La relación de Rusia con la Unión Europea está en su momento más tenso de los últimos años. Si hace dos días Josep Borrell, alto representante para la Política Exterior de la UE, argumentaba que Rusia veía "una amenaza existencial" en la democracia de la unión, el mismo miércoles Valdimir Putin pidió de forma pública a su servicio secreto, el FSD, que trabaje para contener la agresiva campaña occidental contra su país conocida como la "política de contención de Rusia".
Esta escalada de tensión se ha podido apreciar en las relaciones bilaterales entre Rusia y la UE y los diferentes países de la unión. Además, se ha hecho especialmente visible con la encerrona sufrida por Borrell en su visita a Moscú de la que España también fue víctima en tanto que Serguéi Lavrov, ministro de exteriores ruso, acusó a nuestro país de no ser una democracia plena por los políticos presos a raíz del procés de Cataluña.
El último capítulo del juego subterráneo ha salido a flote este jueves, cuando la Fiscalía Federal alemana ha anunciado que ha presentado cargos contra un ciudadano alemán, de nombre Jens F., por espionaje. La fiscalía sospecha que este hombre, del que no se sabe nada más, pasó al servicio secreto ruso archivos en PDF que contenían planos del Bundestag, la Cámara baja del Parlamento germano.
El acusado trabajaba para una empresa que había recibido encargos en el pasado del Bundestag en el marco de las inspecciones legalmente exigidas de los dispositivos eléctricos portátiles que se utilizan en la Cámara. En el contexto de esos trabajos el acusado "tuvo acceso a archivos PDF con los planos de los inmuebles".
"Por iniciativa propia"
La Fiscalía Federal indica que entre finales de julio de 2017 y principios de septiembre de ese año el acusado "decidió, por iniciativa propia, transmitir la información sobre las propiedades del Bundestag alemán a los servicios de inteligencia rusos".
Para ello, produjo un soporte de datos con los archivos PDF correspondientes y se lo envió a un empleado de la embajada rusa en Berlín "que trabaja a tiempo completo para el servicio de inteligencia militar ruso GRU".
Esta actividad presuntamente ocurrió después de que las autoridades alemanas atribuyeran a los servicios secretos rusos un ataque informático que sufrió el Bundestag en 2015. En junio pasado las autoridades rusas calificaron de "infundadas" esas acusaciones después de que el Gobierno alemán presentara el 28 de mayo de 2020 una queja formal al embajador ruso en el país, Serguéi Necháev.
Ese mismo mes la Fiscalía General del Estado emitió una orden de detención contra el ciudadano ruso Dimitri Badin, al que se acusó de haber realizado, en connivencia con otros individuos, actividades de espionaje contra Alemania por encargo de una potencia extranjera.
La Fiscalía aseguró entonces que Badin formaba parte del grupo de hackers conocido como APT28, al que responsabiliza de los ataques ocurridos en abril y mayo de 2015; al mismo tiempo, afirmó tener pruebas de que en el momento de los hechos Badin pertenecía al servicio de inteligencia militar de Rusia, GRU.