El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, durante una reunión del Consejo Europeo

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, durante una reunión del Consejo Europeo UE

Europa

El Fidesz de Viktor Orbán abandona el grupo popular europeo justo antes de que le expulsen

Los populares aprueban un nuevo reglamento que permite suspender o excluir a las delegaciones que no respeten sus valores.

3 marzo, 2021 12:02
Bruselas

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El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha anunciado este miércoles que su partido, Fidesz, abandona con efecto inmediato el grupo popular europeo en la Eurocámara, la formación de centroderecha a la que está adscrita la CDU de Angela Merkel y Ursula von der Leyen o el PP de Pablo Casado.

Una decisión que ha adoptado apenas minutos después de que los parlamentarios del PPE aprobaran por mayoría aplastante (84,1% de los votos) una reforma de su reglamento interno que permite suspender o excluir a las delegaciones nacionales que no respeten los valores del grupo. El nuevo mecanismo se había diseñado específicamente para hacer frente a la deriva autoritaria de Orbán. Es decir, el primer ministro húngaro se va justo antes de que le expulsen.

"Hay bastante sensación de alivio, porque esto ha sido un via crucis en los últimos años", explican a EL ESPAÑOL fuentes populares. Algunos eurodiputados del PPE, en particular de los países nórdicos, han festejado abiertamente en redes sociales la marcha de Fidesz.

"Es un día histórico. Esto constituye un gran alivio y un motivo de alegría. Pero también exige una reflexión profunda: ¿dónde va Europa con estas fuerzas?", ha escrito en Twitter el eurodiputado popular finlandés Petri Sarvamaa. Las delegaciones de centroderecha de los países nórdicos son las que más habían presionado para expulsar a Orbán.

"Los cambios en las reglas del grupo del PPE son claramente un movimiento hostil contra Fidesz y nuestros votantes", sostiene Orbán en la carta que ha enviado al jefe de grupo, el alemán Manfred Weber.

"Limitar la capacidad de nuestros eurodiputados de llevar a cabo sus obligaciones como miembros electos del Parlamento Europeo priva a los votantes húngaros de sus derechos democráticos. Esto es antidemocrático, injusto e inaceptable. Por eso, el órgano de gobierno de Fidesz ha decidido abandonar el grupo del PPE inmediatamente", argumenta el primer ministro húngaro.

"Nuestros eurodiputados continarán hablando en nombre de aquellos a los que representan, nuestros votantes, y defendiendo los mejores intereses de los ciudadanos húngaros", concluye la misiva a Weber. 

Las nuevas reglas de funcionamiento del grupo del PPE entran en vigor este mismo miércoles y no tienen aplicación retroactiva. Las reglas especifican los procedimientos para acceder al grupo y en qué condiciones se puede expulsar a una delegación nacional o suspender su dercho a voto.

Deriva autoritaria

Se trata de un mecanismo que ya estaba previsto en el Partido Popular Europeo, pero no en el grupo parlamentario. De hecho, Fidesz ya está suspendo en el PPE desde marzo de 2019, pero no ha sido expulsado. La expulsión se votará en cuanto sea posible celebrar una reunión presencial, según ha anunciado este miércoles el partido.

Pese a perder los 12 eurodiputados de Fidesz, el grupo popular europeo seguirá siendo el más grande de la Eurocámara. La incógnita ahora es a qué partido irá Orbán. La elección más obvia es el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, por sus siglas en inglés), del que forman parte sus socios polacos de Ley y Justicia y en el que está también Vox. ECR se ha apresurado este miércoles a expresar su "simpatía y solidaridad" con la formación del primer ministro húngaro.

La Eurocámara activó ya en 2018 un procedimiento sancionador contra la Hungría de Orbán por considerar que su Gobierno está poniendo en riesgo la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos en su país. Se trata de un expediente basado en el artículo 7 del Tratado, que puede desembocar en la suspensión de los derechos de voto en la UE.

A los parlamentarios les preocupa en particular los ataques a los medios de comunicación independientes, a las ONGs o a la libertad académica de instituciones como la Universidad Centroeuropea. También denuncian la sustitución de jueces incómodos o el fraude con fondos europeos perpetrado por personas cercanas a Orbán. El expediente se encuentra ahora mismo paralizado porque las sanciones exigen unanimidad y Polonia -que está sujeta a un procedimiento similiar- apoya a Hungría y viceversa.