Portugal está al borde de una crisis política. El pacto de izquierdas que mantuvo el Gobierno del socialista António Costa en el poder en los últimos seis años parece haberse roto y los dos socios del Ejecutivo amenazan con votar en contra de los Presupuestos Generales del Estado.
El Gobierno socialista somete el documento a aprobación este miércoles en la Asamblea de la República y si el Partido Comunista (PCP) y el Bloco de Esquerda (BE) mantienen su voto en contra, las cuentas no saldrán adelante. El Presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, ya ha anunciado que, sin presupuestos, disolverá la Asamblea por lo que el país se vería abocado a elecciones anticipadas.
Este martes, en la primera sesión de presentación de los presupuestos, Costa intentó reconducir la votación de sus socios y asumió que, si esto representa el fin de la cooperación en la izquierda portuguesa, se trata de una "frustración personal".
Sin embargo, el primer ministro rechaza dimitirse aunque las cuentas no sean aprobadas: "Mi deber es no dar la espalda en los momentos de dificultad y por eso no dimito", dijo en la Asamblea.
Costa no cierra la puerta a un acuerdo a contrarreloj, pero admite que es muy difícil. "Haremos todo para obtener un acuerdo, pero no a cualquier precio", aseguró, garantizando que la prioridad es "asegurar la estabilidad de las políticas que nos permitieron virar la página de la austeridad en 2015 y superar la pandemia en 2020 y 2021". "Es un buen momento para proseguir", insistió. "No cerramos las puertas al diálogo".
Todo se ha precipitado en la última semana. El primero en anunciar la negativa a los presupuestos fue el Bloco de Esquerda. El domingo, la líder del partido, Catarina Martins, daba a conocer su decisión de votar en contra porque el documento "sólo refleja las prioridades del PS" pero mostraba su disponibilidad para seguir negociando "hasta el miércoles".
La presión se centró, de esta forma, en el Partido Comunista, que hasta el lunes no dio a conocer su decisión. Jerónimo de Sousa, líder de los comunistas, compareció ante los periodistas para decir que votaría en contra de los Presupuestos y, así, cerraba la puerta a su aprobación.
Las acusaciones se suceden por todas las partes. Los socios del Gobierno le acusan de no ceder y de pretender una aprobación sin nada a cambio, mientras que el Gobierno asegura que ha cedido en lo que podía y acusa a los dos partidos de izquierda de "irresponsabilidad" y de estar encerrados en una "lógica de todo o nada".
Los de 2022 son los presupuestos más sociales de los últimos años, con ventajas fiscales para familias de clase media con hijos, incentivos a la inversión y ayudas a la infancia. Sin embargo, la reforma laboral, la subida del sueldo mínimo y la inversión en Sanidad son algunos de los puntos que han alejado a los partidos.
La reforma laboral
El PCP pide una subida del sueldo mínimo de los 665 euros actuales a los 850. La propuesta del Gobierno es una subida para el próximo año hasta los 705 euros y llegar, en 2023, a los 750, números que el PCP considera insuficientes.
Además, los comunistas destacan que los cambios en la ley laboral propuestos por el Ejecutivo, que se han centrado en la indemnización por despido, el precio de las horas extra y el refuerzo del mecanismo de arbitraje en los contratos colectivos, no son suficientes y piden una reforma más profunda.
Las pensiones
La propuesta del Gobierno era un aumento de 10 euros al mes en las pensiones más bajas, sin embargo, la iniciativa fue considerada "insuficiente" por el PCP, que pedía "un aumento extraordinario de las pensiones que garantice la recuperación del poder de compra, incluidas las que han estado congeladas en los últimos años, por resistencia del PS".
Sanidad
Los Comunistas acusan al Gobierno de "favorecer los grupos privados de salud". Piden una revalorización de la carrera de los sanitarios, con incentivos y sueldos "que favorezcan su permanencia y dedicación exclusiva a la Sanidad pública". Señalan que hay que hay que trabajar en el sentido de conseguir una dedicación en exclusividad a los servicios públicos por parte del personal sanitario.
Desde su punto de vista, la partida destina en estos Presupuestos no es suficiente para lograr estos objetivos.
Regular el alquiler
El PCP quiere también hacer una ley de vivienda que permita regular los precios del alquiler. "Es urgente intervenir para dar estabilidad y poder bajar los precios del alquiler, algo que el Gobierno rechaza", ha explicado Jerónimo de Sousa.
'In extremis'
Para lograr la aprobación de los presupuestos, Costa necesita sumar ocho abstenciones a los 108 votos a favor de los diputados del partido socialista. Pero la tarea no será fácil.
Tras la negativa del PCP, Catarina Martins, del BE, volvió a decir que su partido está dispuesto a negociar hasta el último minuto pero acusó al Gobierno de no haber intentado retomar las negociaciones. "No entiendo cuál es la estrategia del Gobierno, a no ser que quiera elecciones anticipadas, algo que considero una total irresponsabilidad", ha dicho Martins este martes.
Si nada cambia en las posiciones de los tres partidos, el país tendría elecciones anticipadas a inicios de año. Caería, de esta forma, el pacto de izquierdas, el primero en Portugal, que sostuvo el Gobierno en los últimos seis años.