Una de las soluciones que busca el Gobierno de Pedro Sánchez para la crisis del campo podría acabar convirtiéndose en un callejón sin salida. La Unión Europea sopesa recortar un 14% las ayudas de la política agrícola común (PAC) para su próximo presupuesto plurianual del periodo 2021-2027 en comparación con el marco financiero actual, según la propuesta de compromiso que ha presentado este viernes el presidente del Consejo Europeo, el liberal belga Charles Michel.
Este tajo supondría un duro golpe adicional para los agricultores que se vienen manifestando por toda España durante las últimas semanas -este viernes, una tractorada ha colapsado las calles de Valencia- en protesta por el hundimiento de los precios. Un incendio social para el que de momento el Gobierno de coalición del PSOE y Podemos no ha sabido encontrar respuestas.
En la actualidad, España es el segundo beneficiario de la PAC en la UE, sólo superado por Francia. Durante el periodo 2014-2020, el campo español ha recibido casi 45.000 millones de euros de Bruselas para sostener las producciones, modernizar las explotaciones agrícolas o impulsar la innovación y la calidad. La mayor parte del dinero (34.600 millones, casi 5.000 millones al año) se destina a pagos directos a los agricultores. Otros 8.300 millones han ido para proyectos de desarrollo rural.
El recorte que propone el presidente del Consejo Europeo afecta tanto a los pagos directos, la partida que más interesa a España y que caerá un 10%, como al desarrollo rural, cuyos fondos bajarían todavía más, un 25%.
El propio Sánchez hizo una visita relámpago a Bruselas el pasado 5 de febrero para comunicarle a Charles Michel que "una PAC fuerte" es una de las líneas rojas de España en la negociación del presupuesto de la UE. El presidente del Gobierno situó las ayudas agrícolas europeas como uno de los tres pilares para hacer frente a la crisis del campo, junto con una política comercial más asertiva frente a EEUU y con medidas para apretar las tuercas a las grandes superficies.
Macron y la Eurocámara, principales aliados
De momento, el presidente del Consejo Europeo ha hecho oídos sordos a las peticiones españolas. La política agrícola común acapara todavía el 30% del presupuesto de la Unión Europea. Con el recorte del 14% que propone Charles Michel pasará de 382.500 millones de euros a 329.300 millones de euros para los 27 Estados miembros en los próximos siete años.
La hora de la verdad llegará durante la cumbre del próximo jueves 20 de febrero, que se ha convocado de forma extraordinaria para tratar de cerrar un acuerdo sobre el presupuesto plurianual de la UE. El principal aliado de Sánchez en esta batalla será el presidente francés, Emmanuel Macron, para el que preservar las ayudas al campo es también la principal prioridad con el fin de garantizar la soberanía alimentaria de la UE y la transición ecológica en el campo.
En el bando contrario se sitúa el denominado club de los frugales, que está formado por Austria, Suecia, Holanda y Dinamarca, pero que cuenta también con las simpatías de Alemania. Estos países no sólo quieren limitar el nivel de gasto de la UE al 1% del PIB como respuesta al brexit, que deja un agujero de 10.000 millones al año en las arcas comunitarias porque Reino Unido era contribuyente neto. Además, reclaman reducir los fondos para políticas que consideran anticuadas como la agricultura y aumentar la inversión en I+D o lucha contra el cambio climático.
Precisamente, el primer ministro holandés, Mark Rutte, se ha reunido este viernes en París con Macron para reafirmar esta posición. "Holanda considera que la UE debe centrarse menos en áreas tradicionales como la agricultura y más en los grandes desafíos de nuestro tiempo, como el cambio climático y las migraciones", ha escrito en su cuenta de Twitter tras el encuentro.
Rutte admite que las posiciones de los Estados miembros sobre el presupuesto de la UE siguen estando muy alejadas. De hecho, muy poca gente ve posible un acuerdo el 20 de febrero y ya se habla de convocar una nueva reunión en abril o incluso de dejarlo para la segunda mitad del año, cuando Alemania ocupará la presidencia de turno. Las negociaciones sobre dinero son las más divisivas en Bruselas y nunca hay fumata blanca a la primera.
El otro gran aliado de Sánchez en la negociación podría ser el Parlamento Europeo, que tiene también poderes presupuestarios y defiende aumentar el nivel de gasto de la UE al 1,3% del PIB, un incremento que beneficiaría a los receptores netos como España.
Los líderes de los principales grupos políticos de la Eurocámara (populares, socialistas, liberales y verdes) enviaron este jueves una carta a Michel en la que reclaman "mantener el mismo nivel de financiación para agricultura, pesca y políticas de cohesión en términos reales".
El Parlamento Europeo amenaza con bloquear cualquier presupuesto que no tenga en cuenta sus exigencias, un poder de veto que hasta ahora nunca ha ejercido y que por ello no tiene mucha credibilidad. El presupuesto plurianual de la UE se aprueba por unanimidad de los 27 Estados miembros y necesita además la ratificación de la Eurocámara.
Un presupuesto minimalista incompatible con la ambición
Para tratar de acercar posturas, Michel ha presentado una propuesta de presupuesto plurianual minimalista que se contradice con la ambición proclamada por la UE de asumir nuevas tareas en defensa, control de fronteras o lucha contra el cambio climático. Apuesta por un límite de gasto para el periodo 2021-2027 de 1,094 billones de euros, cifra equivalente al 1,074% del producto interior bruto comunitario. Una cantidad que ha sorprendido por su escaso nivel de ambición.
Apenas supone un aumento de 7.500 millones de euros respecto al plan de la anterior presidencia finlandesa de la UE, cuyo umbral era del 1,07% del PIB. Esta oferta ya fue tachada de inaceptable por los países beneficiarios netos de las ayudas europeas -entre ellos España- que acusaban a Finlandia de ser juez y parte en la negociación, ya que es contribuyente neto a las arcas comunitarias y quiere recortar las ayudas europeas. Es decir, otro amigo del club de los frugales, que de momento parece ir ganando la batalla.
La propuesta de Michel agrava además el recorte en la otra partida que le interesa a España, la de los fondos regionales para infraestructuras, I+D o protección social. Nuestro país ha recibido por este concepto 39.800 millones de euros durante el periodo 2014-2020. Para el próximo presupuesto plurianual, la rebaja que plantea el presidente del Consejo Europeo es del 12%.
El Gobierno de Sánchez se sentía particularmente cómodo con la propuesta original de Bruselas, que fue elaborada por la actual vicepresidenta económica Nadia Calviño cuando era directora general de Presupuestos de la Comisión, y que fijaba un techo de gasto del 1,11%. Con este nivel, España se mantendría como receptor neto de ayudas europeas durante el periodo 2021-2027. Es decir, seguiría recibiendo más fondos de lo que paga a las arcas comunitarias. Pero cualquier recorte adicional podría convertir a nuestro país en contribuyente neto por primera vez.
La propuesta de Michel también disminuye el gasto en las nuevas políticas que Bruselas quería potenciar para reforzar la presencia de la UE en la escena internacional. Los fondos destinados a inmigración y control de fronteras se recortan casi un 30% en comparación con el plan original de la Comisión, mientras que el gasto en seguridad y defensa se desploma un 41% y el dedicado a política exterior cae un 6,4%.