Los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 han consagrado la segunda jornada de videocumbre celebrada este viernes a la política de seguridad y defensa y a las relaciones con la OTAN. Un debate que se ha acabado concentrando en el futuro de la relación transatlántica con Estados Unidos. Los cuatro turbulentos años de Donald Trump hicieron más por la autonomía estratégica de la Unión Europea que décadas de debates estériles.
El desprecio del expresidente norteamericano hacia la UE y también hacia la OTAN (una organización que tachó de obsoleta y de la que quería marcharse) obligó a los líderes europeos a movilizarse y reforzar su independencia. El paraguas de seguridad que EE. UU. les había ofrecido desde el final de la Segunda Guerra Mundial ya no estaba garantizado. "Los europeos tenemos que tomar el destino en nuestras manos", repetía la canciller alemana, Angela Merkel, durante esos años.
Los Veintisiete han recibido con alivio casi unánime la derrota de Trump y la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden. El nuevo presidente ha prometido retomar la colaboración con amigos y aliados y volver a un orden mundial multilateral basado en reglas que el magnate inmobiliario dinamitó. Ahora los líderes europeos (y también la OTAN) esperan a Biden para resucitar la alianza transatlántica.
"La semana pasada, el presidente Biden dijo: América ha vuelto. Nosotros en Europa estamos dispuestos a hacer lo que nos corresponde para ser un socio fuerte y fiable, no sólo con Estados Unidos sino con todos nuestros socios como Naciones Unidas y los aliados regionales", ha asegurado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, al término de la reunión.
Reconstruir la alianza
"Queremos profundizar la cooperación en materia de seguridad y defensa entre los Estados miembros, aumentar la inversión en defensa y reforzar las capacidades civiles y militares y la disponibilidad operativa", asegura Michel.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha sido el invitado estrella a la videocumbre de este viernes. Su mensaje a los líderes europeos ha sido que hay que recuperar el vínculo transatlántico para poder abordar los riesgos al orden mundial. Y las ha enumerado: "las acciones agresivas de Rusia, formas más brutales de terrorismo, sofisticados ciberataques, el auge de China y el impacto para la seguridad del cambio climático".
"Ningún país o continente puede hacer frente a estas amenazas en solitario. No puede hacerlo Europa sola, ni Norteamérica sola, sino Europa y Norteamérica juntos", sostiene Stoltenberg. Por ello, ha celebrado el "enérgico mensaje de la nueva administración Biden de reconstruir alianzas".
"Esperamos cooperar con la nueva administración de EE. UU. en una agenda transatlántica sólida y ambiciosa que incluya un diálogo estrecho en materia de seguridad y defensa", rezan las conclusiones aprobadas por unanimidad por los líderes europeos. Durante el debate a puerta cerrada, los jefes de Estado y de Gobierno han coincidido en que la cooperación entre la UE y la OTAN es de "importancia estratégica" para garantizar la seguridad de los ciudadanos, según fuentes diplomáticas.
La división de la UE
Sin embargo, el debate de los líderes europeos no ha servido para resolver el gran dilema. ¿Debe la UE seguir avanzando en su independencia militar y reducir su dependencia respecto a EE. UU. esté quien esté en la Casa Blanca? ¿O es el momento de replegar velas y volver a apostar incondicionalmente con la OTAN porque ha llegado Biden?. Sobre esta cuestión, no hay acuerdo entre los jefes de Estado y de Gobierno.
"En la UE hay tres bandos. Tenemos aquellos que resaltan la autonomía estratégica, como Francia; luego están los que dan más importancia a la cooperación con la OTAN y a la relación transatlántica con Estados Unidos, como los países de la Europa Central y del Este; y finalmente hay un grupo de países neutrales como Austria, Finlandia o Malta", relata un alto diplomático europeo.
"Alemania considera que hay que reforzar la soberanía europea, pero le gustaría hacerlo de forma complementaria con la OTAN. Es una posición intermedia. Todo esto hace que la discusión sea siempre un poco difícil y es también uno de los motivos por los que los progresos en la política de seguridad y defensa son bastante lentos", admite el diplomático.
El Gobierno de Pedro Sánchez ocupa una posición intermedia entre Francia y Alemania. "Nosotros apoyamos la idea de autonomía estratégica abierta y apoyamos desde España que se siga colaborando con la OTAN. No entendemos que la profundización de las capacidades de seguridad y defensa de la UE signifique competir con la OTAN. Al revés, consideramos que eso refuerza a la OTAN", explican fuentes de Moncloa.
Las restricciones a los viajes impuestas por la pandemia retrasan el reencuentro entre la UE y Estados Unidos. El secretario de Estado, Antony Blinken, se conectó por primera vez a la reunión de ministros de Exteriores celebrada el pasado lunes. La auténtica escenificación de la reconciliación se ha programado para una cumbre de la OTAN a finales del año en Bruselas, a la que se espera que asista Biden.