Eslovenia se despide este viernes de la presidencia del Consejo de la UE, que recaerá el próximo semestre en manos de Francia, tras seis meses con Ljubljana como moderador de los debates sobre los dosieres comunitarios en el órgano que representa en la Unión Europea a sus Estados miembros.
La segunda presidencia desde la entrada en la UE en 2004 de la pequeña república exyugoslava, de 2,1 millones de habitantes y un PIB por habitante ligeramente superior al de España, arrancó con sonados roces entre Bruselas y el primer ministro esloveno, Janez Jansa, un veterano político admirador de Donald Trump y cercano al líder nacionalista húngaro Víktor Orban.
En el estreno del semestre en Ljubljana, el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea Frans Timmermans evitó unirse a una fotografía oficial después de que Jansa criticara duramente a dos jueces y eurodiputados en su reunión a puerta cerrada.
Los ataques a la libertad de expresión, con un marcado enfrentamiento entre el Gobierno y la agencia pública de noticias eslovena STA, el desprecio del Ejecutivo esloveno a la nueva Fiscalía Europea o la agresividad en redes sociales de Jansa han enturbiado la presidencia en su aspecto político.
Pero los desencuentros, que no han llegado a desaparecer, han ido rebajando su intensidad a lo largo del semestre y no han impedido un correcto desarrollo técnico de la presidencia, donde los cuerpos diplomáticos y burocráticos han trabajado concienzuda y disciplinadamente.
"Lo han hecho estupendamente", comenta a Efe un diplomático de otro Estado miembro, que valora especialmente la cantidad de acuerdos que han logrado forjar los eslovenos en seis meses.
Acuerdos en la mesa
Entre julio y diciembre se han cerrado 21 trílogos de negociaciones legislativas entre Consejo, Comisión y Parlamento Europeo. Entre ellos, el dosier para crear la Unión Europea de la Salud, el papel reforzado de la Agencia Europea de Medicamentos y la extensión del mandato del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades.
Se ha consensuado también la continuación de la supresión del "roaming" en la UE hasta 2032 y se ha avanzado en las dos principales leyes para regular y limitar el poder de las grandes plataformas de internet como Google, Facebook o Amazon, que se espera se cierren en la primera mitad de 2022.
El mérito es mayor si se considera que la presidencia eslovena ha sido la cuarta desarrollada durante la pandemia, lo que dificulta el funcionamiento normal de las instituciones comunitarias.
Clima, exteriores y fondos
En política climática, con importantes debates legislativos apenas arrancando, Ljiubljana puede presumir de que la UE llegó con una posición unificada a la conferencia del clima COP26, celebrada en Glasgow en noviembre.
En cuanto a política exterior, el semestre esloveno ha estado marcado por la retirada de Afganistán, los enfrentamientos con Bielorrusia y el recrudecimiento de la tensión entre Rusia y Ucrania.
Económicamente, la presidencia eslovena se ha visto marcada por un aumento de los precios de la energía, cuyas posibles soluciones han propiciado una intensa pugna política en Bruselas aún no resuelta.
Además, ha coincidido con el desembolso de 53.000 millones de euros como parte de los planes de recuperación de 22 Estados miembros, a falta sólo de que otros cinco reciban sus transferencias.
Perspectiva eslovena
Ljubljana ha trabajado también en asuntos europeos con importancia regional para el país, como la diplomacia en los Balcanes orientales o el avance hacia el ingreso en el área Schengen de Croacia, el último socio en sumarse al club comunitario, en 2013.
"Personalmente creo que la ampliación de la UE redunda en beneficio de la seguridad común de todo el continente europeo. En la última década y media, la historia nos ha enseñado que, si la UE no se está expandiendo, alguien más lo está, pero no en el nombre de la libertad y la seguridad", ha dicho Jansa sobre futuras ampliaciones.
Heredada de Portugal y antes de Alemania en la que ha sido la cuarta presidencia durante la pandemia de COVID-19, la dirección eslovena del Consejo no ha podido, sin embargo, cerrar todos los asuntos pendientes.
"Hemos continuado trabajando en el pacto sobre migración y asilo. No se ha logrado ningún avance importante aquí", lamentó en diciembre Jansa, quien auguró que la migración "seguirá siendo un hueso duro de roer también para la próxima presidencia".
Ahora será la Francia que preside Emmanuel Macron, en pleno período electoral de cara a los comicios de abril, la que recoja el testigo de Eslovenia, con el objetivo declarado por París de lograr una Europa más soberana, con mayor control de sus fronteras y de su propia defensa y un modelo económico que concilie el crecimiento con la preservación del planeta.