El primer ministro británico, Boris Johnson, ha negado este martes una acusación de su exasesor, Dominic Cummings, de que había mentido al Parlamento sobre una fiesta en Downing Street durante la primera ola de la pandemia, diciendo que nadie le había advertido que la reunión podría contravenir las reglas de Covid.
Cuando se le preguntó si había mentido al público y al parlamento, Johnson lo negó. "No. Nadie me dijo que lo que estábamos haciendo iba, como usted dice, en contra de las reglas, que en el evento en cuestión íbamos a hacer algo que no era de trabajo", dijo Johnson.
Johnson eludió varias preguntas sobre si renunciaría o no si se probara que había engañado al parlamento.
Dominic Cummings, antiguo asesor del primer ministro británico, Boris Johnson, aseguró este lunes que el jefe de Gobierno mintió al Parlamento sobre las fiestas en Downing Street durante la pandemia y permitió al menos una de ellas pese a advertencias de que iba contra las normas.
Cummings fue la mano derecha del conservador Johnson hasta que cayó en desgracia y fue despedido en noviembre de 2020. Él fue el primero en destapar una celebración en el jardín de la residencia oficial del primer ministro en mayo de ese año, cuando las restricciones vigentes en aquel momento no permitían reuniones sociales.
La semana pasada, tras desvelarse los detalles de aquel encuentro, en el que unas 40 personas compartieron bebidas, Johnson pidió disculpas en la Cámara de los Comunes y aseguró que pensaba que era un "evento de trabajo".
Sin embargo Cummings, que en mayo de 2020 era el principal asesor del primer ministro, relata hoy en su blog personal que él y al menos otro miembro del equipo advirtieron al jefe de Gobierno de que el encuentro "con bebidas" convocado ese día iba "contra las normas" y "no debía ocurrir".
El exasesor indica que una de las advertencias se hizo por escrito y quedó constancia en un correo electrónico.
"Fuimos ignorados", asegura Cummings, que considera que el personal de Downing Street que asistió a la reunión no debería ser castigado, dado que la invitación provenía del secretario privado del primer ministro, Martin Reynolds.
Los medios han aireado en las últimas semanas más de una decena de supuestas celebraciones en contra de las restricciones por la pandemia tanto en Downing Street como en otros departamentos del Gobierno británico. El respaldo a Johnson en las encuestas se ha desplomado debido a esas polémicas fiestas y al menos seis diputados del Partido Conservador han pedido su destitución.