Desde hace ya tres años, la OTAN se mueve a golpe de tuit de Donald Trump. Y la presión del inquilino de la Casa Blanca para que refuerce su presencia en Oriente Próximo ha marcado también la reunión de ministros de Defensa de la Alianza que concluye este jueves en Bruselas.
Desde su llegada al poder, el presidente de Estados Unidos ha tachado a la OTAN de "obsoleta" y ha puesto en duda la cláusula de defensa colectiva en que se basa. Además, ha monopolizado todas las cumbres de la Alianza Atlántica abroncando al resto de líderes, en particular a la canciller Angela Merkel pero también a Pedro Sánchez, por no gastar suficiente en defensa.
Esta misma semana, Trump ha asegurado que la OTAN "estaba cayendo como un cohete" hasta que él fue elegido presidente de EEUU y la salvó convenciendo al resto de Estados miembros de incrementar el gasto militar.
Pero la lista de exigencias del ex magnate inmobiliario a sus socios no se acaba ahí. El pasado 3 de enero, Estados Unidos mató unilateralmente al poderoso general iraní Quassen Soleimani en el aeropuerto de Bagdad, sin tan siquiera informar previamente a sus aliados de la operación.
Eso sí, tras la escalada de tensión que provocó el asesinato, en la que EEUU e Irán se asomaron al precipicio de una guerra, Trump sí que se acordó de llamar por teléfono al secretario general de la OTAN, el socialista noruego Jens Stoltenberg, para demandarle una "mayor implicación" en Oriente Próximo que aligere la carga de EEUU, sin precisar mucho más a qué se refería.
Los ministros de Defensa de la Alianza han dedicado la primera jornada de su reunión en Bruselas a tratar de buscar una solución que consiga aplacar a Trump y que al mismo tiempo no les obligue a aumentar el número de tropas en la región. Porque lo cierto es que entre los aliados no hay ningún apetito de enredarse más en el avispero de Oriente Próximo. Sobre todo teniendo en cuenta que el propio Parlamento iraquí pidió el pasado enero, tras la muerte de Soleimani, expulsar a los soldados extranjeros.
Al final, los ministros han alcanzado "un principio de acuerdo para reforzar la misión de entrenamiento de la OTAN en Irak", según ha anunciado Stoltenberg en rueda de prensa. En una primera fase, eso significará asumir algunas de las actividades de formación en Irak que ahora realiza la Coalición Internacional contra el Estado Islámico. Los aliados explorarán también "qué más pueden hacer". Los detalles y los números todavía no están claros y no se cerrarán hasta los próximos días, ha admitido el secretario general.
Cambio de mando
La OTAN cuenta con una misión de entrenamiento en Bagdad desde octubre de 2018 con alrededor de 500 soldados, aunque su actividad está suspendida desde el asesinato del general iraní por motivos de seguridad. El acuerdo alcanzado consiste en reactivar esta misión y asignarle nuevo personal procedente de la Coalición Internacional que está ya en Irak y se dedica también a labores de formación.
Es decir, los militares de la Coalición Internacional contra el Estado Islámico cambiarán de mando y pasarán a ser formadores a las órdenes de la OTAN. Con esta "trampa", la Alianza espera calmar a Trump pero sin aumentar realmente el número de tropas.
Las tropas españolas en Irak se encuentran entre las afectadas por este cambio. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha anunciado en Bruselas que España está dispuesta a que la mayor parte de sus fuerzas en Irak pasen ahora "al paraguas de la OTAN". De los casi 550 efectivos españoles que trabajan en la Coalición Internacional, alrededor de 350 se traspasarían en una primera fase al mando de la Alianza.
No obstante, Robles ha dejado claro que la tarea de los militares españoles no va a cambiar, puesto que se seguirán dedicando a labores de entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes.
La gran duda ahora es si el Gobierno iraquí autorizará o no este refuerzo del papel de la OTAN, sobre todo después de la petición de su Parlamento para poner fin a la presencia de tropas extranjeras. Stoltenberg ha insistido en varias ocasiones que "la OTAN está en Irak por invitación del Gobierno iraquí y sólo nos quedaremos mientras seamos bienvenidos porque respetamos la soberanía y la integridad territorial del país".
"Nuestro plan no es quedarnos en Irak para siempre. Nuestro plan es quedarnos todo lo que sea necesario para garantizar, junto a la Coalición Internacional y el Gobierno y las fuerzas de seguridad iraquíes, que el Estado Islámico no vuelva", ha asegurado el secretario general de la Alianza.