El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, anunció este viernes su propósito de presentarse para un segundo mandato para el más alto cargo institucional del país, cuya elección adoptará la Asamblea Federal en febrero de 2022.
"Estamos en tiempos convulsos, ante importantes elecciones y con los desafíos derivados de la pandemia", afirmó Steinmeier, de origen socialdemócrata y quien asumió la presidencia por consenso político en 2017, tras haber sido ministro de Exteriores en dos legislaturas de la canciller Angela Merkel.
"Quiero seguir acompañando al país en el camino hacia un futuro tras la pandemia", añadió, para contribuir así a "construir puentes" y no dejar que esa crisis derive en una "división social".
Steinmeier, reconocido por sus dotes diplomáticas, aludió en su mensaje tanto a la situación creada por el coronavirus como a las elecciones generales del próximo 26 septiembre, tras las cuales Merkel se despedirá del poder.
El presidente alemán representa, al igual que la canciller, el espíritu del consenso y fue una pieza fundamental hasta la formación de la última gran coalición de la canciller.
Las elecciones generales de 2017 habían dejado muy debilitados tanto al bloque conservador de Merkel como al Partido Socialdemócrata (SPD), el partido que lideró en esos comicios Martin Schulz y que quedó hundido a mínimos históricos.
La situación era especialmente delicada, puesto que por primera vez desde los años 50 la ultraderecha había entrado en el Bundestag (Parlamento federal), a través del partido Alternativa para Alemania (AfD), convertido en tercera fuerza a escala nacional.
Schulz se negó a entrar en otra gran coalición y la canciller trató de formar una alianza tripartita con los verdes y los liberales, pero éstos últimos se negaron a entrar en esa constelación.
Steinmeier, quien en 2009 había sido candidato del SPD a la cancillería, tuvo que mediar ante Schulz hasta convencerle de entrar en la siguiente gran coalición para lograr un gobierno bajo una mayoría estable.
Unos meses después de dejar el puesto en Exteriores, fue elegido presidente del país por abultada mayoría, como candidato de consenso.
Sucedió en ese puesto al independiente, pastor protestante y disidente en tiempos de la Alemania comunista Joachim Gauck.
El cargo de presidente federal es eminentemente representativo, con rango de instancia moral y apartidista, lo que hace que formalmente al asumir ese puesto se deje en suspenso la militancia, como hizo Steinmeier con la del SPD.
Su elección corresponde a la Asamblea Federal, que se reúne cada cinco años únicamente para ese fin. Está integrada por los diputados del Bundestag (Parlamento federal) más el mismo número de representantes de los "Länder" -estados federados-, que designan los estados federados incluyendo a ciudadanos comunes o personajes relevantes de la vida pública, la cultura o el deporte.