Apodado 'El Carnicero de Srebrenica', el excomandante serbobosnio Ratko Mladic, condenado este martes en segunda y última instancia a cadena perpetua por genocidio y crímenes de lesa humanidad, es responsable de los crímenes más graves cometidos en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
Sus actos fueron perpetrados durante la guerra civil en Bosnia (1992-1995) y entre ellos se cuenta la matanza de unos 8.000 varones musulmanes en la ciudad de Srebrenica, en el este de Bosnia-Herzegovina, en julio de 1995, considerada genocidio por el Tribunal Internacional.
Aquella masacre la cometieron las tropas serbobosnias comandadas por Mladic cuando la zona estaba bajo la protección de cascos azules holandeses de la ONU.
El condenado ex jefe militar serbobosnio, que ahora tiene 78 años, es también el responsable máximo del asedio de Sarajevo en 1992, donde murieron más de 10.000 personas, entre ellas unos 1.500 niños.
El Mecanismo para los Tribunales Penales Internacionales (MTPI), con sede en La Haya y sucesor del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), ha dictado este martes el veredicto definitivo... 26 años después de que se presentara la acusación.
Confirmó así la sentencia en primera instancia de noviembre de 2017, cuando el TPIY lo halló culpable del genocidio de Srebrenica, así como de otros cuatro crímenes de guerra y cinco de lesa humanidad.
Hasta que fue arrestado en 2011 en Lazarevo, un pueblo a unos 100 kilómetros al norte de Belgrado, Mladic estuvo fugado de la justicia internacional durante 15 años.
¿Criminal o héroe?
Que su política buscaba aniquilar a toda aquella población de Srebrenica que no fuera serbia quedó claro en unas palabras de Mladic retransmitidas en televisión: "Regalemos la Srebrenica serbia al pueblo serbio. Ha llegado el momento de vengarnos de los 'turcos' (nombre despectivo para los musulmanes bosnios)", declaró.
Pese a ello, aún hoy muchos serbios lo ven como un legítimo defensor injustamente condenado, y también el propio Mladic, lejos de reconocer su culpa, no ha dejado de defender sus crímenes como actos en defensa del pueblo serbio.
Los nacionalistas serbios más extremistas le consideran un héroe por haber defendido los ideales de lo que denominan "La Gran Serbia". El Partido Radical Serbio de Vojislav Seselj (también juzgado en La Haya) siempre ha sido un gran defensor de Mladic, llegando a organizar varias jornadas de protesta cuando fue entregado al TPIY.
En 2007, la exfiscal del TPIY Carla del Ponte reconoció que era absolutamente impensable juzgarle en Belgrado porque "allí sigue siendo un héroe".
Los años que lleva como preso en La Haya se han caracterizado por su insistencia en que tiene problemas de salud y sus intentos por retrasar el proceso judicial.
Carrera militar
Militar de carrera, Mladic nació el 12 de marzo de 1943 en la aldea de Bozinovici, en el sureste de Bosnia. Se crió sin su padre, un partisano que luchó en la Segunda Guerra Mundial con la guerrilla comunista del luego líder yugoslavo Josip Broz Tito, y que fue asesinado por los nacionalistas croatas aliados de los nazis.
En 1965 se licenció en la Academia Militar de Zemun (cerca de Belgrado) como primero de su promoción.
En 1991, cuando se desintegró Yugoslavia y comenzó la guerra de Eslovenia y luego en Croacia, el entonces coronel Mladic se convirtió en comandante del Cuerpo de Knin (Croacia), y en mayo de 1992 fue nombrado comandante del Ejército de la República Serbia de Bosnia, proclamada en enero de ese año.
Ideológicamente, pasó del comunismo al ultranacionalismo.
En Sarajevo también se grabaron sus palabras, que sirvieron como prueba ante el TPIY, cuando ordenó a la artillería serbobosnia que rodeaba la capital: "Disparen a Velusice (suburbio de Sarajevo). Allí no hay muchos serbios".
Fue destituido del cargo tras la firma de los Acuerdos de Paz de Dayton (EEUU) que pusieron fin a la guerra.
Desafiante ante los jueces
"Esto es un falso tribunal y no lo reconozco", declaró Mladic durante el juicio en su contra ante el TPIY, tribunal al que calificó de "antiserbio". También dijo ser "un objetivo de la OTAN".
"La fe me puso en la posición de defender a mi país de vosotros, potencias occidentales. Y lo devastasteis con la ayuda del Vaticano y de la mafia occidental de Bush (presidente de EEUU en ese momento) y de Kinkel (ministro de Exteriores alemán)", declaró al recurrir la sentencia y pedir la absolución.
Gracias a la protección de la que gozó en su país, Mladic logró escapar de la Justicia internacional durante 15 años. Siguió viviendo en su casa de Belgrado hasta 2002, y luego estuvo escondido durante ocho años más gracias a la ayuda de militares retirados, amigos y familiares.
Está casado con Bosa y tiene un hijo, Darko. Su hija Ana se suicidó durante la guerra.