Más de 80 millones de habitantes, una cuarentena más corta, menos estricta y la curva de contagios prácticamente doblegada. Alemania ya "controla" la epidemia de coronavirus y Merkel ultima su plan para reabrir paso a paso el país y resucitar la economía para que Berlín siga siendo la locomotora de la Eurozona cuando remita la peor pandemia en 100 años.
La canciller alemana, física de formación, afronta en su último mandato el gran reto del coronavirus con gran ventaja respecto a sus socios europeos. Mientras Reino Unido, España, Italia o Francia siguen sumando más de 500 muertos y miles de contagiados cada día, en Alemania eran 141 los nuevos fallecidos y 758 los nuevos contagios, según los datos este viernes.
Un mes después de decretar las medidas restrictivas, el Gobierno alemán ha sacado pecho de su gestión. El ministro de Sanidad, Jens Spahn, valora que el "frenazo total" acordado hace cuatro semanas "ha sido un éxito" y asegura que el brote de Covid-19 es ya "controlable".
El Instituto de Virología Robert Koch estima que el famoso R0, el índice que mide a cuantas personas puede infectar un contagiado, está ya sobre 1, una cifra que permite a Merkel pensar ya en la reapertura y la reconstrucción.
Sin colapso sanitario
El titular de Sanidad valora que Alemania ha superado lo peor del pico de contagios (son más 138.000 en total) sin que el sistema de salud haya estado ni siquiera cerca de colapsar.
La red hospitalaria pública contaba con 30.000 camas de unidades intensivos y se amplió la capacidad hasta los 40.000 para hacer frente al coronavirus. Según los datos ofrecidos por Sanidad, seis de cada siete casos de coronavirus se han atendido de forma ambulatoria, gracias a los médicos de familia y a los seguimientos a distancia.
Además de la solidez del sistema de salud, el éxito de la estrategia alemana contra la pandemia radica en el elevado número de test realizados. El ministro Spahn se refirió asimismo a los más de 1,7 millones de test realizados hasta el momento, alrededor de 350.000 por semana, y agregó que los laboratorios pueden incluso doblar esa cifra.
En cuanto a la escasez de mascarillas, tan necesarias para "los que luchan en el frente" contra el coronavirus, Spahn informó de que esta semana llegaron a Alemania 80 millones de unidades, entre ellas 20 millones del tipo FFP2 para el personal sanitario.
E insistió en que la prioridad del Gobierno no es de momento obligar a llevar mascarillas sino que se confía en la "responsabilidad" de los ciudadanos para reconocer su utilidad sin tener que imponer su uso.
En cuanto a los datos sin detectar el Instituto de Virología Robert Koch estima que los afectados son muchos más que los que recogen las estadísticas. El director de esta entidad, Lothar Wieler, admite que podría haber hasta 1,3 millones de infectados, diez veces más de lo que registra el balance oficial.
Residencias: sin datos oficiales
En la aparente estrategia exitosa de Alemania falla un dato esencial: no hay cifras oficiales del número de muertos en las residencias de ancianos, cómo ha reconocido el propio ministro de Sanidad.
A falta de una estadística a nivel federal sobre el número muertes, son los diferentes distritos los que van informando sobre los nuevos focos de contagios en centros para mayores, según informa Efe.
Así, por ejemplo, en Zwönitz, en Sajonia (este), hasta el pasado martes 55 de los 85 residentes de un centro de mayores dieron positivo por coronavirus, de los cuales diez murieron, mientras en Langenzenn, en Baviera (sur) 13 ancianos de entre 79 y 93 años murieron en una residencia en la que se confirmaron 97 contagios.
Los científicos de Merkel
"La curva se ha aplanado. Pero el objetivo sigue siendo no sobrecargar nuestro sistema sanitario. Estamos ahora con un factor de reproducción de 1,0. Es decir, cada persona afectada contagia a otra persona", explica Merkel en un vídeo que se ha viralizado estos días por su precisión.
Su gestión de la crisis del coronavirus está guiada por un equipo de 26 asesores a los que Merkel escucha a diario antes de tomar cualquier decisión. Se trata de un equipo de expertos en virología pero también especialistas en psicología del comprtamiento, ética y economía.
La prensa alemana también destaca el amplio consenso que Merkel ha tejido con los gobernadores de los 16 lands de Alemania. Para reabrir el país, Merkel quiere hacer hincapié en mantener una norma básica por encima del resto: distancia interpersonal de al menos 1,5 metros. De ello depende que no se dispare la cadena de infección por encima de los valores soportables por la sanidad publica.
Ese metro y medio es controlable en espacios abiertos, de ahí que se permitan los paseos solitarios, de a dos o entre personas que convivan, así como el deporte individual. Más complejo es hacerlo en locales de grandes dimensiones o que conlleven contacto personal.
El distanciamiento social sigue vigente hasta el 3 de mayo pero desde el próximo lunes podrán empezar a abrir algunos comercios, pero no bares o restaurantes, y las escuelas lo harán de forma gradual, a criterio de cada estado federado, a partir del día 4.
Merkel, que afronta su último mandato con altos niveles de aprobación, asegura que "aplanar la curva" no es sinónimo de éxito total. En un intento por evitar que los buenos datos trasladen una falsa sensación de seguridad, la canciller advirtió que su objetivo será siempre "rastrear la cadena de infección" para permitir que la "vida pública" regrese de forma progresiva a la normalidad.