Pese al agravamiento de la crisis, la tercera videoconferencia en tres semanas de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE consagrada al impacto del coronavirus que se ha celebrado este jueves ha vuelto a saldarse con escasos resultados concretos y con profundas divisiones entre los Estados miembros -Norte contra Sur- sobre la respuesta que hay que dar a la caída libre de la economía.
El formato virtual -obligado por las restricciones a los viajes para contener la pandemia- entorpece aún más la tradicional lentitud de la UE a la hora de tomar decisiones. "Es más complicado, porque cuando las cumbres se celebran de forma presencial en Bruselas hay momentos de pausa, apartes (para desbloquear) con los líderes que más se resisten a una decisión. Para las videoconferencias se necesita más preparación política", asegura el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. "No se puede negociar un texto en una videoconferencia", apuntan fuentes diplomáticas.
Por primera vez, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha admitido abiertamente que la reacción inicial de los países de la UE a la crisis ha sido caótica y poco solidaria. Von der Leyen se exime de toda responsabilidad y culpa a los Gobiernos europeos por haber prohibido las exportaciones de material sanitario a sus socios (Alemania o Francia) o por bloquear el transporte de bienes de primera necesidad por el cierre de fronteras (Polonia). La alemana sostiene que la situación está empezando a mejorar gracias a la intervención del Ejecutivo comunitario. ¿Por qué no lo hizo antes?
Uno de los frentes en los que ha habido más descoordinación entre los Estados miembros ha sido en la adopción de medidas de confinamiento para frenar la extensión del virus. Los Gobiernos de la UE han tomado decisiones diferentes y a un ritmo distinto: algunos, como Holanda, apostaron hasta el final por la estrategia de "inmunidad de grupo", que limita al máximo los casos de aislamiento.
Ahora ya hay consenso en que se necesitan "medidas decisivas para contener y ralentizar el contagio del virus", según figuraba en las conclusiones de la videocumbre. Todos los Estados miembros han optado ya por alguna forma de confinamiento al menos hasta mediados de abril.
Criterios similares para levantar las restricciones
El paso siguiente es evitar que esta cacofonía se repita a la hora de levantar las medidas de aislamiento social. El riesgo es enorme: que los países que hayan controlado la pandemia sufran rebrotes debido a casos importados de otros Estados miembros. O que el actual cierre de las fronteras interiores de Schengen se convierta en permanente. Por eso, los líderes europeos han aprobado trabajar en una "estrategia de salida coordinada", no sólo en el ámbito económico sino también en el sanitario.
Se trata de elaborar "criterios similares a la hora de levantar progresivamente las medidas restrictivas que se han tomado y hacerlo de forma más armoniosa con el fin de evitar que haya países que tomen decisiones unilaterales que tengan efectos secundarios negativos en los países vecinos dentro de la UE", ha explicado Michel en una entrevista en la cadena LN24.
En esta estrategia coordinada de salida del confinamiento ya ha empezado a trabajar el equipo asesor de epidemiólogos y virólogos recién creado por Von der Leyen, aunque de momento no hay muchas concreciones. Los expertos dicen que las medidas restrictivas actuales deben mantenerse el tiempo suficiente y no pueden levantarse todas a la vez sino que tiene que hacerse de forma progresiva y sincrónica en toda la UE, aunque teniendo en cuenta los contextos nacionales. Si el virus se reactiva, el confinamiento deberá reimponerse de inmediato.
Hasta ahora, un total de 12 países de la Unión Europea (además de Noruega y Suiza) han introducido controles en las fronteras internas del espacio Schengen por el coronavirus: Estonia, Bélgica, Alemania, Austria, Hungría, España, Portugal, Estonia, Lituania, Polonia, Finlandia y República Checa. Los líderes constatan que todavía hay problemas de ciudadanos que no pueden regresar a sus países y colas de transportistas y se comprometen a resolverlos lo antes posible. Además, no descartan prolongar el cierre de 30 días decretado en las fronteras exteriores de la UE.
El abastecimiento de equipos médicos, prioridad clave
Por lo demás, los jefes de Estado y de Gobierno han constatado que los problemas de abastecimiento de equipos médicos como mascarillas o respiradores son generales en toda la UE y que esta es "la prioridad más urgente" para hacer frente a la crisis. Se comprometen a levantar todas las restricciones a las exportaciones dentro de la UE que todavía siguen vigentes y le piden a la Comisión que redoble los esfuerzos para mejorar el suministro.
En particular, los líderes europeos respaldan la estrategia de licitaciones conjuntas emprendida por Bruselas para lograr mejores condiciones y precios más bajos. La primera licitación -en la que han participado 25 de los 27 Estados miembros, entre ellos España- concluyó el pasado martes y según el Ejecutivo comunitario fue "todo un éxito".
Los fabricantes presentaron ofertas que cubren las cantidades solicitadas para máscaras, guantes, gafas protectoras, pantallas faciales y monos. Pero el material no empezará a llegar hasta dentro de dos semanas. Los detalles de cantidades y precios son de momento confidenciales. La segunda compra conjunta se centrará en los respiradores. Otra prioridad es aumentar la capacidad para realizar tests.
Los jefes de Estado y de Gobierno han aprobado además la decisión del Ejecutivo comunitario de crear de cara al futuro una reserva estratégica de equipos médicos y le piden que aumente su presupuesto inicial previsto de 50 millones de euros. Además, se comprometen a acelerar los esfuerzos en materia de investigación contra el coronavirus. Hasta ahora, la UE ha movilizado 140 millones de euros para 17 proyectos, incluyendo vacunas.
Contrarrestar los bulos para desacreditar a la UE
La principal lección que los jefes de Estado y de Gobierno han extraído del caos del coronavirus es que se necesita un Centro Europeo de Gestión de Crisis que facilite la coordinación. Por eso piden a Von der Leyen que presente cuanto antes propuestas legislativas en este sentido. Además, acelerarán los esfuerzos conjuntos para repatriar a los ciudadanos comunitarios que han quedado atrapados en países terceros tras la suspensión de la mayoría de los vuelos.
Finalmente, los líderes europeos están alarmados por la gran cantidad de desinformación y bulos que circulan sobre el covid-19, muchos promovidos desde el Kremlin, responsabilizando a la UE de extender la pandemia. Las imágenes del vuelo de Iberia cuyo aterrizaje se impidió en Guayaquil (Ecuador) acusado de portar el virus han provocado una fuerte conmoción en Bruselas. Un problema que se está registrando no sólo en América Latina, sino también en África.
"Hay un claro intento de desacreditar a la UE, incluso mediante la estigmatización de los ciudadanos de la UE en el extranjero, presentado al coronavirus como una enfermedad del hombre blanco o culpando a los ciudadanos europeos", denunciaba esta semana el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell. "Difundir información falsa es jugar con la vida de la gente. La desinformación puede matar", avisó.
Por eso, los jefes de Estado y de Gobierno encargan a Borrell que desarrolle una nueva estrategia de comunicación política con el objetivo de difundir de forma transparente lo que hace la UE y contrarrestar la propagación de notificas falsas para atacar a los europeos.