La oposición húngara en pleno ha apostado por un candidato conservador y que afirma que su política "la guía Dios" para afrontar en las elecciones de 2022 la primera oportunidad real de acabar con los 12 años de mayoría absoluta del ultranacionalista Víktor Orbán.
Péter Márki-Zay, un político conservador sin partido político, fue elegido este domingo por seis partidos, desde la izquierda a la extrema derecha, pasando por los ecologistas, para liderar una lista conjunta, y afronta ahora el reto de dirigir y mantener una unidad marcada desde el principio por intereses divergentes.
Elección histórica
"Ha sido uno de los acontecimientos políticos más importantes de los últimos 30 años", afirma en declaraciones a Efe el analista del Instituto Political Capital, Róbert László, sobre el proceso de primarias en el que Márki-Zay logró el 57% de los votos, frente al 43% de Klára Dobrev, una candidata más a la izquierda.
László afirma que el simple hecho de organizar esas primarias, en las que han participado 850.000 personas, supone un revulsivo, al haber dado voz directa a los ciudadanos para elegir a los candidatos en las 106 circunscripciones electorales, algo que puede animar la movilización entre quienes se oponen a Orbán.
"También se quebró esa idea de que no hay alternativa a Orbán", enfatiza el analista, que destaca que durante este proceso los políticos de la oposición han llegado a zonas rurales donde tenían poca presencia y que votaban sistemáticamente al actual primer ministro.
La izquierda cede
"Es la primera vez que la oposición se ha tomado en serio a sí misma y que tiene, al menos, posibilidades de ganar", explica por su parte el analista jefe del Instituto Policy Solutions, Gábor Györi.
Este experto destaca que todos los partidos han aceptado a Márki-Zay como candidato común, sin reclamaciones ni protestas, poniendo fin a las peleas y acusaciones internas los días previos.
El candidato conservador ha ganado en casi todos los distritos de Budapest, donde la izquierda es mucho más fuerte que en otras partes del país, en una muestra de que muchos votantes progresistas han puesto el pragmatismo por encima de la ideología, conscientes de que Márki-Zay puede reunir consenso en todo el espectro político.
Un apoyo que ha pasado sobre el hecho de que el aspirante a primer ministro se defina como conservador religioso y acusara de "traidores a la patria" a los políticos de izquierda que no le apoyaron en las primarias, un insulto por el que luego se disculpó.
"Abrazar" a gitanos y gais
Ayer, tras ser elegido candidato, aseguró que quiere crear una "nueva Hungría" en la que los húngaros abracen "a todos los gitanos, todos los judíos, todos los homosexuales, todos los discapacitados".
Su rival en la fase final de las primarias era Klára Dobrev, del partido Coalición Democrática, que preside su esposo y ex primer ministro socialdemócrata Ferenc Gyurcsány.
Las opciones de la candidata estaban limitadas por su relación con Gyurcsány, muy impopular incluso entre votantes de izquierda debido a acusaciones de corrupción y a su mala gestión económica entre los años 2004 y 2009, que allanó el camino al triunfo de Orbán.
Todos contra Orbán
Sea como sea, Márki-Zay tendrá que mantener unida esta cooperación hasta las elecciones y, en caso de ganarlas, formar un Gobierno que tenga suficiente apoyo.
La base de la cooperación, entre tantos partidos de ideologías tan diversas, es el interés común de derrotar a Orbán, resume Györi.
Márki-Zay ya sabe lo que es ganar unas elecciones como candidato de una oposición unida: en 2018 logró arrebatarle al Fidesz, el partido de Orbán, la alcaldía de la ciudad de Hódmezöváráshely.
"Pase lo que pase, la oposición sólo podrá ganar si está unida. Nadie podrá quebrantar nuestra unión", declaró Márki-Zay ante sus simpatizantes después de confirmar su victoria.
Cambio de sistema
Incluso si ganan las elecciones legislativas de 2022, la oposición húngara tendrá por delante la tarea de curar la deriva autoritaria y las heridas al sistema democrático acumuladas en los años de gobiernos de Orbán.
Los seis partidos elaboraron en septiembre un programa de mínimos que incluye medidas de lucha contra la corrupción, a favor de la libertad de prensa, la inclusión social, la normalización de las relaciones Iglesia-Estado, pero también reformas en la salud, la enseñanza o de la Constitución.
Mientras, el Fidesz ya ha empezado la campaña de descrédito de Márki-Zay, señalándolo como "el hombre de Gyurcsány".
Las encuestas prevén ahora una empate técnico entre oposición y Fidesz con el 39% de los votos, aunque, como recuerda László, son los primeros los que tienen ahora la iniciativa en el relato político