Cuatro tiros a bocajarro. Así fue asesinado Bruno Candé, un actor negro portugués, el pasado sábado, en Moscavide, un barrio muy cerca de Lisboa. Pasaban pocos minutos de las 13.00 horas y Candé, de 39 años, estaba sentado en un banco público, junto a su perra, cuando un hombre le disparó cuatro tiros y le asesinó.
El crimen ha conmocionado a Portugal este fin de semana y ha reabierto el debate sobre el racismo en el país, un mes después de que miles de personas salieran a la calle en varias ciudades del país, uniéndose al movimiento 'Black Lives Matter'. El asesino, un hombre blanco de 80 años que, según los testigos, le disparó a Candé sin mediar palabra, fue inmovilizado por varias personas que estaban en el lugar hasta ser detenido por la policía.
La família de la víctima, en un comunicado, sostiene que el crimen tiene motivación racial, algo que ahora investigan las autoridades. "El asesino le había amenazado de muerte tres días antes, profiriendo varios insultos racistas", sostiene la familia en el documento en el que no dudan en tachar lo sucedido de crimen "premeditado y racista".
La policía investiga lo sucedido: "En términos de motivación, aún no entendemos muy bien el porqué. Puede que tenga que ver con cuestiones meramente pasionales, dado que no existe ninguna conexión entre ellos", dijeron inicialmente a la Prensa los agentes de la Policía de Seguridad Pública (PSP). La policía señala también que los testigos escuchados hasta el momento no han mencionado haber escuchado insultos racistas en el momento de los hechos.
La organización SOS Racismo, en una publicación en Facebook, ha condenado el asesinato y ha considerado que "se trata de un crimen con motivaciones de odio racial". "Su asesino ya le había amenazado de muerte tres días antes y ha proferido insultos racistas contra la víctima en reiteradas ocasiones. El carácter premeditado del asesinato no deja margen para dudas, se trata de un crimen con motivaciones de odio racial. (...) El racismo sigue matando. Exigimos justicia para que el asesinato de Bruno Candé no sea uno más", se puede leer en su publicación.
Varias organizaciones y partidos políticos han condenado el crimen y han abierto el debate sobre el racismo en Portugal. La líder del marxista Bloco de Esquerda, Catarina Martins, ha repudiado este "crimen horrible, un asesinato violento, racista". "Cuando se deshumaniza a los demás con el racismo, estas cosas pasan", agregó Martins. "Es el momento de que la gente entienda que el racismo no es una opinión, es un crimen. Cuando no se mira a los ojos de los demás, cuando alguien cree que los demás no son iguales, entonces sucede la violencia", señaló.
Este domingo, en declaraciones a los periodistas, el ministro de Interior, Eduardo Cabrita, ha destacado que "las autoridades judiciales tomarán sus decisiones sobre un crimen que repudiamos".
El partido de extrema derecha Chega ha lamentado el crimen pero ha subrayado que no se trata de un crimen racista. "El asesinato del actor Bruno Candé es una tragedia pero nada tiene que ver con racismo. La sociedad portuguesa no es racista", dijo, considerando que "el aprovechamiento político que hace la izquierda de estos episodios es deplorable". "Portugal es el país menos racista de Europa; tal vez del mundo", agregó su líder André Ventura.
Padre de tres niños
La familia de Bruno Candé es de Guinea-Bisáu, pero él nació ya en Lisboa, el 18 de septiembre de 1980. Creció en un barrio social de la capital y desde muy temprana edad mostró su vocación por el teatro. Hizo carrera en las tablas y también en televisión, donde ha participado en algunas telenovelas.
Padre de tres hijos, dos niños de 5 y 6 años y una niña de 3, la família le define como "una persona muy sociable y amable, el tío preferido de sus sobrinos y un padre bromista, dedicado a su familia". "Por donde pasaba Bruno hacía amigos", han escrito sus familiares en el comunicado.
Hace dos años, Bruno fue atropellado mientras iba en bicicleta. El autor del atropello le abandonó en la carretera. Sería rescatado por los servicios de emergencia tras una llamada de teléfono anónima. Le encontraron inconsciente, estuvo en coma, la recuperación fue difícil y le dejó secuelas en todo su lado izquierdo. Tenía dificultades de movilidad visibles pero jamás abandonó su carrera de actor.
De confirmarse la motivación racista, no es la primera vez que Portugal registra un crimen de este tipo. El más conocido y el que mejor recuerdan los portugueses será el de Alcindo Monteiro, natural de Cabo Verde, en 1995. Tenía 27 años y fue asesinado por un grupo de extrema derecha que le propinó una brutal paliza en una calle de Lisboa. Alcindo no resistió a las varias fracturas, lesiones traumáticas y hemorragias provocadas por las patadas que recibió.
Después de él hubo otros: Wilson Neto, acuchillado por un grupo de aspirantes a Hammerskins (un grupo de supremacistas blancos) en 2013, o Giovani Rodrigues, natural de Cabo Verde, asesinado en 2019 de una paliza.