Probablemente jamás haya escuchado el nombre de Jean-Marie Daillet. Y en realidad tampoco tendría por qué haberlo hecho. En sus 20 años como miembro de la Asamblea Nacional de Francia como diputado del partido democristiano UDC —de 1973 a 1993— no protagonizó ningún acto reseñable ni digno de mención, sólo una anécdota abyecta que estaría mejor en el olvido.
Durante las más de 25 horas de debate que costaron la aprobación de la primera ley del aborto en Francia en noviembre de 1974, Jean-Marie Daillet se convirtió en protagonista totalmente voluntario al cargar con dureza contra Simone Veil, la ministra de Sanidad del gobierno de Valéry Giscard d'Estaing encargada de defender la ley ante los diputados.
"Usted ha llegado a declarar que un embrión es un 'agresor'. ¡Perfecto! Entonces, aceptará ver a esos agresores en crematorios o llenando cubos de basura", dijo con dureza de Daillet en una referencia que hoy día puede parecer simplemente agresiva, pero que en realidad escondía una referencia velada a la muerte de los padres y el hermano de la ministra en un crematorio de un campo de concentración nazi durante la ocupación de Francia en la Segunda Guerra Mundial.
La Ley Veil, como finalmente fue bautizada, se aprobó por un periodo de cinco años y el 31 de diciembre de 1979 se convirtió en parte fija de la legislación francesa. Con ella desaparecieron aquellas afrentas y el apellido Daillet volvió al segundo plano que siempre ocupó. Hasta hoy, más de 30 años después.
Año 2021
28 de octubre. La Dirección General de Seguridad Interior francesa -más conocida como el DGSI, la sección policial encargada de la inteligencia, el seguimiento de los yihadistas retornados, el control de la radicalización islamista dentro de sus fronteras y de otras posibles amenazas terroristas para el país- anuncia que Rémy Daillet, hijo de Jean-Marie Daillet, ha sido detenido por un delito de "asociación de malhechores de carácter terrorista".
Más concretamente: la DGSI le acusa de conspirar para llevar a cabo un golpe de estado.
Rémy Daillet se parece a su padre. Al menos en la vertiente política, aunque es cierto que él la desarrolló de forma más limitada en el tiempo ante la radicalidad de sus pensamientos y acciones. Pero Rémy Daillet no se parece en nada a su padre. Ultraconservador como él y defensor incansable de valores tradicionalistas, sus ideas fueron un paso más allá.
Padre de siete hijos, Rémy, contrario a la uniformidad de la educación estatal, llegó a escribir junto a su mujer un libro en defensa de la docencia de los padres en casa en el que afirmaba que "la escuela es un lugar peligroso: acosadores, delincuentes, traficantes, laboratorios y el Gobierno son los grandes ejes del malestar, el suicidio, el asesinato, el crimen...". Tan solo la primera de tantas teorías de la conspiración a las que está abonado.
Es partidario de la teoría de las estelas químicas, esa cola blanquecina que dejan los aviones y según la cual los gobiernos de todo el mundo estarían fumigando a la población. Forma parte de su corpúsculo ideológico. También es abiertamente contrario a la masonería, firme detractor del aborto y, por supuesto, de la vacunación y, como no, del 5G. De hecho, es una de las voces francesas más reconocibles en la lucha contra las medidas antiCovid del gobierno de Emmanuel Macron.
Por supuesto no podía faltar un vínculo con Q-Anon y la teoría de la red pedófila enquistada entre las élites estadounidenses contrarias al gobierno del republicano Donald Trump.
Golpe de Estado
Rémy Daillet, lejos del carácter parlamentario y demócrata de su padre, nunca ocultó su deseo de derrocar al gobierno francés. Es más, en los múltiples vídeos que pueblan su página web lo deja meridianamente claro: "Sí, voy a derrocar al gobierno de la República totalmente vendido a los poderes económicos. Cancelaré el uso de la mascarilla, científicamente inútil; pondré fin al confinamiento; detendré inmediatamente la fumigación aérea; prohibiré la masonería y otras sectas peligrosas; castigaré todo tipo de tráfico de personas; detendré las colocaciones abusivas de niños; prohibiré cualquier campaña de vacunación masiva; y acabaré con el programa para implantar el 5G, lo desmantelaré por completo".
Palabrería conspiranoica convertida en amenaza real. Tanto que el DGSI no sólo le ha detenido y acusado de "asociación de malhechores de carácter terrorista", sino que le considera el principal responsable de la denominada 'Operación Azur', un amplio proyecto paramilitar cuyo objetivo final era ocupar el poder, según informó este miércoles el diario Le Parisien.
