La Comisión Europea ha acusado este miércoles públicamente a Rusia y a China de promover una "ola masiva" de bulos sobre el Covid-19 en la UE con el objetivo de desestabilizar el escenario político y aumentar la polarización, así como mejorar su propia imagen. Mientras que Bruselas ya ha apuntado muchas veces al Kremlin de Vladimir Putin como origen de campañas de desinformación contra la Unión, es la primera vez que señala con tanta contundencia a Pekín.
Y es que la pandemia del coronavirus ha deteriorado todavía más las ya maltrechas relaciones entre la UE y China. El régimen de Xi Jinping presionó para modificar un informe interno anterior de Bruselas que ya le acusaba de patrocinar campañas de fake news en un intento de desviar su responsabilidad por la expansión del coronavirus; también ha censurado un artículo de los embajadores europeos en Pekín por el mismo motivo.
Este miércoles, el Ejecutivo comunitario ha publicado un informe en el que pone negro sobre blanco que "actores extranjeros y algunos países terceros, en particular Rusia y China, han emprendido operaciones selectivas de influencia y campañas de desinformación sobre el Covid-19 en la UE, su vecindad y a nivel mundial, buscando socavar el debate democrático y exacerbar la polarización social, así como mejorar su propia imagen en el contexto del Covid-19".
"Mencionamos claramente a Rusia y China porque tenemos evidencias suficientes para sustentar esta afirmación", ha dicho la vicepresidenta de la Comisión responsable de Valores y Transparencia, Vera Jourova, en una rueda de prensa.
Por su parte, el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha explicado que, cuando les plantea su inquietud por estas prácticas, tanto las autoridades rusas como las chinas niegan estar detrás de estas campañas de desinformación y las atribuyen a actores privados.
Borrell ha descartado imponer sanciones a Moscú o a Pekín por difundir bulos y admite que lo único que puede hacer la UE es "luchar contra la información que difunden y ofrecer a los ciudadanos la verificación de los hechos". "No tenemos ninguna intención de entablar una guerra fría con China", ha insistido el Alto Representante.
Las plataformas deben hacer más
En su estrategia para combatir la desinformación, el Ejecutivo comunitario ha señalado también el caso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su pelea con Twitter por haber etiquetado algunos de sus tuits como potencialmente engañosos. "Apoyo la reacción de Twitter a los tuits del presidente Trump. No los borraron. Todos podemos verlos. Proporcionaron información contrastada y dieron relevancia a los hechos", ha celebrado Jourova.
En todo caso, Bruselas reclama a las plataformas digitales que intensifiquen los esfuerzos para combatir la desinformación, aplicando de forma estricta el Código de Conducta voluntario de la UE. Jourova ha informado de que la red social china Tik Tok acaba de sumarse a este Código y espera que Whatsapp haga lo propio en breve.
El Ejecutivo comunitario pide a los gigantes tecnológicos que presenten informes mensuales con datos más detallados sobre sus medidas para promover contenidos fidedignos y limitar la desinformación sobre el coronavirus. También deben incrementar su cooperación con los verificadores de datos.
"En estos tiempos del coronavirus, la desinformación puede matar", ha destacado Borrell. El informe cita bulos como que beber lejía o alcohol puro puede curar el Covid-19: el Centro de Control de Venenos de Bélgica ha registrado un incremento del 15% en el número de incidentes relacionados con la lejía.
Otra teoría de la conspiración persistente es que las instalaciones de 5G contribuyen a expandir el virus, que se ha traducido en casos de vandalismo contra este tipo de infraestructuras en algunos Estados miembros.
"Y la desinformación continuará. Las vacunas parecen ser el próximo campo de batalla. Por ejemplo, un estudio ha mostrado que la disposición en Alemania a ponerse una vacuna ha caído casi 20 puntos en menos de dos meses", ha avisado Jourova.