Bruselas

La crisis del coronavirus ha hecho también descarrilar las negociaciones entre Reino Unido y la Unión Europea sobre el pacto comercial que debe regir sus relaciones futuras tras el divorcio. En condiciones normales, el plazo que se autoimpuso Boris Johnson de cerrar un acuerdo antes del 31 de diciembre de 2020 -fecha en que termina la transición del brexit- ya era una misión imposible: las conversaciones de este tipo duran entre 5 y 20 años.

La primera ronda de diálogo se celebró en Bruselas entre el 2 y el 6 de marzo. Participaron alrededor de 200 personas -un centenar por delegación- en 11 mesas paralelas y presenciales. En aquel momento, el covid-19 todavía se veía como un problema limitado principalmente a Italia. La crisis se agravó, pero los negociadores todavía confiaban en una segunda ronda presencial prevista en Londres esta misma semana: tomarían todas las precauciones necesarias.

Con toda la UE ya en la fase aguda del coronavirus -cancelación de eventos, cierre de escuelas, bares y restaurantes y teletrabajo generalizado-, Bruselas y Londres tardaron hasta el pasado martes en anunciar que se cancelaban las negociaciones presenciales. Las dos partes exploraban la posibilidad de recurrir a la videoconferencia, de momento sin éxito. Es muy difícil conectar de forma simultánea a tantas personas, teniendo en cuenta que la mayoría de funcionarios de la UE ya trabajan desde casa.

El último contratiempo, quizá el definitivo, llegaba este jueves con el anuncio por parte del negociador de la UE, Michel Barnier, de que está infectado de coronavirus, lo que significa además que buena parte de su equipo tendrá que hacer cuarentena reforzada. Barnier es el primer alto cargo de la UE afectado por la pandemia. "Estoy bien, la moral es buena", ha escrito en su cuenta de Twitter. 

La crisis del coronavirus redobla la presión sobre Johnson para que pida una prórroga de la transición del brexit. El Acuerdo de Retirada así lo contempla: la extensión puede ser de uno o dos años y Londres debe solicitarla como muy tarde en junio. Pero el primer ministro británico ha prometido que no lo hará y lo ha inscrito en la ley. Quiere cortar definitivamente amarras con la UE el 31 de diciembre pase lo que pase.

"Estamos en contacto regular con la Comisión Europea para explorar formas alternativas que permitan continuar las discusiones en vista del impacto del coronavirus. La anterior estructura de las negociaciones cambiará. Estamos explorando más flexibilidad para las próximas semanas, incluyendo discusiones más continuas en lugar de una serie de 'rondas' fijas", explica a EL ESPAÑOL un portavoz británico.

"Pero no vamos a extender el periodo de transición. Estamos determinados a trabajar rápidamente y estamos plenamente comprometidos con las negociaciones", agrega.

Boris Johnson, durante la rueda de prensa para explicar su estrategia frente al Covid-19 Efe

Tampoco el Ejecutivo comunitario quiere pronunciarse en público sobre la necesidad de una prórroga. "Las negociaciones seguirán de común acuerdo con Reino Unido. Hay maneras de garantizar de que puedan continuar incluso en las actuales circunstancias", ha dicho el portavoz de la Comisión, Eric Mamer.

Pero cada vez son más las voces que abogan por decretar tiempo muerto en el diálogo, pedir cuanto antes otra prórroga del brexit y concentrar ahora todos los esfuerzos en la lucha contra el coronavirus tanto en la UE como en Reino Unido. Pese a lo que sostiene en público, el propio Gobierno británico se estaría preparando ya para solicitar una extensión, según The Telegraph.

"No puede ser más obvio: una prórroga de las negociaciones será absolutamente necesaria debido a la crisis del coronavirus", sostiene la eurodiputada verde alemana Terry Reintke, una de las fundadoras del grupo de amistad entre la UE y Reino Unido en la Eurocámara, cuyo objetivo es mantener los mayores vínculos posibles tras el brexit.

"Le deseo a Michel una rápida recuperación, pero esto indica claramente por qué las negociaciones del brexit deben ponerse en pausa mientras el combate contra el covid-19 sea la máxima prioridad. Es el momento de aceptar que una prórroga es necesaria para Reino Unido y para la UE", sostiene la liberal Lucy Nethsingha, que hasta el 31 de enero fue presidenta de la comisión de Asuntos Jurídicos de la Eurocámara.

Una mujer con mascarilla en el centro de Bruselas Efe

"Ya no debería haber dudas sobre la extensión de la transición, se ha convertido en una necesidad dado el impacto del covid-19. El Gobierno británico debe admitir ahora que interesa a todo el mundo esta prórroga y la UE tiene que acomodarse a ello todo lo que sea posible", sostiene Fabian Zuleeg, analista del think tank European Policy Centre.

"En una situación con graves problemas sanitarios a corto plazo y problemas económicos a largo plazo que requieren ya medidas urgentes, no habrá suficiente tiempo político ni atención para concluir con éxito este acuerdo entre la UE y Reino Unido", avisa. Sin prórroga ni pacto el 31 de diciembre de 2020, el escenario central es un adiós caótico de Londres, que agravaría todavía más el impacto económico del coronavirus.

De momento, el Ejecutivo comunitario ha publicado su primer borrador de texto jurídico para el acuerdo con Reino Unido, mientras que Londres ha remitido un texto alternativo a Bruselas. Hay "muchas diferencias y muy graves" entre las dos partes, según dijo Barnier tras concluir la primera ronda de negociaciones.

Los principales puntos de fricción son la pesca, los problemas de distorsiones comerciales, la negativa de Reino Unido a aceptar la intervención del Tribunal de Justicia de la UE o del Convenio Europeo de Derechos Humanos o incluso la propia estructura del acuerdo.