Fiasco absoluto. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han fracasado este viernes en su intento de llegar a un acuerdo sobre el presupuesto plurianual para el periodo 2021-2027. De nada han servido las 28 horas seguidas de negociaciones maratonianas, con una noche en blanco. Las diferencias irreconciliables entre países ricos y pobres, entre contribuyentes netos y beneficiarios de las ayudas europeas, entre el Norte por un lado y el Sur y el Este por otro, han frustrado cualquier posible solución.
"Desafortunadamente hemos observado que no era posible alcanzar un acuerdo. Necesitamos más tiempo. Sabemos que el presupuesto europeo es un tema difícil", ha explicado el presidente del Consejo Europeo, el liberal belga Charles Michel, al término de la reunión. Michel ni siquiera ha sido capaz de poner fecha a una nueva cumbre para tratar de desbloquear el expediente.
El naufragio se produce apenas 20 días después del adiós de Reino Unido al club europeo. Si las negociaciones presupuestarias son ya de por sí las más difíciles de la UE, el brexit ha complicado todavía más los debates: la marcha de Londres deja un agujero de hasta 12.000 millones de euros al año en las cuentas comunitarias, es decir, hasta 75.000 millones en siete años.
Además, la incapacidad de los líderes de la UE de tomar decisiones pone en cuestión su pretensión de asumir nuevas tareas en ámbitos como la digitalización, la lucha contra el cambio climático o la defensa. La falta de presupuesto socava también la ambición de los Veintisiete de hacer valer su soberanía en la escena internacional frente a potencias como Estados Unidos, China o Rusia.
El choque entre el autoproclamado club de los frugales (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia) y los amigos de la cohesión (el grupo de 17 países en el que está España) ha provocado que el inicio de la última sesión de la cumbre se retrasara nueve horas. Estaba previsto que comenzara a las 10:00 de la mañana pero lo ha hecho hasta las 18:50.
En esta reunión plenaria, los líderes europeos han constatado que las posiciones están demasiado alejadas y han dado por terminada la cumbre sin acuerdo. Este encuentro final a 27, el único del día, apenas ha durado media hora.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, logra frenar de momento los recortes del 14% en las ayudas de la política agrícola común y del 12% en los fondos estructurales que se habían planteado. Pero se trata solamente de una tregua hasta la próxima cumbre. Todas las propuestas que están sobre la mesa -salvo la del Parlamento Europeo- suponen un hachazo importante para España.
"Es un resultado insuficiente, decepcionante. Y esperamos que en las próximas semanas podamos volver a reunirnos con una propuesta mucho más ambiciosa", ha dicho Sánchez en rueda de prensa, en la que se ha mostrado convencido de que hay "margen" para aumentar el presupuesto de la UE para agricultura y regiones. "Nosotros lo que queremos es defender los intereses de España en una Europa fuerte", ha insistido.
El cisma entre los países ricos y los pobres se declaró nada más empezar el Consejo Europeo el jueves por la tarde. Los miembros del club de los frugales vetaron inmediatamente la propuesta de compromiso que había preparado Charles Michel (que establece un techo de gasto del 1,074% del PIB, es decir, 1,095 billones de euros en siete años) por considerarla excesiva. Y se atrincheraron en su exigencia inicial de limitar el presupuesto plurianual al 1%, según ha relatado el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
"Mi primer ministro siempre ha dejado claro que no va a pagar la factura", presumía un diplomático de los países ricos. La posición inflexible de los frugales desestabilizó desde el principio la cumbre. Tras una sesión inicial de menos de dos horas, el presidente del Consejo Europeo decidió disolver la reunión e iniciar una ronda de contactos bilaterales con cada uno de los 27 líderes en "modo confesionario", que se prolongó hasta las 6:30 de la mañana del viernes.
La siguiente reunión plenaria del Consejo Europeo se había convocado originalmente para las 10:00 de la mañana del viernes. Para entonces, Michel había prometido una nueva propuesta de compromiso que atendiera las reivindicaciones contradictorias de los diferentes bandos en liza. Pero el nuevo reparto no llegaba. La cumbre se retrasaba una y otra vez para dejar lugar a toda una serie de encuentros de "geometría variable". "Michel ha perdido el control de las negociaciones", se quejaba el diplomático.
En primer lugar, el presidente del Consejo Europeo, acompañado por Angela Merkel y Emmanuel Macron, se entrevistó con los miembros del club de los frugales: Mark Rutte, Sebastian Kurz, Mette Frederiksen y Stefan Löfven. Ninguno de los cuatro creía en realidad en un acuerdo. La cumbre estaba ya a punto de naufragar. "Estoy dispuesta a quedarme todo el fin de semana, pero no creo que vayamos a llegar a un acuerdo", confesaba al llegar Frederiksen.
Pero la agonía se ha prolongado durante horas. Los amigos de la cohesión, entre ellos Pedro Sánchez, han contraprogramado al club de los frugales con un encuentro paralelo en el que han acordado pasar a la ofensiva y lanzar un órdago a los países ricos. "Hemos dicho que un 1% no es aceptable y que si queremos una Europa ambiciosa basada en un presupuesto ambicioso, el presupuesto debe ser del 1,3% o cerca de eso, porque es la cifra propuesta por la Eurocámara", relataba Orbán.
A continuación, Michel se ha visto con los representantes de los amigos de la cohesión, también con Merkel y Macron como maestros de ceremonias. El eje franco-alemán ha tratado de ejercer durante esta cumbre de mediador entre los dos bandos enfrentados. Y eso pese a que la canciller alemana simpatiza más con los frugales porque no quiere asumir toda la factura del brexit, apuesta por limitar el gasto y exige conservar el cheque por el que se le devuelve parte de su aportación a las arcas comunitarias.
Por su parte, el presidente francés defiende el mantenimiento sin recortes de las ayudas de la política agrícola común, pero tampoco ha hecho bandera de ello durante los debates. "Se están comportando de forma responsable. Intentan que no se les vincule a ningún campo, porque al final alguien tiene que lograr un compromiso y eso es el trabajo de los grandes", ha señalado el primer ministro húngaro.
Además de Alemania, el club de los frugales cuenta con la simpatía de Finlandia, un país rico y defensor tradicional de la austeridad. Pero también de Irlanda, un caso mucho más sorprendente puesto que ha sido históricamente uno de los grandes beneficiarios de las ayudas europeas. "No podemos aceptar la propuesta que está sobre la mesa. Significaría que Irlanda contribuye mucho más al presupuesto de la UE pero recibiría menos de vuelta en términos de ayudas agrícolas y regionales", ha dicho el primer ministro, Leo Varadkar.
Tras todas estas consultas, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha presentado un compromiso final que suponía todavía más recortes, hasta situar el techo de gasto en el 1,069% del PIB. Un plan que ha sido rechazado de inmediato por Sánchez y el resto de amigos de la cohesión. "Consideramos que es muy insuficiente y se aleja mucho de la posición de España", han explicado un portavoz de Moncloa. Las diferencias eran insalvables.
¿Qué significa la falta de acuerdo? La UE ya va con mucho retraso en la negociación de su presupuesto plurianual. Tanto la Comisión como Charles Michel han avisado reiteradamente de que un fracaso supondría un "escenario del horror" que debe "evitarse a todo precio". Sin un pacto en breve, la UE se queda sin base legal para gastar dinero a partir de 2021 en la mayoría de sus políticas. Es decir, que podría llegar a interrumpirse la financiación europea para I+D+i o para las comunidades autónomas españolas.