La canciller alemana, Angela Merkel, durante una cumbre de la UE en Bruselas

La canciller alemana, Angela Merkel, durante una cumbre de la UE en Bruselas UE

Europa

La UE busca nuevo líder tras el fin de los 16 años de reinado de Angela Merkel

La canciller ha ejercido de jefa reticente y de ancla de estabilidad en todas las crisis que ha vivido la Unión.

26 septiembre, 2021 01:24
Bruselas

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¿Quién asumirá el liderazgo en la UE tras la marcha de Angela Merkel? A la espera del resultado de las elecciones alemanas de este domingo, los dirigentes europeos se interrogan sobre si será posible colmar el enorme vacío que deja la canciller en la Unión. En sus 16 años de reinado, Merkel ha visto desfilar a cuatro presidentes franceses (Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy, François Hollande y Emmanuel Macron), tres presidentes del Gobierno españoles (José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez) y ocho primeros ministros italianos.

A menudo muy a su pesar y por incomparecencia del resto de líderes, la canciller ha llevado el timón de la UE en todas las tormentas: la crisis financiera y de deuda entre 2008 y 2012, la crisis de los refugiados o la crisis del coronavirus.

Para el ex presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que compartió con ella la mayor parte del viaje, su mayor logro fue abrir las fronteras a los demandantes de asilo sirios en 2015. "Su principal fracaso fue la reticencia que mostró durante la crisis griega, porque debido a sus dudas y a su reticencia perdimos mucho tiempo. Grecia podría haber sido ayudada antes", ha dicho Juncker en una entrevista en Euronews en la que hace balance de la trayectoria de la canciller.

Este papel de líder a su pesar le ha costado a Merkel muchas críticas y odios en toda la UE. La crisis griega se acabó contagiando a Irlanda, Portugal, España y Chipre; y los países del sur culparon a la canciller de las políticas de austeridad que tuvieron que aplicar aquellos años. Hungría o Polonia también le siguen reprochando el "efecto llamada" en la crisis migratoria y su defensa de las cuotas obligatorias de refugiados, que provocaron una brecha sin precedentes entre la Europa del Este y del Oeste. 

Al final, el principal logro de Merkel quizá haya sido mantener a Europa unida (si se excluye el brexit), pese a que estuvo varias veces al borde del abismo. La canciller se llegó a enfrentar a su todopoderoso ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que en 2015 quiso expulsar a Grecia del euro. Incluso los líderes más alejados le reconocen a Merkel su autoridad, su capacidad de escucha, su ausencia total de arrogancia, su pragmatismo, su paciencia infinita para negociar hasta el amanecer en cumbres eternas o su carácter impasible hasta en las situaciones más tensas. 

Angela Merkel y José Luis Rodríguez Zapatero, durante una cumbre de 2011

Angela Merkel y José Luis Rodríguez Zapatero, durante una cumbre de 2011 UE

"Ella ha apoyado el proceso de integración europea. En momentos muy complicados, ha sido un cierto anclaje, un referente, y su balance general es bastante positivo. Pero a la vez, a diferencia de otros cancilleres previos como Helmut Kohl, siempre ha defendido los intereses de Alemania, por ejemplo en la gobernanza del euro o en las relaciones con Rusia", relata a EL ESPAÑOL Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano. 

En su trayectoria europea ha habido además dos fases claramente diferenciadas. "La primera Merkel es mucho más desconfianda, no quiere liderar, es mucho más calculadora y cauta. Y poco a poco, a partir de la vuelta de la Gran Coalición con los socialdemócratas en 2013, empieza a girar gracias a un cierto aprendizaje y también por miedo a que el euro se rompa. Se da cuenta de que tiene que apostar más por Europa, y de que Alemania debe mostrar más solidaridad", sostiene Molina. 

