuerdo de Paz del Viernes Santo, dos objetivos en apariencia incompatibles entre sí.

El primer ministro británico ha repetido además que no tiene ninguna intención de pedir otra prórroga del brexit pese a la ley aprobada por Westminster que le obliga y que "sacará a Reino Unido de la UE el 31 de octubre", según ha informado el Gobierno británico en otro comunicado.

Ninguna de las dos partes quiere aparecer ante la opinión pública como responsables de una ruptura salvaje. Juncker le ha dicho a Johnson que "la Comisión seguirá estando disponible para trabajar las 24 horas del día y los 7 días de la semana". También le ha asegurado de que "los 27 se mantendrán unidos". Un aviso a Londres para que no intente llegar a mini acuerdos bilaterales con los Gobiernos para amortiguar el impacto del brexit.

"Los líderes han pactado que las discusiones deben intensificarse y que pronto las reuniones empezarán a celebrarse diariamente. También se ha acordado que debe haber discusiones a nivel político entre (el negociador de la UE para el brexit) Michel Barnier y el secretario para el brexit, así como entre el presidente Juncker y el primer ministro", sostiene el comunicado difundido por el Gobierno británico.

"Ha sido una reunión amistosa. Las negociaciones continuarán a alta velocidad", se ha limitado a decir Juncker al final de la reunión. Los dos mandatarios han disfrutado un entrante de huevo pasado por agua, pollo y chantarelas; abadejo con risotto y guisantes de plato principal y sorbete de albahaca con bayas rojas y negras. 

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