Daillet, según informa EFE, habría creado desde Malasia, a través de un sistema de comunicaciones encriptadas, una red de células regionales de simpatizantes de ultraderecha, neonazis, militantes antivacunas e incluso fanáticos de las teorías de la conspiración.
La organización tendría ya una estructura definida y dividida en dos partes diferenciadas: por un lado, un organigrama civil dispuesto a movilizaciones similares a las que protagonizaron los seguidores de Donald Trump en el Capitolio de Washington y, por otro, una línea militarizada, con dos soldados profesionales al frente, 36 "capitanes regionales" y un total de 300 integrantes, entre los que se han identificado a varios policías, gendarmes y militares.
En un principio la formación militar se dividiría en tres tipos: voltigeurs (así se denominaban algunas unidades de infantería del ejército napoleónico), grenadiers (unidades de élite del ejército napoleónico) y assaillants o asaltantes. Algunos de ellos, según el DGSI, habrían comenzado ya a fabricar explosivos después de conseguir la fórmula de un profesor de química partícipe del complot llamado Florian Philippot.
El objetivo, según explicó tras su detención uno de los hombres más próximos a Daillet y cita el diario Le Point, era "movilizar a la mayor cantidad de gente posible. Hay un gran malestar y todo el mundo está abrumado. Es el momento de proceder al derrocamiento de las estructuras gubernamentales y estatales, apoderarse del Elíseo, de la Asamblea Nacional y del Ministerio de las Fuerzas Armadas".
Secuestros y atentados
Daillet envió en abril un correo electrónico a los diputados de la Asamblea Nacional en el que advertía de un "derrocamiento popular inevitable" frente a un Gobierno "genocida" que imponía una vacunación "que mata" a los ciudadanos. Y uno de sus máximos colaboradores, también detenido, ha declarado a los investigadores que el objetivo final era "el derrocamiento del Gobierno y de las estructuras del Estado", según informa el canal de noticias BFM TV.
Durante los últimos meses, la Gendarmería francesa sospechaba que la organización tenía "planes para golpes de estado y otras acciones violentas" y consiguió detener intentonas diversas de grupos relaciones con Daillet. Miembros de estas células tenían planes detallados para atentar. Desde neonazis que pretendían colocar explosivos en la sede de una logia masónica en Alsacia hasta grupos negacionistas que manejaban la posibilidad de atentar contra centros de vacunación o derribar las antenas que preparan el despliegue de la red de 5G en Francia.
Los primeros informes policiales no descartan que estos actos sean 'pruebas' para permitir el acceso o la participación en el golpe de estado dentro del organigrama organizado desde Malasia. Otras 12 personas han sido también imputadas y son sospechosas de pertenecer a grupos de ultraderecha, más concretamente al grupo conocido como 'Honor y Nación'.
Sin embargo, Rémy Daillet había saltado a los informativos franceses entres finales de abril y principios de mayo de este año cuando junto a su esposa y tres de sus hijos fue arrestado en Malasia, donde residía de forma ilegal una vez sus visados habían expirado. Extraditados a Francia con carácter inmediato, Daillet fue detenido nada más aterrizar acusado de "complicidad en el secuestro de un menor de 15 años cometido por una banda organizada".
Conocido como el caso Mia, la Justicia francesa acusa a Daillet "de haber dado instrucciones para la organización" del secuestro de una niña de 8 años cuya custodia le había sido otorgada a su abuela. Los seguidores de Daillet habrían llevado a cabo el secuestro a petición de la madre convencidos, como los fervientes seguidores de QAnon en Estados Unidos, de que estaban liberando a la pequeña de una red pederasta organizada por el Estado.
Dos días después del secuestro de la niña, según información revelada por el diario francés Marianne, Rémy Daillet envió una newsletter desde su página web invitando a todos sus seguidores a participar en un crowdfunding para, "por ejemplo, participar en la operación de rescate de un niño". Más aún, en un vídeo publicado en su web en esas mismas fechas Daillet se jactaba, sin la menor mención al caso Mia de que "nuestra organización devuelve a los niños secuestrados por el Estado a los padres que nos lo piden. [...] Felicito a los valientes franceses que sacan a los niños de redes sórdidas o inadecuadas por decisión de una Justicia que está demasiado equivocada. Los recuperaremos por ley o de otra manera".