En su despedida, la canciller ha alcanzado cotas inéditas de popularidad en toda la UE, incluso en los países del Este o del Sur. Algo que se explica en buena medida por su último viraje: si en 2012 afirmaba que no habría eurobonos mientras ella estuviera viva, el año pasado aceptó la emisión de deuda común a gran escala para salir al rescate de Italia y España. El 41% de los europeos votaría a Merkel como presidenta de la Unión, un porcentaje que se eleva al 57% entre los españoles, el 52% entre los portugueses o el 44% entre los húngaros, según una encuesta del think tank European Council of Foreing Relations

En contraste, el presidente francés, Emmanuel Macron, el candidato más obvio y dispuesto para sustituir a Merkel como líder de la UE, tiene mucho menos predicamento entre la opinión pública europea. Sólo un 9% de los españoles o un 6% de los holandeses le votarían para dirigir la UE (14% de media en la UE). 

David Cameron, Mariano Rajoy y Angela Merkel, durante una cumbre en 2015

David Cameron, Mariano Rajoy y Angela Merkel, durante una cumbre en 2015 UE

"La marcha de la canciller deja un vacío de liderazgo porque, nos guste o no, nadie en estos momentos en el panorama político europeo puede ocupar el espacio que ocupaba Angela Merkel. Ninguno de los actuales líderes europeos tiene la experiencia o el poder reconocido que se otorga a Merkel, porque al final el poder se ejerce pero también se otorga", asegura a este periódico Carme Colomina, investigadora principal del CIDOB. de Barcelona. 

"Macron claramente no es un generador de consensos como lo es Merkel, de hecho genera ciertos anticuerpos, por ejemplo en algunos países del Centro y del Este de la UE. A Mario Draghi no le favorece la inestabilidad italiana y lo mismo podríamos decir de Pedro Sánchez. Si hacemos un recorrido histórico, ¿cuándo ha habido un liderazgo clarísimo de un país del Sur de Europa en solitario? Nunca", explica Colomina.

El otro posible cambio en la UE dependerá de quién gane las elecciones alemanas. Si como apuntan las encuestas triunfa el candidato del SPD, Olaf Scholz, eso "supondría un golpe muy importante para el Partido Popular Europeo, que pierde a su máximo exponente y queda fuera de los grandes Gobiernos de la UE", apunta la investigadora del CIDOB. Y a la vez reforzaría a la familia socialdemócrata en Bruselas. Tanto Pedro Sánchez como la vicepresidenta Nadia Calviño -con más razón, porque lleva trabajando con él 3 años en el Ecofin- han presumido ya de su relación estrecha con Scholz.

Independientemente de quien gane los comicios del domingo, Alemania mantendrá su posición de liderazgo en la Unión Europea. Es el país más grande, el que tiene una economía más fuerte y el que dispone de mayor margen presupuestario para combatir cualquier crisis. Eso significa que el próximo canciller heredará la corona de Merkel sin tener que hacer prácticamente nada.

Angela Merkel conversa con Pedro Sánchez durante una cumbre de 2018

Angela Merkel conversa con Pedro Sánchez durante una cumbre de 2018

"¿Quién será el líder de la UE cuando se vaya Merkel?: el sustituto de Merkel. Puede que tarde un poquito, como la propia Merkel tardó. O no. A lo mejor, como le pasó a Macron, viene a Bruselas recién elegido y ya tiene muy claro lo que quiere. Pero esto es como el maillot amarillo, el que lo lleva, sólo por el hecho de llevarlo, ya pedalea más fuerte", apunta Ignacio Molina. 

Aunque en los últimos años se han generalizado en la UE las coaliciones de Estados miembros que ejercen como grupos de presión en Bruselas (como los frugales, los países mediterráneos del MED9 o el club de Visegrado del Este), los analistas coinciden en que el auténtico poder seguirá en manos del eje franco alemán. "Sobre todo si el sustituto de Merkel sigue teniendo a Macron de pareja de baile en París. Si ganase Marine Le Pen las elecciones del año que viene, no habría nada que hacer con Francia", señala el investigador del Real Instituto Elcano.

"Incluso en esta UE de alianzas flexibles, el eje franco-alemán, aunque ya no tiene el poder decisivo porque sabe que necesita de un consenso mucho más amplio a su alrededor, sigue siendo clave. Y más en este momento que se está hablando tanto de la autonomía estratégica, de dar un paso adelante y de repensar toda la estrategia en política exterior y de seguridad de la UE. Francia es un país clave en ese sentido y por eso, gane quien gane, el eje franco alemán seguirá siendo el corazón de la política europea", apunta Carme Colomina.