Cuando estalló la pandemia de coronavirus el teletrabajo llegó al rescate como una solución temporal, de emergencia. Quizá casi ninguna empresa confió en que fuera a funcionar: ¿empleados responsables cumpliendo con su trabajo pero sin la vigilancia del patrón? El endiablado ritmo de la pandemia ha dado al traste con la cultura del presencialismo: el teletrabajo ha llegado para quedarse y el Gobierno italiano ya legisla al respecto.
Mientras el confinamiento se relaja, Italia se asoma a una nueva realidad en la que convivir con el virus exigirá de una montaña de nuevas leyes para hacer frente a una nueva realidad con el Covid-19 aún al acecho.
El Gobierno de Giuseppe Conte reconoce el teletrabajo como un nuevo derecho de todos los empleados que tengan un hijo menor de 14 años. Una medida para facilitar la conciliación familiar que aparece en el reciente 'Decreto de Relanzamiento' aprobado por el Ejecutivo italiano.
Hasta 8 millones de familias podrán beneficiarse de la medida, según las estimaciones del diario La Stampa. Italia, que también ha ofrecido ayudas económicas directas para nannys a los padres y madres que tengan trabajos presenciales, adelanta así a España, que hasta ahora no ha legislado en profundidad sobre el teletrabajo.
En mitad de una pandemia que no remite, el 'smartworking' o teletrabajo se abre paso en las empresas de las viejas costumbres. Conciliación y turnos flexibles son las principales ventajas que aprecian los empleados que ya lo practican, con la tendencia a eternizar la jornada como contrapunto, según una encuesta del diario italiano.
En la letra pequeña de esta medida estrella de Conte hay varias salvedades para acogerse a este nuevo derecho de trasladar la oficina a casa. Sólo podrán solicitarlo si no hay un padre o madre que no trabaje y pueda hacerse cargo de los pequeños o si el conyuge no se beneficia de otras medidas de conciliación.
Sin embargo, habrá algunos aspectos en juego: para beneficiarse del derecho a trasladar la oficina a casa, es necesario que no haya otra persona en el mismo hogar que se beneficie de otros instrumentos de apoyo a los ingresos y que no haya un padre o madre que no trabaje.